Capítulo 12 "A Reencontrarse"

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Pasé por alto el hecho de que solo nombró a mis amigas, no a mi. Eso no importaba en ese momento, Leo estaba vivo. ¡Lo estaba! Piper tuvo razón todo el tiempo.

―¡Leo! ―exclamó Piper, eufórica.

Hazel no decía nada, solo lo miraba con los ojos como platos. Abría y cerraba la boca como pez fuera del agua. No lo podía creer, ninguna podía.

Cárter y Sadie miraban a Leo, y luego a nosotros, queriendo saber que estaba pasando.

―Piper, hola. Te extraño, reina de belleza.

Piper soltó una risa débil. Pero luego, se enfureció.

―¿Qué me extrañas? ¿Qué tú me extrañas? Si me extrañas te hubieras contactado conmigo, no hubieras dejado que pensaramos que estabas muerto. ¡Eres un idiota! ¿No sabes lo qué nos hiciste sufrir? Si estuvieras aquí, te daría una paliza. Maldito idiota.

Leo soltó una carcajada.

―¿Esas son las palabras que diría una hija de Afrodita, la reina de belleza? ―Piper no dice nada, solo lo fulmina con la mirada―. Está bien, lo siento. No podía comunicarme, no se porqué. Pero no podía hablar por mensaje iris. Llamaba, pero no pasaba nada. No entendía porqué. Me alegro tanto de que me hayan llamado.

―¿Y por qué nunca llegaste a tu casa? ―pregunta Hazel.

―Porque nos persiguen, quieren convencer a Calipso de que se una a ellos. Estamos escondidos, no podemos ir a ningún lado si no queremos morir. Y sinceramente, sería un desperdicio matar a este galán. Y lo siento, chicas.

―Dinos donde estás ―le pedí―. Iremos para allá, te necesitamos Leo. Estamos en una misión, los primordiales quieren ir a Grecia para destruir personalmente a los dioses. Tenemos que viajar, pero antes queremos encontrar a un traidor. Tiene a papá, y hay que rescatarlo.

―¿Y cuánto tiempo tienen? ¿Cómo van a hacer todo eso? ¿Buscar al traidor y viajar a Grecia? ¿Al menos saben algo de quién puede ser el traidor?

―No tenemos ni idea, y Aclis ya nos persigue. Tenemos que huir ya. Los demás hijos de Caos ya estarán por salir. No tenemos tiempo, hay que llegar antes que ellos.

―Bien, vengan. Cuando lleguen haremos un plan para avanzar más rápido. Estoy en Cherry Hill, está en Nueva Jersey, ¿saben llegar? Yo iría por ustedes, pero no podemos salir de Nueva Jersey.

―¿Y cómo haremos para ir a Grecia?

―Ahí veremos como escapamos.

―Bien, iremos, pero al centro de la ciudad, hasta ahí se llegar. Nos vas a buscar, dijiste que no podías salir de Nueva Jersey, así que si puedes ir.

―Perfecto. ¡Allá nos vemos! Me mandan un mensaje iris en cuanto lleguen.

La llamada se cortó, y por un instante nadie dijo nada.

Todos estábamos sorprendidos, haciéndonos a la idea de que Leo estaba vivo.

―Bueno, yo... ―Hazel comenzó―. Creo que debería pedirte... De verdad lo siento, Piper. Tenías razón, ¡Leo está vivo! Perdón por haber sido tan idiota.

―No te culpo ―dijo Piper―. Es lógico pensar eso, ahora lo que importa es que Leo está vivo y en breve lo veremos.

Las chicas se abrazaron, y ambas rompieron en lágrimas.

Me fijé en los Kane, que estaban a un lado sin decir nada. Se veían incómodos.

―Bien ―dije―. Si quieren ver a Leo, hay que partir ya, que es algo lejos. ¡Vamos!

Annabeth Chase y el Gran Viaje a GreciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora