The saw part 2

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Al salir de la cafetería comencé a llorar un poco porque sentí que debía hacerlo, aunque la verdad me sentía horrible porque no me importaba que me hubiera engañado.  Camine por los pasillos, hasta que sentí que me jalaban del brazo.
—¿Qué mierda? – dije por inercia.
Era Gerard, su cara estaba roja, y tenía los ojos llorosos. Me estaba comenzando a sentir mal pero no podía, me había engañado.
—¿Podemos hablar? – preguntó con su voz de ángel no rompo ni un plato.
Lo pensé por unos segundos y pensé que al menos se merecía una explicación, que me dijera que mierda había pasado, además que estaba muy intrigada.
—Hoy en mi casa, a las 10 pm. – dije y camine hasta la salida de la escuela, para ir a sentarme de bajo de un árbol como hacen en las películas y pensar un poco sobre todo.

Cuando ya era la hora en la que había citado a Gerard, me había puesto un vestido rojo con escote, porque quería que viera de que se perdía, aunque él y yo no nunca habíamos hecho nada...y justo me daba cuenta en esos momentos.
Escuche el timbre y de inmediato supe que era él, mis padres no estaban por lo cual no habría problemas.
Baje las escaleras y abrí la puerta principal encontrándome con el tipo más guapo de la prepa. Suspiré porque sentí que se me había ido la respiración.
—Pasa. – dije simplemente, y como siempre subimos a mi habitación.
Cerré la puerta y sentí que estaba parado detrás de mí, pero se separó de inmediato. Voltee y estaba sentado en la cama.
—Antes de todo, sabes, igual y no funcionábamos. Creo que terminamos ya sabes... – dije y él asintió.
Me senté frente a él.
—Lo siento. No quería que te enteraras de todo eso, de aquella manera, yo iba a decirte. – dijo. Note que había honestidad en sus ojos, cuando me mentía sus ojos no brillaban. Seguramente estaba enamorado de Iero.
—Bien. Necesito que me digas todo desde el principio y con detalles...– me miró raro cuando dije eso, así que agregue –porque me engañaste y tengo derecho a saber.
Entonces su expresión cambio y asintió.
—Todo empezó hace dos semanas...

Era el día en que todo el mundo se volvía loco por las pruebas. Gerard no entendía una materia y estaba apunto de reprobarla. Necesitaba ayuda urgentemente. Así que fue con su maestra en busca de una solución.
—Creo que necesito un tutor. – dijo y la señora James rió. Acomodo sus lentes buscando nombres en una lista.
—Claro que lo necesitas. – dijo con su voz dulce. Era buena maestra.
Vio como la señora James seguía pasando su dedo por las listas. Hasta que apuntó hacia un nombre y asintió para sí misma.
—El señor Iero, Frank Iero, tiene nota de excelencia en esta materia. Se le da bien el francés. – comentó. Y después de eso le entregó un papel firmado por ella para que Iero lo viera.
El pelirrojo busco por toda la escuela y no conseguía encontrarlo. Ni siquiera conocía bien al tipo, solo lo había visto unas cuantas veces.
Entonces llegó al salón de música, solo para revisar por si acaso estaba ahí.
Bingo.
Iero estaba afinado su guitarra, y el salón estaba solo, así que entro y carraspeo.
El muchacho de ojos avellana lo volteó a ver, e hizo como que no existía volviendo a su guitarra.
—Soy Gerard. – dijo.
—¿Y? – respondió el castaño.
—Bueno, tengo problemas con francés y la maestra James dijo que tú podías ayudarme...
—No.
El pelirrojo se quedo consternado. Comprendía porque estaba solo siempre, era un maldito bastardo.
—Ella me dijo que tenías que ayudarme. Aquí está su firma. – volvió a hablar, enseñándole el papel. Frank lo vio por unos segundos y volvió a su guitarra.
—No. –volvió a decir.
El de ojos verdes salió indignado del salón de música. En busca de la maestra James, pero no la encontró.

Al siguiente día en clase de francés volvió a recurrir a la maestra.
—Iero no quiere ayudarme. – le dijo.
Hizo un puchero que logró que la señora James riera. La vieja negó con la cabeza.
—Ese Iero es un imposible. Hablaré con él. – respondió. Haciendo sonreír a Gerard. Enserio necesitaba su ayuda.

frerard ☼ smutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora