Capítulo 9 "El Comienzo de la misión."

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Me quedé mirando a la persona que había hablado. Era muy bella, con unos ojos grises idénticos a los mismo, y un atuendo digno de una guerrera. Era mi madre, Atenea.

―Annabeth ―me llamó la atención, al ver que estaba aturdida―. Ven, sientate.

―¿Qué pasó? ―pregunté con un hilo de voz―. ¿Dónde está papá? Yo venía a verlo.

―Como puedes observar, querida. Ha habido un atentado en esta casa.

―Sí, ¿pero dónde está él? No sé, tal vez logró escapar. Hay que llamarlo.

Saqué mi celular de su escondite, pero mi madre me lo quitó de las manos.

―Annabeth, si lo llamas. Los dioses primordiales encontrarán tu ubicación. ¿Es qué ese bueno para nada de Ates no te ha contado nada?

―Sí, me contó. Lo que quiere hacer Caos. Lo de sus hijos, todo eso. Afrodita también me dijo algo, pero bien mínimo. Solo me dijo que él era la nueva amenaza y ya.

―Sí ―dijo―. Nos contó que había llegado alguien ―Magnus―. Por eso estoy aquí, querida. Para contarte lo que ella tenía que haberte dicho.

―¿Qué más hay que saber? ―pregunté, solo deseando que se fuera para poder buscar a mi padre.

―Muchas cosas. Ares de seguro te dije que pelearas, ¿no es así? ―asentí―. Pues no lo hagas, solo perderás el tiempo. Ellos ya están saliendo, hace mucho que Caos está intentando sacarlos del tártaro. Y es seguro que lo conseguirán.

―¿Entonces que tengo que hacer?

―Viajar, ir a Grecia. Haz caso a la profecía.

Pensé en la profecía. ¿Cuáles eran sus líneas? ¡El desaparecido! Hablaba de una desaparecido.

―La profecía trata de un desaparecido. De que lo encontraré, pero no como yo espera. Debe ser papá, es el único desaparecido que conozco.

―Exacto, querida. El desaparecido es tu padre.

―¡El viaje! Hay un viaje. Es a Grecia, ¿no? Ares dice que allá es donde piensan ir los primordiales. A Grecia.

―Así es. Tienen que viajar a Grecia. A salvar nuestro templo. Si destruyen el de Grecia, nos volveremos mortales, tienes que detenerlo.

―¿Cómo llegaré allá? Es demasiado lejos.

―Tienen que encontrar una transporte rápido, y yo tengo la mejor opción.

―¿Qué?

―Un barco.

―¿Un barco? ¿Y dónde se supone que encontraré un barco?

―Ya sabes quien tiene un barco.

Pensé en la única persona que conocía que tenía una barco. Leo, pero él estaba muerto. Lo estaba.

―Leo está muerto, madre

―¿Quién te dice eso?

―¿Estás diciendo que está vivo?

―Yo solo digo que quizás deberían escuchar un poco más a Piper.

―Ella dice que está vivo.

―¿No te has planteado que quizás lo esté?

―¿Lo está?

―Yo no lo sé, Annabeth. Tienen que averiguarlo, busquenlo.

―Para eso vamos nosotras mismas a Grecia, llegaríamos antes.

Annabeth Chase y el Gran Viaje a GreciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora