Part 2

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Empacar era lo fácil, también lo era tener los boletos, y mucho más encontrar oro en el cereal, que hacer que Frank Iero se despertará temprano.
Gerard estaba literalmente desesperado, llevaba despierto desde las 5 a.m cuando su vuelo a Seattle era a las 7 a.m, pero sentía que debía tener todo listo. Había tomado control de las maletas del castaño también, decidiendo por él que llevar y que no.
—Gerard ya para...Pareces una perra encelo. – dijo el de ojos avellana, aún acostado en la cama, mientras veía como el de ojos esmeralda caminaba de un lado al otro por la habitación.
—En vez de decirme cosas feas, deberías estar ayudando a empacar. – dijo molesto y le lanzó ropa a su novio para que se la pusiera.
—Pero tú quieres tener control de mis cosas...– paro de hablar cuando vio la mirada de "mejor dame la razón o no tendremos sexo", así que no dijo nada después de eso.
Llegar al aeropuerto les tomaba una hora en Metro, media en auto así que el papá de Frank los llevaría hasta allá.
Gerard no sabia si estaba emocionado o estresado: quería que todo estuviera perfecto, para pasarla de lo mejor con su novio.
Cuando estaban listos comieron sándwiches de crema de maní porque ya no había tiempo, y el padre de Frank iba en camino.

Cuando el padre del castaño llegó, el pelirrojo rápidamente le dijo que abriera la cajuela para meter las dos maletas... que eran solo de Gerard, y otra que era del castaño quien simplemente dejo a su novio hacerlo todo.

—Hola chicos, ¿están emocionados? – dijo el padre de Frank. Sonaba feliz por ellos, sabía que necesitaban esas vacaciones para sacar todo el estrés de sus vidas.
El castaño miro unos segundos a Gerard, quien estaba quedándose dormido, sorpresivamente rápido.
—Supongo que si. – dijo y se mordió una uña, porque tenía esa mala costumbre cuando estaba nervioso.
La verdad es que Frank había estado pensando en todas las peleas que habían tenido y la última donde simplemente tuvo que pedir perdón. ¿Siempre será así?, se preguntó.

—No te pongas nervioso hijo. Tienes que disfrutar todo lo que tienes.

Después de eso hubo silencio en el auto, Gerard dormía en el hombro de Frank y lo abrazaba, al mismo tiempo que el castaño lo hacía, y besaba su coronilla de vez en cuando.

Al llegar al aeropuerto el de ojos avellanas despertó a su novio, quien se levanto como si siempre hubiese estado despierto.
Ambos le agradecieron al padre de Frank y se despidieron.

Ya en los asientos del avión, después de haber pasado por seguridad, y todos los procesos legales, al fin estaban viajando a Seattle. No era una gran ciudad como New York, pero había lugares muy lindos a los que querían ir.
El pelirrojo tomó la cara de su novio y le dejó muchos besos, pues estaba tan feliz de compartir esa experiencia con alguien a quien amaba demasiado.
—Me amas mucho, ¿no? – dijo Iero en tono de burla, mientras tenía un puchero en sus labios, Gerard lo beso y acarició su pelo.
—Te amo más que a mí vida.

Don't have sex in the bathroom please.

Eso leyó Gerard cuando fue al baño. Le pareció gracioso, y pensó que jamás tendría sexo con Frank ahí, por las siguientes razones: número uno, era un lugar muy pequeño, número dos, a él le gustaba que gritaran durante el sexo, número tres porque simplemente no. Jamás lo haría.

Al regresar a su asiento su novio estaba viendo una película en la pantalla frente a él, traía auriculares así que no quiso molestarlo. Saco su celular y comenzó a escribir cosas al azar.
Dentro de un rato aquella actividad le pareció aburrida, así que cerró los ojos.
Cuando lo hizo comenzó a sentir besos en su cuello y pequeñas lamidas, soltó un gruñido, y abrió los ojos. Vio a su novio con la cara enterrada en su cuello, sonrío y tomo al tatuado de la cara para poder besarlo.
Era un beso lento y muy demostrativo.
Cuando dejaron de besarse sonrieron y volvieron a hacer otras cosas.

frerard ☼ smutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora