Dirty dreams

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Sudado, sucio y placentero, un gemido, ojos cerrados y una mano recorriendo su cuerpo, hasta llegar a su propio sexo. Tan duro como una roca, lo toma entre sus manos y comienzan esos espasmos de placer, mientras muerde sus labios, para callarse un poco.

—Mierda.

Son las nueve de la mañana, otro día más de vacaciones aburridas, le hierve la sangre de saber que esta lejos de sus amigos, pero no es mucho inconveniente. Lo que si lo molesta a tal grado de sentir pena por si mismo, es aquel sueño húmedo reciente, ya que últimamente ha tenido muchos y Gerard, siendo solo un adolescente de 16 años, esta con las hormonas a flote. Aquellas escenas que su mente crea y vive en sueños son inapropiados, tanto para él como para la persona protagonista de estos.
Donna Way, volvió a casarse con un hombre, un tanto diferente a todos los que solían salir con esta. Era de estatura media, más alto que Gerard y que su madre, y a pesar de su matrimonio ambos decidieron no ocupar el apellido de aquel hombre.

Frank Iero.
Un hombre de negocios bastante respetable, y bueno, era protagonista de los sueños más íntimos y húmedos del adolescente. Donna había conocido al hombre en un asunto de negocios, ya que la señora Way era una viuda que había heredado la gran empresa de su marido, que después al morir ella, pasaría a manos de Gerard y su hermano menor Mikey, quien en ese momento se encontraba de vacaciones en casa de sus tíos, ya que no le agradaba Iero para nada.
Sin dudar Donna, era una rubia bien cuidada, y respetable, con una fuerza y determinación para los negocios bastante respetable.

Gerard no hacía más que extrañar a su padre, pero trataba de superarlo, pero siempre tendría ese recuerdo del excelente padre que fue. El matrimonio entre Donna y Donald, fue un arreglo entre familias por lo tanto cuando este murió ella no sintió más que tristeza por sus hijos, así pudo continuar con su vida.

Ese día en especial la Señora Way, no se encontraba en casa, pues tenía una importante cita de negocios que atender lo más rápido posible, por lo tanto Frank estaría a cambio del Way mayor, quién en un principio planeaba irse, para no tener que lidiar con las ganas de querer tirarse a su padrastro, pero demasiado tarde ya no podía salir, puesto que su madre le dijo que había estado saliendo mucho. Donde a Gerard especialmente le gustaba ir, era a un lago que estaba por ahí cerca, iba a leer, escribir o a simplemente admirar la belleza del lugar.

Era hora de la comida y sentado frente al comedor con Frank, quién miraba su teléfono, raramente lo hacía, pero en esa ocasión parecía absorto en aquel artefacto.
La señora que cocinaba ese día se había tomado el día para viajar a visitar a sus hijos, por lo tanto Iero, decidió ordenar una pizza, que el adolescente apenas tocó, pues no estaba en el humor para pizza, así que solo tomo dos piezas, y dejó la mitad de una. Mientras que el castaño, comió cuatro pedazos de esta.

—Gracias, por la comida, iré a mi habitación. – dijo y el castaño solo le guiñó un ojo, algo que provocó una reacción en Gerard, quién rápidamente abandonó el comedor.

Prendió su laptop y comenzó a ver fotos, videos y después a jugar con ella, pero al final terminó dibujando un poco en digital, algo que le gustaba practicar mucho, aunque no fuese tan bueno en eso, pero en dibujo a mano si que le iba bien y ya había hecho algunos cuadros que orgullosamente colgaban por su habitación.

Se aburrió entonces dejó su laptop y tomó un libro de arte, que hablaba sobre impresionismo y los más grandes autores de este estilo artístico, tenía aristas que le gustaban mucho como Monet, Pissarro y Van Gogh, no eran todos pero si los que más llamaban su atención; en un rato a otro comenzó a parpadear y a caer muerto de sueño, entonces se quedó dormido.

Estaba en una habitación oscura, y estaba amarrado de manos a pies, en una posición que hacía que su culo estuviese apuntando al cielo como si fuese exhibido ante todos, mientras su cabeza estaba en el piso, y tenía un colchón suave de bajo de él. Aquel ambiente no se sentía como de horror, ni tampoco incomodo, sentía que estaba esperando, algo que necesitaba aparecer justo en ese momento, y entonces fue así. Una luz fue encendida, y la habitación era luminosa, con paredes rojas y sin ventanas, todo seguía siendo un misterio y ya comenzaba a excitarse.

frerard ☼ smutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora