21. Por fin, la verdad

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Thalía sintió el golpe en la cabeza y como el tipo se abalanzaba sobre ella presionándole la boca con las manos para que ningún sonido saliera de ella, ya que la joven estaba gritando a viva voz el nombre de Mateo para que este, u otro de los hombres del rancho, pudiera ayudarla.

-Ni una palabra más ¡Maldita seas! -masculló cuando ella lo mordió con fuerza en una de las manos.

Thalía llevó las manos a la garganta de Sergey y le clavó las uñas, pero tuvo que soltarlo cuando recibió un fuerte golpe en la cara y luego otro más que la obligó a cerrar el ojo, ya que allí había impactado uno de los puños.

-¡Suélteme! -le gritó- ¡Mateo... Mateo ayúdame por favor!

Sergey se sentó a horcajadas sobre las caderas de la joven y, mientras hacía movimientos obscenos sobre ella, la tomaba de las raíces del cabello obligándola a que lo mirara a los ojos mientras que estos, inyectados en sangre la estudiaban con determinación.

Con manos temblorosas ella quiso deshacerse de él una vez más y volvió a golpearla haciéndole una herida en la comisura de la boca.

Eran inútiles todos los movimientos que hacía para defenderse, aún no había recuperado su peso y tampoco la resistencia muscular necesaria, por lo que se cansaba con demasiada facilidad, pero ella iba a seguir luchando por su vida, porque tenía mucho que hacer aún y no iba a dejar que el pasado regresara.

Las manos del ruso rompieron la camisola y dejando sus pechos al descubierto, luego le rompió las costuras al jean y así desgarró por completo su ropa interior dejándola completamente expuesta a sus manos que la tocaron con fuerza, rasguñándola y marcándola, con la rodilla le separó las piernas y rápidamente unió sus pelvis a la de la joven, moviéndose con brusquedad y fuerza al mismo tiempo que rugía y su erección se acrecentaba ante el roce...

-Si -dijo tirando su aliento rancio sobre su rostro- Imagíname dentro de ti -dijo empujando con fuerza aunque aun estaba vestido sentía una inmensa satisfacción-. Imagíname que me muevo... la forma en la que te vendrías, la forma en la que acabarías... siempre fuiste la mejor de las putas princesa de Texas y no creo que eso cambiara en estos meses...

La garganta se le cerró de la pura desesperación y las lágrimas no cesaban, sus manos, débiles, no dejaban de empujarlo, pero era inútil y sus fuerzas se estaban acabando mientras que la bestia que estaba sobre ella se preparaba para terminar el acto para la que la estaba preparando.

Mateo se bajó del caballo con una sonrisa al ver la puerta abierta del gallinero, lo que significaba que Thali había entrado a buscar huevos para hacer el desayuno. Tomó las riendas del animal y lo ató a uno de los palenques que había cerca.

-Amor... mira lo que tengo para ti -susurró mientras de su bolsillo sacaba un pequeño regalo que había adquirido para ella. Pero se quedó paralizado en la escalera cuando escuchó un desgarrador grito de mujer.

-Mateo ayúdame por favor, por favor.

Era su voz, podía reconocerla en cualquier lado. La desesperación con la que lo estaba llamando llenaba el aire de una corriente gélida que le caló los huesos y de su espalda sacó su arma y entró al gallinero, pero nada, en sus años de servició, lo preparó para ver lo que vio.

Era Thalía, su Thali, tirada en el suelo mientras uno de los nuevos empleados empujaba sobre ella, aún vestido a la vez que ella luchaba para quitárselo de encima, su reacción fue automática, apuntó y disparó, llenando el aire de un silencio atronador, roto por los cacareos espantado de las aves dentro del recinto.

Thali cerró los ojos cuando el peso del tipo cayó sobre ella, con las pocas fuerzas que le quedaban lo levantó y vio un orificio entre los ojos y la sangre que salía a borbotones, manchándola, llenó de aire sus pulmones y no pudo evitar gritar y sacudirse para librarse al fin. Algo la liberó del peso y se encontró entre unos fuertes y cálidos brazos que intentaban reconfortarla, pero que al mismo tiempo temblaban como una hoja.

-Ya está, ya pasó -decía mientras le limpiaba la cara que estaba bañada en sangre, pero ella intentaba zafarse, tenía ganas de vomitar y así lo hizo antes de tambalearse.

-Mateo yo... yo -dijo con la voz temblorosa, tomándole la chaqueta con los puños-. Yo no le hice nada juro que no le hice nada, no sabía que estaba aquí. Es... era Sergey, el me secuestró cuando mi mamá se murió y me llevó a Los Ángeles diciéndome que me esperaban ahí.

-Cálmate -le dijo Mateo antes de cerrarle el abrigo-. Ya pasó y no te ha hecho daño.

-Fue Sofía... -lloró.

-¿Qué pasó? -Jonas Keegan entró en el gallinero y vio todo lo que había pasado, había sangre, dos animales muertos y el cadáver de uno de los peones que habían contratado para el funcionamiento de la nave-. Thalía que...

Pero en ese momento entró Sofía y se puso pálida al ver a Sergey muerto en el piso del gallinero.

-Sergey... -suspiró Sofía al verlo, ahí, tirado en el suelo con los pantalones medio bajos y las extremidades rígidas, un perfecto agujero que veía en la parte de atrás de la cabeza y por el rostro de Thalía no quería ni imaginar cómo debía de estar

Thalía se aferró a los brazos de Mateo.

-¡Fue ella! Ella, ella, ella... -comenzó a gritar con desesperación al ver a Sofía parada mirando el cadáver horrorizada.

-Thalía ¿Qué pasa? -preguntó Jonas al verla en aquel estado de desesperación mientras Mateo trataba de sostenerla, porque sabía que si la soltaba se caería.

-Fue ella la que me secuestró cuando mi mamá se murió, tío Jonas. Sofía es la que se encargaba del prostíbulo del Los Ángeles, Sofía, mi mamá y la familia Ritman. Fueron ellos... ellos prostituyen a mujeres y niños juntos con los rusos...

Pero la presión pudo con ella y no lo soportómás. Cayó desmayada en los brazos de Mateo que la abrazó contra su pecho conuna mano y con la otra le apuntó a Sofía entre los ojos.

Hermanos Hurtman #2 "Pecado de amor".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora