Still the One. [Terminada]

All of me. [Final]

Te daré todo de mí.

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Bradford, U.K 17 de mayo, 2018.

Podría quedarme siglos hablando de todo lo que pasó en estos últimos años, pero la verdad es, que no tengo siglos de vida y lo más importante que pasó, justamente eso, ya pasó.

Resumiré el final de mi historia en pocos renglones.

Sobreviví, y soy una clara prueba de que se puede -aunque suene trilladisimo-, salí adelante y supere tanto cómo cure mis cicatrices. Jamás dejé de sentir y jamás volví a cerrarme al amor, solo me concentré en hacer cosas que merecieran mi atención. Como mi revista, por ejemplo. Hoy Forever Young es una de las revistas para jóvenes más vendida en el Reino Unido y Estado Unidos, ubicada en el top10 de las mejores, y eso, es mucho. Por no desestimar que ocupa el segundo lugar en España y el primero en Latinoamerica. Hemos llegado a alcances inimaginables, pero aquí estamos, viviéndolos.

Puedo agregar también, que dios si existe y que se acordó de mí.

Tengo una vida maravillosa.

Ha ayudado a que un hombre excelente reapareciese en mi vida y me ha regalado una pequeña vida, que actualmente se desarrolla.

Estar embarazada no suponía ser un estado para mí, menos aun después de todo lo que pasé tanto psicológica cómo animicamente. Pero estoy bien, eso les digo a todos, y haré hasta lo imposible para que mi pequeño hijo nazca. Oh, sí, es niño.

Han pasado dos años desde la última vez que estuve internada en un hospital, y aquí estoy de nuevo, en una cama que puede calificarse cómo "cómoda" y un tv enorme frente a mí, que se dedica a pasar noticias, bien, no todo a cambiado.

Suspiro y me siento en la camilla, ya fue demasiado tiempo haciendo el vago.

—Cariño, ¿estás bien? —pregunta el moreno a mi lado. Asiento, pero no lo estoy, los dolores en mi cadera me están matando. —¿Quieres comer? —niego —Oh, vamos amor. Debes comer.

Ruedo los ojos y tomo la compotera que me da con yogurt. Iugh. Está horrible y sabe amargo.

Quiero moverme para vomitar, pero me cuesta hacerlo rápidamente, así que con toda la paciencia del mundo y ayuda de mi novio, voy hasta el retrete y deshecho las pocas cucharadas que le di al asqueroso yogurt.

—No me mires así —le digo. Su mirada no es de asco, es más como benevola, de adoración.

—¿Qué?

—Sé lo que viene, dirás algo extremadamente dulce y cursi y me popondras matrimonio —escupí mientras me enjuagaba la boca con pasta dental. El cambio en su mirada me advirtió que había sido muy ruda. Joder con mi bipolaridad.

—Sí y tú te negaras, cómo las últimas veces —me dijo herido. Lo miré a los ojos mientras me ayudaba a volver a la camilla.

—Sabes que te amo, pero no puedo hacerlo.

—Y también sé que no tienes traumas con el tema del divorcio —bromeó —¿Por qué no?

—Por qué, Logan, te mereces más que a mí llevando tú apellido hasta que la muerte nos separé —él suspira y pega su frente con la mía. Entonces, yo lo beso.

Logan es, ¿Cómo describirlo? Es la mejor persona que he podido encontrar, me ha esperado año y medio, en tanto ambos nos sanabamos, pero aun así volvió a mí, cómo prometió, aunque la causante de sus cicatrices era yo.

Me ha hecho la mujer más feliz en el año que llevamos juntos, y pronto nos hará padres, y es algo que jamás podre retribuirle, porqué el ha dado todo de sí para mí, y eso a veces me hace sentir culpable de mi decisión.