Capítulo 6 "En casa de Loki."

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Retrocedí, asustada.

-Hey, preciosa, no te asustes. Soy Azul-dijo una mujer con una sonrisa de loca. Ojos verdes, como los de Percy, salvo que no eran verde mar. Cabello rubio, como el mío. Claro que tenía unas ondas a su alrededor. No se porqué, pero esta mujer me daba cierta desconfianza.

-¡Annabeth! -gritó Magnus acercándose-. No hables con ella, o mejor dicho... con él. Es Loki, es su habilidad cambiar de sexo. Igual que su hija, Alex.

-No confíes en él, pequeña. Yo soy Azul, una mujer buena que ha perdido todo en la vida. ¿Quieres saber quien es el responsable de eso? -negué, aturdida-. ¡Este chico! -lo apuntó. No se porqué, pero me dieron ganas de darle golpes, y defender a la muchacha, a Azul.

-¡Annabeth, no lo escuches! Solo quiere confundirte, engañarte, como siempre hace. Quiere que estés de su parte, tal como Hazel lo hizo.

Y fue ahí cuando desperté de mi ensoñación. ¡Hazel! Ella había creído en las palabras de ese dios. Pero si era hombre, ¿cómo podía estar ahora ante mi, como mujer?

Fácil, yo leí sobre un dios con ese poder, era obvio que era él. ¿Cómo no lo recordé? ¿Qué me estaba pasando últimamente? Podría haberme engañado, y yo habría caído fácilmente. Lo de Percy me falló realmente, antes era más precavida respecto a todo.

-¿Dónde están mis amigas? -pregunté, intentado ocultar el miedo que me producía esta mujer.

-¿Hablas de tu amiga morena que me admira? -asentí. ¿Y Piper? ¿Acaso Piper no estaba con ellos?-. Está junto a Alex, dentro. ¿Quiere ir a hacerle compañía? Solo debes estar de mi parte.

-Hazel sólo está confundida, ¡jamás se uniría a ti! -rió, como una maniática.

-Que ingenua eres, y eso fue todo lo contrario y hizo. Dijo que era injusto que me juzgaran, cuando no sabía todo lo que había sufrido. Que chica más sabia.

-¿Y Piper?

-¿La chica de cabello caramelo con ojos multicolores? -asentí, cada vez me impacientaba más y más-. Está encerrada en el calabozo, junto a Sam. Lugar en donde tú y Magnus irán -miró atrás nuestro, donde unas misteriosas manos nos agarraron a Magnus y a mi.

-¡Cobarde! -le gritaba Magnus-. ¡Pelea! Pelea contra mi y Annabeth, veamos quien gana.

-Yo soy el dios del engaño, Magnus. No tú, aquí solo yo puedo engañarlos. Ahora, llevenselos.

-Es un cobarde -me susurró Magnus. Era cierto, no quiso enfrentarse a dos niños de 17 años.

Al llegar al calabozo, los tipos que nos llevaron a rastras, nos empujaron en el duro piso.

-¡Ah! -gritamos Magnus y yo, mientras caíamos

-Ahí se quedarán hasta que la guerra comienze -nos dijo la bella mujer. De repente, se comenzó a convertir en un hombre. Nunca había visto algo así. Pasó de ser a una bella mujer que daba miedo a un horrible hombre que daba mucho más miedo. Cabello negro, ojos negros, tes blanca, ropa negra. Todo negro este chico. Soltó una risotada y se fue.

-Gamóto ilíthio! - maldecí en griego antiguo. "¡Maldito idiota!"

-Cháouarnt! -maldijo Piper también en griego antiguo. "¡Cobarde!"

-Du stoppe det!-gritó Magnus en nórdico. Sorprendentemente lo pude entender, decía "¡Hay que detenerlos!"

Estaba de acuerdo con Magnus, no podíamos permitir que esto sucediera. Samirah solo miró, sin decir nada.

-¿Que hacemos? -preguntó Piper.

Annabeth Chase y el Gran Viaje a GreciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora