Capítulo 18: la revenganza

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Esperábamos a que Anna saliera de la escuela, detestaba ver a Jack sujetando el volante de mi auto, mi auto no de él. Me enfurecía tanto estar en el lugar del acompañante que me estaba carcomiendo mi rabia.
-Y por cierto, lo de esa noche no fue nada, a veces hago boludeces dormido, no es nada nuevo ¿y qué? – soltó.
-No solo las haces dormido, también despierto, pero eso no es nada nuevo- bufé.
-No como el que te tiñes con manzanilla.
-Eso no es verdad…- intenté quejarme.
-Es natural- me imitó él en modo de burla- eres tan obvia- dijo mientras sostenía un cigarrillo en la mano y miraba por la ventanilla- tan predecible- espetó mientras movía la cabeza en señal de negación.
Me hervía la sangre, me puse roja de furia, no podía permitir que ganara, <<ahora vera>> pensé.
Acto seguido me subí encima de el con mis piernas abiertas y mientras sentía como su amiguito rozaba mi entre pierna dije- ¿esto es predecible?- precioné mis labios contra los de él e introduje mi lengua lentamente dentro de su boca.
Poco a poco sentí como su amiguito se hacía notar en mi entre pierna y me apreté más contra su cuerpo sin dejar su boca en ningún momento, su respiración comenzó a volverse entre cortada y cuando solté su boca al fin su expresión había cambiado notablemente. 
- y ahora reinita?- pregunto con una sonrisa pícara y ojos traviesos. 
- Y ahora... - conteste imitando su expresión mientras con una mano desprendía su cinturón sin dejar de mirarlo en ningún momento,  poco a poco fui corriendolo de las pinzas,  su cara dejaba ver cuando lo deseaba, cuanto lo anelaba y aún aunque no me lo dijera se notaba que deseaba que siguiera, me estaba dejando tener el control a mi, el completo control y lo disfrutaba. En un movimiento rapido pero sexi termine de descolocarle el cinto y me quedé con el en la mano,  lo puse frente a sus ojos para mostrarle que ya se había apartado ese obstaculo y el sin poder contenerse se acercó a mi con rapidez y esta vez fue el quien me beso,  mientras nuestras lenguas se encontraban desprendi su bragueta y acto seguido baje el cierre,  me presione otra vez contra el y de nuevo me separe,  el me sonrio. 
- Me gusta la espera,  pero no tan largas cariño- me reí por dentro,  enserio creía que podía volver a tener el control de la situación?
- Oh,  taranquilo- dije susurrando en su oido- mientras bajaba sus pantalones con una de mis manos y con la otra mientras sentía su respiración tan acelerada bajaba la manecilla de la puerta,  Jack se encontraba con sus ojos cerrados deseos de más- ya acabe- finalice diciendo al tiempo en que con un movimiento ágil me bajaba del auto. 
Comence a caminar y antes de que el siquiera se percatara de lo que acababa de pasar yo ya estaba a dos cuadras de allí con el cinto de Jack en mano y una sonrisa similar a la del gato rison en mi rostro. 
- Elsa dos, albino uno- pronuncie sintiéndome victoriosa y seguí mi camino riendo mientras recordaba su expresión cuando lo deje.

Jack:

- maldita perra!- exclame al momento de percatarme que estaba solo con una erección bastante notoria entre mis piernas, lo pensé unos segundos luego de maldecir varias veces, rebusque entre mis opciones, no podía llamar a ninguna de mis chicas porque mi celular estaba muerto, ni podía ir al bar y buscarme una porque el gran termineitor no me lo permitiría.  No me quedaba de otra más que encargarme yo mismo, «¡zorra mal parida!» pensé, ¿como había podido caer en su red así de fácil?. Oh, pero esto no se quedaría así.
  Una sonrisa malévola apareció en mi rostro:- despidete de tu batimovil reinita, no será el mismo cuando lo veas- dicho esto, coloque la llave en el contacto y pise el acelerador a fondo, sin detenerme por nada del mundo.

Al llegar a casa estacione el auto frente a la puerta- aquí vamos pensé con resentimiento- acto seguido cogí al gran jack con una mano e hice lo que tenía que hacer para que bajara de las alturas, luego de esto pase mis mano por el manubrio y deje regalitos blancos por el asiento del conductor. Complacido con mi trabajo baje de este y lo deje estacionado allí, hecho una pinturita, desde lo lejos vi mi obra de arte- ni el mismo Davinchi lo hubiera hecho mejor- dije, me puse mis lentes de sol, camine hacía la puerta y entre.

Elsa:

Venia viéndome por el camino revolendo el cinto de Jack viéndolo como un trofeo justo cuando me encontré con la persona que menos quería ver en ese momento

- Elsa- me miro sorprendido- por fin te encuentro, juro que lo de mi retraso no fue intencional.
Sólo lo mire con cara de pocos amigos y me crucé de brazos- Perdóname, en serio estoy arrepentido.

- te espere una hora sin  saber nada de ti, al menos un mensaje, una llamada, algo- dije con vaivén.

- lo se, y lo siento, prometo que no va a volver a suceder, es más te lo compenso ahora.

- y que te había pasado?- pregunté sin dejar de cruzar mis brazos.
- eso no importa ahora, luego te cuento, si?, ahora déjame compensarte, por favor, acepta, si?- me hizo cara de perrito mojado y no me pude negar.
- bueno, está bien- dije con una sonrisa.
- prometo que no te arrepentirás- respondió tan feliz como si le hubiera dicho que se ganó la lotería.

En  el café Hic me contó como estos años se había interesado tanto en los vuelos con parapentes, como le apacionaba en serio el deporte, relató historias de personas que se ganaban la vida con ello, de accidentes pasados y lugares donde quería tirarse para volar, yo le conté sobre mi vida en París, sobre lo mucho que amaba comprar en sus tiendas, lo molestos que podían ser los paparazzi y la historia de como me habían descubierto las cámaras, el parecía fascinado con mis historias y me miraba con carita de ángel y escuchaba muy atento todo lo que decía. Hasta que, la vi pasar, el mundo se me paró en seco, trague saliva e intente esquivar a la gente de la cafetería para ver si era ella realmente, no era posible, me paré para ver mejor y Hic se preocupo- ocurre algo?- me dijo viendo mi cara- parece que hubieses visto un fantasma. Al comprobar que si, era claramente quien yo pensaba me senté inmediatamente en mi lugar y tape mi rostro con una mano
- Hic, tenemos que irnos ya- le dije en tono de secreto.
El pregunto porque y sólo me limite a decir " ahora" apretando mis dientes como para que entendiera, el miro por encima de mi para cerciorarse que ninguna camarera estuviera viendo y respondió "okey" agarre su brazo y sin dejar de taparme salimos de allí muy despacio, con la delicadeza que se corta una seda.
- Oigan- grito el dueño- deben pagar eso.
- apurate!- grite medio entre risas y sintiendo el corazón en la boca.
- Oigan!- grito nuevamente el dueño.
Empezamos a correr mientras yo repetía "vamos" "vamos". Llegamos a una avenida y nos detuvimos, agotados tomamos aire.
- creo que ya no nos sigue- dije al fin.
Hic se agachó para tomar aire mejor- tu crees- dijo riendo, ambos empezamos a reír casi sin aire pero sintiéndonos plenos.
- me parece que no podremos volver a ese bar jamas.
- no por un tiempo- le dije.
Continuamos con las risas, luego mire la hora y me di cuenta de lo tarde que era, devia volver a casa.
- Lo siento, debo irme ya- le dije, el entendió a la perfección y me paró un taxi, le di un abrazo y agradecí el buen rato luego me subí en este y lo salude con la mano mientras me alejaba.

Al llegar a casa, entre, deje mi bolso sobre el sofá y me fui a servir algo del refrigerador, en eso alguien cerró la puerta de este y me arrincono contra el mismo.
- que es lo que quieres?- pregunté irritada.
Jack me miraba con odio en sus ojos y tuve algo de miedo sobre mi destino pero me esforce por ocultarlo.
- Escuchame una cosa reinita- dijo y comencé a sentir su mano entrando por uno de los agujeros que tenía mi Jean, la sentí calida subiendo por mis muslos- tu... a mi- continuó, hablaba separando bien cada una de sus palabras una de la otra- no me dejas con las ganas- siguió mientras su mano continuaba su camino y se metía por debajo de mis bragas, intente moverme pero era imposible, me tenía sujeta de manos y pies- sin que antes yo te deje a ti- dicho esto agarró mi boca y mientras mis labios se abrían para darle paso a su lengua introdujo uno de sus dedos en mi sexo, deje escapar un gemido y mientras lo movia besaba mi boca con mucha suavidad pero sin dejar de ser intenso, empece a desear más y más, fue entonces cuando se detuvo y me soltó- que no se te olvide- dijo viendo mis labios y alejándose haciendome escapar un suspiro.

La vida con Los FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora