14 Abrazo Perfecto

1.6K 235 3
                                    

Thalía giró sobre sus botas de tacón y vio como el vestido de lana, que le llegaba a la altura de los muslos, le resaltaba la cadera y los senos. Había ganado algo de peso en el último mes y aunque aun no regresaba su menstruación, producto de la gran desnutrición que había sufrido, el médico le había dicho que alcanzar los cuarenta quilos era un gran avance.

Contenta de alcanzar las metas que se había propuesto para antes de fin de año, se tomó los medicamentos que le habían dejado junto al jugo de naranja.

—Quiero que sepas —dijo su tío desde la puerta, mirando lo bonita que estaba con el vestido de lana que era mucho más largo que un sweater—. Que no me gusta que salgas con Mateo Hurtman, pero que también estás preciosa con ese vestido.

Ella le sonrió. El vestido era de lana y al frente tenía dos trenzas realizadas en el mismo tejido que finalizaban en un moño hecho con cintas de raso, centímetros más abajo sus botas color bordó comenzaban en sus rodillas y terminaban en una punta redonda.

Las manos de Jonas fueron al collar que había sido de su madre, observó que los latidos de la joven ya casi no se percibían en el esbelto cuello y que las clavículas estaban más ocultas en el músculo.

—Ya veo que estas recuperándote —sonrió con cariño.

Thali asintió y se giró al espejo para ponerse perfume detrás de las orejas y bálsamo en los labios que ya casi estaban recuperados del golpe que le había propinado Sofía.

—No llegues tarde —exigió en tono protector.

Ella negó con la cabeza.

—Muy bien.

Cuando terminó de arreglarse bajó al gran comedor en donde Sofía estaba hablando con una de las empleadas, esta con una gran sonrisa asentía con entusiasmo, parecía estar muy feliz por algún motivo.

—Bueno entonces quedamos así Eleonor —dijo Sofía.

—Gracias señora Keegan ¡Ah! Hola señorita Thali ¿le gustaría comer algo de fruta?

—No —dijo Mateo subiendo las escaleras—. Ella y yo vamos a cenar esta noche. Estás preciosa Thalía.

Ella bajó y subió la cabeza agradeciendo el cumplido.

—¿Puedo saber a dónde llevarás a la niña? —preguntó condescendiente.

—Ah Sofía —dijo el veterinario con el mismo tono de desdén—. Thalía no es una niña y esto es una cita. Lo único que tienes que saber es que estará a salvo —luego miró a Thali—. Siempre que ella este conmigo va a estar a salvo.

Cuando salieron, bajaron al hall de entrada, Mateo abrió la puerta de la izquierda y sacó un abrigo de terciopelo bordó.

—Ven aquí —le pidió. Ella con una tímida sonrisa se acercó a que él la abrigara, cuando le cerró el abrigo deslizó un dedo por el voluptuoso labio inferior—. Estás realmente bonita esta noche Thalía.

La sonrisa que le regaló la joven le llegó a los ojos, volviéndolos brillantes, parecía segura en su presencia y siempre lo miraba a los ojos expectante. Sabía que la cena iba a ser muy productiva a la par de agradable.

—Vamos —dijo tomando su mano—. Nos esperan.

El restaurante era tranquilo, pero muy sofisticado. En el pasado, Thalía había visitado muchos lugares así, pero ella no era como la gente con la que se rodeaba, tanto como en su vida profesional, como en su vida familiar. Jamás había sido tan sofisticada o superflua y no compartía algunas creencias que algunas de sus compañeras compartían, ella solo se limitaba a ser ella misma y buscar que era lo mejor.

Hermanos Hurtman #2 "Pecado de amor".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora