Capítulo 7 "La despedida."

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―¡Chicos! ―gritó Magnus―. ¡Era Loki! De seguro la volverá a convencer para que comience una guerra. ¡Hay que intervenir!

―Por supuesto, Magnus ―dije―. Pero antes hay que hacer una estrategia, elaborarlo bien.

―De eso nada. Tú padre lleva semanas esperando que decidas aparecer, Annabeth. Te echa de menos, quiere verte.

―Pero, Magnus. No te podemos dejar solo, tenemos que ayudar...

―Tranquila, prima. Aquí está Sam a mi lado, también están Heart y Blitz. Podremos los cuatros. Ustedes vayan, y preocupense por su misión.

―Pero... ―Magnus me dirigió una mirada que no pude evitar. Tenía razón, había una misión pendiente, y aún no sabíamos nada de nada―. Tienes razón, hemos de irnos.

―No podemos irnos ―intervino Piper―. ¿Y si muere gente? ¿Qué pasará? ¿Y si algo le pasa a Magnus? Annabeth, es tu primo. No podemos dejarlo. ―Piper estaba casi llorando. Y no sabía si era porque en realidad no quería que nadie muriese, o era para seguir junto a Magnus.

―Pip, tienes que irte ―dijo Magnus, acercándose a ella y agarrándola de las manos―. Tienen que irse, pero no te preocupes. Nos volveremos a encontrar, te lo prometo. Es increíble que en tan poco tiempo te hayas vuelto una persona tan importante para mi. No quiero que te vayas, en verdad no quiero, pero tampoco quiero verte sufrir. Lo mejor es que se vayan, y al final nos encontraremos de nuevo. Tranquila.

Me conmovieron sus palabras, y no fui la única. Tenían que ver a Piper, estaba siendo muy fuerte por aguantar el llanto. Sam estaba tan seria como siempre, pero tal vez igual se conmovió, aunque no mostrara señales de ni una sonrisa.

Piper y Magnus se dieron un largo abrazo, creo que Magnus le estaba susurrando cosas a Piper, y viceversa.

En ese momento, llegó Hazel. Sorprendemente seria.

―¡Annabeth! ―gritó al verme encerrada en esa fea selda―. ¡Lo siento tanto! ―dijo, y acto seguido corrió a donde me encontraba para agarrar mis manos―. Fui una tonta,o lamento. Nunca debí alejarme de ustedes.

―Tranquila, Hazel. Está todo bien, querida amiga. Ahora nos iremos a casa de Magnus a ver a papá y descubrir que debemos hacer para nuestra misión.

―¿Y no ayudaremos?

Negué. No se había dado cuenta de que Piper y Magnus seguían abrazados.

―Lo siento ―le dijo Hazel, mirando a Samirah―. Perdón por pensar que me abandonaste, cuando era claro que no. Lo siento.

―No te preocupes, Hazel. Está todo bien.

―Creo que es hora de que se separen para pensar como salir de aquí ―dijo Samirah, a lo cual Hazel recién reparó en ellos.

―¡Piper Mclean! ¿Qué estás abrazando al primo de Annabeth, cuando se supone que tienes novio? ―gritó Hazel, entre divertida y enojada.

Piper se separó de Magnus algo avergonzada.

―Es solo un abrazo de despedidas, Hazel.

―Sí, ¿cómo no? En mis tiempos la gente no andaba abrazada de esa forma, como han cambiado los tiempos.

Todos nos comenzamos a reír, acordándonos de que Hazel no es de este tiempo.

Creo que si se los conté, Hazel murió hace unos setenta años, mientras intentaba salvar al mundo de Gea. Pero fue revivida por Nico di Angelo, otro hijo de Hades.

―¿Cómo salimos de aquí? ―preguntó Magnus.

―Este es metal ―dijo Hazel, examinando los barrotes―. El metal es una clase de oro, yo tengo experiencia sobre estas cosas, permitanme.

Annabeth Chase y el Gran Viaje a GreciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora