Capitulo 4

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  LAUREN POV

Permanecí sentada durante un rato, demasiado agobiada como para moverme.Finalmente, me obligué a examinar el edificio derruido. Un grupo de chicas que sehabía amontonado afuera observaba con ansiedad las ventanas superiores, comoesperando que una espantosa bestia saltara al suelo en medio de una explosión devidrios y maderas.   

Un chasquido metálico, que venía de las ramas más altas del árbol, llamó mi atención. Mire hacia arriba y alcance a ver un destello de luz plateada y roja quedesaparecía por el tronco hacia el otro lado. Me puse de pie y camine alrededordel árbol, buscando una señal de aquello que había oído, pero sólo encontré ramas desnudas, grises y cafés, que se abrían en bifurcaciones, similares a losdedos de un esqueleto.

  —Eso fue uno de los escarabajos —dijo alguien.Gire hacia la derecha y me encontré con una chica bastante alta que me miraba fijamente. Era muy anciana,  de todas las que había vistohasta ese momento: tendría unos dieciocho, veinte años . El pelo rubio le cubría elcuello y las orejas, rozando los hombros. Sólo sus ojos cafés brillaban en mediode una cara triste, fofa y colorada.Puse una expresión de asombro ya que no sabia lo que dijo.—¿Un qué?

 —Un escarabajo —repuso, señalando la copa del árbol—. No te hará daño, amenos que seas tan estúpida como para tocarlo... Novata.La última palabra no le salió de forma muy natural, como si aún no hubieracomprendido bien la jerga del Área.Otro alarido, esta vez largo y escalofriante, rasgó el aire. Mi corazón se estremeció. El miedo era como un rocío helado sobre mi piel.—¿Qué está pasando allí? —pregunte, apuntando hacia el edificio.

 —Ni idea —respondió ella, que conservaba la grave de la adolescencia- selena está ahí adentro, muy enferma. Ellas la tienen.

 —¿Ellas? —respondí. No me agradó el tono malicioso que utilizó.

 —Sí.-dijo ella sin mas

—¿Quiénes son ellas?

 —Ojalá nunca lo averigües —respondió, con un aspecto demasiada tranquila para la situación. Me tendió la mano—. Soy Dinah. Yo era la Novata hasta quellegaste.¿Y ésta es mi guía para la noche?, pensé. No podía sacudirme del terriblemalestar, y ahora esto me sumaba irritación. Todo era absurdo y, además, me dolía mucho la cabeza.

—¿Por qué todas me llaman Novata? —pregunte, estrechando la mano de Dinah y soltándola de inmediato. 

—Porque eres un recién llegada —contestó con una carcajada. Otro aullidollegó desde la casa, y sonó como el de un animal famélico al que estabantorturando. 

—¿Cómo puedes reírte? —comente, horrorizada por el ruido—. Parece comosi tuvieran a un moribundo ahí adentro-.dije exaltada por el ruido.

 —Ella va a estar bien. Nadie muere si regresa a tiempo para recibir el Suero.Es todo o nada. Muerto o vivo. Sólo que duele mucho.

 —¿Qué es lo que duele mucho?Los ojos Dinah de vagaron un rato, como si no estuviera segura de larespuesta. 

—Humm... ser picada por los Penitentes.

 —¿Penitentes?Estaba cada vez más confundida. Picada. Penitentes. Las palabras teníanuna fuerte carga de terror y, de repente, ya no supe si quería escuchar más. Dinah se encogió de hombros y luego desvió la mirada, con un gesto desuficiencia. Lance un suspiro de frustración y me recosté contra el árbol. 

—Parece que no sabes mucho más que yo —le dije, pero tenía claro que esono era cierto. La forma en que había perdido la memoria era muy extraña.

 Recordaba bien cómo funcionaba el mundo, pero vacío de lo concreto, de losrostros, los nombres. Como un libro al que le faltaba una palabra de cada doce, locual hacía ardua y confusa su lectura. Desconocía un dato tan obvio como suedad.

The Maze Runner: Correr o Morir [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora