Capítulo 10: Abrazame

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Martes 10:30

Anna:

Debido a que era día feriado me levanté más tarde de lo habitual, cuando recorrí la casa me percaté de que no había nadie, ni Norte y Hada ni Jack y Elsa. Me recosté en el sofá dispuesta a ponerme a ver alguna serie o programa pero este no encendía, intenté lo mismo con la cpu. y sólo para confirmarlo traté de prender una lampara. <<como sospechaba>> pensé, no había electricidad y solo al mirar por la ventana descubrí que el cielo se había pintado de gris opaco a causa de las nubes, pese a que el clima de Arendalle siempre era extraño me sorprendió ver tantas juntas. Suspiré y me puse a pensar que podía hacer ya que debido a la oscuridad ni siquiera leer era una opción, hasta que recordé que Jack me había contado que Hiccup había tenido un accidente y que Astrid estaba preocupada, pese a que nunca había interactuado mucho con ella me pareció que de seguro necesitaría algo de compañía y apoyo así pues me decidí ir a visitarla, llamé un taxi, de por si la espera por lo general era bastante larga porque el servicio se encontraba en la ciudad y más aun cuando llovía asique se me hizo eterna.
Cuando al fin llegó me subí en el y le indiqué mas o menos por donde debía ir.
- Gracias, guarde el cambio- le dije mientras me bajaba.
Abrí un paraguas y comencé a abrirme paso sobre el camino que estaba frente a la casa de los Abadejo. Toqué la puerta y esperé.
- ¿Anna? ¿Qué haces aquí?- preguntó ella al verme.
- Me enteré lo de Hic- dije poniéndome nerviosa- como... ¿Como esta?
- Oh- exclamó sorprendida- pues sigue en el hospital, le darán el alta dentro de unos días. ¿Quieres pasar?, adentro tengo un generador de energía.
- Cla...claro, gracias- contesté con mi cabeza gacha. Luego de entrar ella cerró la puerta tras de mi.
- Afuera llueve a cántaros- dijo mientras encendía la chimenea.
Me senté sobre el sofá al lado de la misma y un cuadro colocado en la mesa de en frente llamó mi atención.
- Esos... ¿Esos son?- intenté decir señalando la fotografía.
- Mis padres- contestó ella- no vienen mucho por aquí- noté tristeza en el modo en que lo dijo.
- ¿Por?... ¿porque?- pregunté curiosa.

Astrid no respondió, sólo se levanto con rapidez y se dirigió a la cocina.

- ¿Quieres zumo- ofreció como intentando evadir el tema- no esta muy frío debido a que no funciona la heladera pero es rico.

- Oh, claro- contesté sorprendida por su notable evacion.

- Es de limón- dijo mientras me servía en un vaso- Me enteré de que pronto serán las finales de la academia donde practicas- sorbió un trago de su zumo.

- Oh, s... si se... ran en algunas sem... semanas.

- Fantástico- dijo un tanto emocionada- ¿Y donde será?

- No lo se, siem... pre es en... un lug... gar diferente.

- ¿Cuando te dicen?- le dio otro trago al vaso.

- Tengo que... cali... ficar pa...para saber.

- Pues bien, mucha suerte.

Me pareció muy gentil de su parte el desearme suerte, ya que las finales me aterraban, jamás había logrado calificar para una y el lograrlo esta vez hacía que tuviera al menos un mínimo de esperanza, aunque fuera muy pequeña.
No nos quedamos mucho más tiempo hablando ya que ella tenía que ir por unas cosas a la ciudad, me ofrecí para acompañarla pero no lo aceptó, me agradeció por venir y me regaló un paquete de galletas para merendar. La note muy nerviosa desde el momento en que le pregunté sobre la foto hasta que me fui.

11:30 am.

Elsa:

Al llegar a casa me sentía rara, como si hubiera perdido en una batalla donde quiza no debía de haber ganadores, como si me hubieran derrotado y violado mi barrera para posibles agresores. La sensación era extraña y me quemaba en el pecho.
Me senté a reflexionar sobre ello en una silla de la cocina, lo único que lograba hacer era quedarme viendo un punto fijo y pensar en lo curioso de mi estado, era obvio que tenia que ver con la noche anterior aunque no sabía que partes exactamente.

La vida con Los FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora