Se sentó en la cama y sonrió a la nada, se sentía más que feliz, más que extasiado, era cómo si por mucho tiempo hubiera estado escondido, y por fin ahora podía ver la luz, y la luz era hermosa, gratificante, y vaya que sí lo era. Se colocó el pantalón que encontró a un lado de la cama y fuera de ella, observó a su luz, dormida entre el enriedo de las sábanas.
Valerie se movió en la cama, dormida y desnuda, la sábana cayó bajo en su espalda, mientras su pecho descansaba sobre el colchón, estaba sumida en un sueño placentero.
Zayn dejó de verla y caminó al baño para poder asearse un poco, en cuanto acabó, se sentó en la esquina de la cama, diagonal a Valerie. Podría pasar fácilmente por un psicopata, si no fuera por la mirada profunda y enamorada que le dedicaba a la joven de cabellos negros. Se sentía tan bien, que hasta parecía un sueño, y no quería arriesgarse a despertar.
Pero pronto, el mundo color de rosas, comenzó a tornarse cada vez más oscuro, en cuanto Zayn vio una posibilidad que prefirió haber ignorado.
De inmediato la idea de que Valerie se despertara enojada y hasta asqueada por lo que habían hecho, lo abrumó. Porqué estaba más que claro que aunque la noche anterior las palabras sobraron, él sintió cómo si se complementaran otra vez, para Zayn no fue una simple noche de sexo, o una despedida, para él, habían hecho el amor. Y todo se iría por él caño si ella sólo se levantará y lo hechara, Zayn necesitaba saber que ella sentía lo mismo.
Porque él nunca había dejado de estar profundamente enamorado de Valerie.
Y era capaz de largar todo, con tal de que ella dijera que sentía lo mismo. Nervioso, se movió en su esquina, inquieto, incapaz de pensar con coherencia que era lo que debía hacer. ¿Esperar a que Val despertara? ¿Quizas serviría hacerle el desayuno? ¿Sería un buen detalle? Negó a cada idea que su mente le propuso, y al hacerlo dejó pasar el tiempo, mientras seguía allí sentado, en una esquina de la gran cama, del cuarto de Valerie. Pensando, fugazmente, que aun le parecía jodidamente irreal, tenerla allí, a tan corta distancia de sus brazos.
Valerie despertó de su letargo lentamente, volviendo de a poco a la realidad, asumiendo lo que sucedió y estaba pasando, realmente quizo volver a dormirse, en especial cuando lo vio a Zayn, sumido en sus pensamientos, con la mirada enamorada y el torso descubierto, teniendo patente sus uñas y marcas en el cuerpo.
Anoche ella no se había resistido a besar cada parte de su amante, había esperado tanto, que fue cómo si una parte de su cuerpo, al entrar en contacto con la calidez de Zayn, se hubiera liberado, haciendo a ella misma, o la persona que creyó ser, a un lado.
Valerie no sabía que esperar esa noche, pero en cuanto Zayn la besó, todo pareció cobrar sentido, un sentido estúpido que solo pareció coherente mientras la oscuridad de la noche y el deseó por el amor verdadero los embriagaban, ahora, a la luz del día con la mente fresca y los pensamientos lejos de los sentimientos y cuerpo del otro, todo se tornaba idiota, estúpido, y por sobre todas las cosas, extrañamente bien, pacífico, familiar.
Zayn se percató de la mirada de su amante e hizo que sus ojos encanjaran, otra vez, haciendo que el mundo se colocará a la izquierda del cero, y dejará de estorbar entre ellos. Valerie fue la primera en correr su mirada, entonces, Zayn habló.
-Buenos días. -sonrió intentando apaciguar sus tordidas emociones.
-No, no hables -suplicó Valerie, cogiendo la mayor cantidad de sábana que pudo para envolverla en su cuerpo, cubriendose de la vista de Zayn, quién rodo los ojos, conocía a Valerie desde el pelo a la punta de los pies.
Antes siquiera de que Valerie pudiera escapar y refugiarse en el baño, Zayn se puso de pie y cogió su mano, deteniendola a medio camino. Valerie observó la puerta del baño, tan cerca de su salvación y sintiendo cómo si está realmente estuviese a sus espaldas, donde Zayn miraba su nuca. Frunció el ceño descubriendo un nuevo tatuaje, pero decidió dejar el tema.