Annabeth Chase y el Gran Viaje a Grecia

Capítulo 15 "Separarse"

―¡Percy! ―me desperté agitada.

No podía ser, ¿era eso cierto? ¿Es qué teníamos que planear otro recate?

No teníamos tiempo. Teníamos que encontrar al traidor y viajar a Grecia. Ahora también tendríamos que rescatar a los chicos. Esto era demasiado, y no teníamos tiempo.

Tres primordiales habían sido liberados del Tártaro. Escapaban demasiado rápido.

―¡Annabeth! ―me gritó Cárter, haciéndome salir de mi estupor―. Te he estado hablando, pero nada. ¿Qué te sucede? ¿Qué le sucedió a Percy? ―dijo esto último con algo de resentimiento en la voz.

―Lo secuestraron ―dije―. A él, a Jason y a Frank. Érebo, el dios de las sombras, esposo de Nyx.

―¿Qué? ―dijeron Hazel y Piper al unisono.

―¿Quienes son? ―preguntó Magnus.

Piper lo miró con culpa, y Hazel con diversión.

―Percy era el novio de Annabeth, creo que eso ya lo sabes ―empezó Hazel―. Frank es mi novio... y Jason es el novio de Piper ―añadió.

Piper la miró mal, y Magnus puso una mirada de tristeza.

―¿Tienes novio? ―le preguntó.

Piper solo asintió.

―¡Hay que rescatarlos! ―dijo Hazel.

―Sí ―dije―. También hay que encontrar al traidor para liberar a papá, y viajar a Grecia. Nada grave, podremos con todo.

―Siento interrumpirlos ―intervino Sam―. Pero hemos llegado.

Habíamos llegado. Se me había pasado a donde íbamos. Nos encontraríamos con Leo. ¡Lo volveríamos a ver!

Piper bajó rápidamente, seguida de Hazel. Piper no le habló en ningún momento a Hazel, estaba furiosa con ella. Y no lo comprendía

Piper tenía novio, Hazel solo dijo la verdad, no hizo nada malo. Piper es la que estaba haciendo mal, no Hazel. Tendría que hablar con ella, estaba cambiando y mucho.

Creé un mensaje iris rápidamente, y musité:

―Oh, diosa del arcoiris. Acepta mi ofrenda. Leo Valdés...

―¡Ese soy yo! ―me interrumpió una voz. Estaba cargada de humor y buena honda. Era él, era obvio que era él.

Cuando volteó divisó a un gran dragón de bronce, encima de él habían dos figuras. La primera era, claramente, femenina. Cabello corto, llevado por el viento. Y la otra figura era masculina. Era bajita, solo eso pude divisar. Pero era claro que era él. ¿Quién más tiene un dragón de bronce como mascota? ¡Solo podría ser Leo!

―¡Leo! ―gritó Piper, a punto de llorar de la emoción.

―¡Piper! ―Leo bajó de su dragón y abrazó a Piper. Luego miró a Hazel y la abrazó también a ella.

Los tres eran un mar de lágrimas.

Se separan y me invitan a unirme.

―¡Jo, chicas! No creí que las extrañaría tanto.

―¿Por qué no nos hablaste? ―preguntó Piper, algo enfadada.

―¡No podía! No importa eso ya, ahora a donde necesiten ir. Iremos

―Genial ―respondí―. Porque queremos que nos lleves a Grecia.

***

Leo nos llevó al lugar donde vivía y se ocultaba no se de que. No me quería explicar nada, por más que intentaba.

―Bien ―dijo, cuando nos sentamos―. Expliquenme

―¡Secuestraron al papá de Annabeth! ―exclamó Hazel.

―¡Secuestraron a Percy, Jason y Frank! ―exclamó Piper.

―¡Y Annabeth tiene una misión! ―exclamaron al unisono.

―¡Jo, chicas! ―exclamó Leo―. ¿Y quieren hacer la misión, rescatar a tu padre ―me miró―, y rescatar a los chicos? Les deseo suerte, en verdad.

―Nos separaremos ―inquirí, Leo me miró extrañado―. Pensaba en divirnos en grupos de tres para ir a los tres lugares. Tú y yo con alguien más, iremos a Grecia.

―Esperen ―me interrumpió Leo―. ¿Por qué tienen que ir a Grecia?

―Porque Caos está liberando a los primordiales ―dijo Piper.

―Y quieren ir a Grecia para destruir a los dioses de una vez por todas ―acabó Hazel.

―Bien, haremos los grupos de tres que Annabeth sugirió ―dijo Leo. Estaba raro, no con su sentido de humor habitual. Estaba más maduro, ¿qué?

―Para ir a rescatar a Percy... eh, a los chicos... irán cuatro. Yo y Leo iremos a Grecia en el Argo II, junto a alguien más. Piper, tú ve a buscar al traidor. Gracias a tu embrujahabla te lo revelarán en seguida.

―Yo voy con Piper ―dijo Magnus. Hazel lo miró mal.

―¡Uy! ―exclamó. Cada vez le caía peor―. Yo prefiero ir a rescatar a Frank que quedarme con la parejita. Creí que querrías ir a ver a Jason, pero veo que prefieres estar con el primo de Annabeth.

Piper la fulminó con la mirada, pero no dijo nada.

―Yo, Leo y Cárter iremos a Grecia ―Cárter me quedó mirando, extrañado―. Magnus, Piper y Calipso irán a buscar al traidor. Hazel, Sam, Alex y Sadie irán a rescatar a... a nuestros amigos ―me costó decir eso.

―¡Bien! ―exclamó Leo, feliz―. Voy a preparar el Argo II. Calipso, ¿me acompañas?

En cuando se van, las chicas se acercan a mi y me abrazan.

―Suerte, Annabeth ―dijo Piper―. No quería separarme de ustedes. Y Hazel, lo siento por lo que le hago a Jason, pero es que, ¡es una misión! Y yo solo quería disfrutar al máximo.

―Está bien, Pipes. Pero hazlo bien. Yo lo veré, podría...

―¡No! ―exclamó Piper, rápidamente―. Quieto decirle yo.

Hazel asintió, de acuerdo con Piper, y acto seguido la abrazó bien fuerte.

Hazel me miró.

―Annabeth, yo... ya sabes. Eh... veré a Percy, y...

―No ―la corté. Sabía lo que quería decir, y yo no quería hablar con él. No tenía nada que decirle.

―Pero... ―la fulmine con la mirada, cosa que dio por acabada la discusión.

La abracé, Piper se nos unió. Fue el mejor abrazos de todo, lo necesitaba. Las extrañaría tanto, empecé esto con ellas y las dejaría.

―Hazel ―la llamó Sadie, que iba acompañada de Cárter―. Es hora de irnos.

―Bien ―y nos dio el último abrazo. Sadie hizo lo mismo con Cárter, y se despidió de Piper.

Se acercó a mi y me abrazó.

―Cuidate ―me dijo―. Y cuida a mi hermano. Puede ser un dolor de cabeza, pero es mi hermano y le quiero. Le quiero mucho.

Solo asentí, no sabía que decirle.

Y así, Hazel y Sadie se fueron. Iban a salvar a los chicos, a enfrentarse a peligros.

―¡Nos vamos! ―gritó una voz femenina. Calipso.

Piper nos dio un último abrazo rápido, y antes de irse nos dijo:

―Cuidense, y pasenla bien ―nos guiñó un ojo y se fue. ¿Qué?

Quedé mirando raro a Cárter.

―Tú amiga está algo loca, ¿no?

Yo solo reí, tenia razón, la iba a pasar bien y seria con el.

Leo regresó, nos llevo hacia afuera y vimos que tenía todo listo para partir.
Era hora, nos iríamos a una gran y peligrosa misión.