Capítulo 16: ¿No recuerdas?

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  Anna:

Después de admitir la verdad frente a Jack, él y yo nos sentamos en un banco a charlar.
  - ¿Desde cuando sientes esto?- preguntó mientras me hacia caricias en la espalda.
Suspire- Pues, creo que desde siempre- él me miró sorprendido.
- ¿Porque nunca me lo dijiste?- me miraba con compasión.
- Creo que ni yo lo sabía, es decir, desde el día en que la vi me pareció muy linda pero a medida que la iba conociendo fui preparándome de lo sincera, fuerte, buena, humilde y luchadora que es y más me convencía de que era increible, pero no quería admitirlo- al soltar todo esto de mi boca me sentí al desnudo frente a él, una desnudez que jamás había experimentado con tanta potencia.
-¿Realmente te gusta, no es cierto?- preguntó mirándome a los ojos.
Otro suspiro se escapó de mi- Sólo sé que cuando pienso en ella, todo es distinto, por alguna razón sólo lo comprendí hoy.
- Y...- pensó unos instantes- ¿Tu quieres que termine con ella?- preguntó con tranquilidad.
- No Jack, yo nunca me interpondria entre ustedes- le dije mirándolo- además ella jamás estaría con alguien como yo- miré hacia el suelo- es decir, mirarme y ella es...- pensé un rato- no sé ni como describirla y yo tan patetica, torpe, estu...
- Basta Anna, basta ya no te tires tierra a ti misma, no te basurees- dijo tomando mi mano- cada vez que lo haces me destruyes un poco más y te destruyes a ti misma también, es lo único que logras.
- Pero es cierto- dije más bien para mi.
- No, ni siguiera Astrid ni nadie puede hacerte sentir asi Anna, vivo repitiendotelo, eres especial, tu eres increíble. Y si quieres que ya no este con ella sólo debés decírmelo.
- No- mentí- esta bien, es sólo algo pasajero- finji una sonrisa forzada- ya pasará, en serio.
Jack sonrió- De verás eres increible.
Le devolví la sonrisa intentando lo más posible que no se viera falsa.
- Oh- Astrid apareció frente a la entrada del pasillo- aquí estan- dijo viendonos a los dos- ¿Anna estas bien?
Miré al suelo simplemente, no lograba articular palabra alguna, Jack lo notó.
- Sí, solo se emociona mucho en las bodas- mintió él y luego sin que lo viera ella me guineo un ojo, le sonreí en agradecimiento.
- Oh, y ¿Tu eres tan caballeroso que la calmaste?- preguntó ella tomando a su novio y atrayendolo hacia si, cerré los ojos y di vuelta la cabeza sin animos de ver la escena.
- Em... sí, algo así- dijo él nervioso como intentando alejarla- oigan, ¿Entramos?, nos perderemos el pastel.
  Dicho esto nos dirijimos al salón otra vez.

  Jack:

Dejé a Astrid en su casa y cuando estaba en la puerta me llamó.
- Jack- dijo desde adentro.
Me detuve frente a esta para verla a ella.
- Me alegra que hallamos regresado- me dedicó una linda sonrisa.
- A mi también- dije dándole un beso.
- Me preocupa Hic- espetó pensativa abrazada a mi cintura- continuará arriesgando su vida aún sabiendo el riesgo que corre cuando salga del hospital.
- Es su naturaleza Ast- le dije tranquilamente tomando su rostro en mis manos- él es así, le gusta correr riesgos, no puedes cambiar a tu hermano.
- Lo se- vi tristeza en su mirada- pero es que tengo miedo que se haga un daño peor y que ya no alla vuelta atras- negaba con la cabeza mordiendo sus labios.
- Supongo que, sólo te queda confiar en él, es grande Ast, sabe lo que hace.
- Aveces lo dudo- confesó ella.
- Pero sabes que es así- deposité otro beso en sus labios- ¿Sí?- ella asintió con sus labios en mi boca.
- Y dime- me tomó por el cuello y sonrió otra vez- ¿De que hablaban con Anna?- preguntó curiosa.
- Ya te dije.
- No, no, no me vengas con el cuento de que se emociona y eso- ella sabía a la perfección cuando mentía, me conocía demasiado bien- me preocupa Jack- confesó.
- Son problemas personales de ella, no creo que puedas ayudarla- suspire.
Ella sonrió y me dio un beso- pero quisiera poder- «si supieras» pensé, sólo había una manera en la que mi novia podría ayudar a Anna y por el momento no me agradaba mucho la idea.

  Astrid:

Después del evento Jack me llevó a mi casa, pregunté a Anna si quería venir con nosotros pero ella no aceptó, la note bastante triste y mas neviosa de lo normal. Me sentí mal por ella y preocupada también pero Jack me tranquilizó diciendo que eran problemas solo de Anna y no debía intrometerme en ello.
  Al irse él me recote en mi cama casi exhausta, había corrido muchísimo como para llegar con el vestido y peinado.
  Cuando me levanté me dirigí a la cocina y encendí la pc con un vaso de gaseosa a mi lado. Entré a mi correo y casi cómo si una fuerza mayor guiara mi mano entré otra vez al mensaje de mi tía, lo había abierto varias veces ya aun sin acostumbrarme a la ayuda solicitada en la ultima parte, lo releí un par de veces más y le di un sorbo a mi vaso. Pensaba en que contestarle pero las palabras no surgian para ser escritas allí, había tanto que discutir sobre el tema primero y tanto dolor y sufrimiento de recuerdos pasados en medio.

  - ¿Qué demonios hace eso allí?- preguntó una voz que me había agarrado infraganti.
- ¡¿Que haces tu aquí?!- grite con furia y nervios mientras cerraba la misma- ¿Has vuelto a escaparte?
- Estoy aquí con consentimiento de los medicos, debía buscar unas cosas y nadie me atendió para hacerlo por mi asi pues vine yo personalmente a buscarlas por mi mismo- explicó- pero no me cambies de tema, ¡¿Qué hace ese mensaje en tu pantalla?!- estaba muy enojado-¡Te hablas con ella, ¿no es asi?!
- No Hic, escucha- pero este se negaba a oír razones o motivos.
- ¿Acaso olvidas todo lo que nos hizo?- negué con la cabeza- ¿Olvidas las noches atemorizados bajo la cama con terror a que ella nos encontrará? ¿Olvidas las cicatrices que nos dejó con esa llave?- los recuerdos se amontonaban en mi mente.
- Ya no sigas- pedí al borde de las lagrimas.
- ¡No!, ¡No olvidas todo eso Astrid!, ¡Ella por poco nos mata! Pero eso parece ni importarte a ti- dijo esto salió de la casa pegando un portazo.
- Espera Hic- grité desde adentro casi desmoronandome pero este no me oyó.

La vida con Los FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora