Capitulo 21

22 2 0
                                    

—Quiero ser Corredora. 

—Llevas aquí menos de una semana, lern. Es un poco rápido para querermorir, ¿no te parece? —dijo ally, volteándose y mirándola a los ojos. 

—No bromeo —respondió con expresión grave. Aun para ella misma nada deeso tenía mucho sentido. Pero era una sensación muy fuerte. De hecho, el deseode ser Corredor era lo único que lo animaba a seguir adelante y aceptar susituación. Ally prosiguió hablando sin quitarle la mirada. 

—Yo tampoco. Ni lo pienses. Nadie se convirtió en Corredora en el primermes, menos todavía en la primera semana. Nos quedan muchas pruebas porhacer antes de recomendarte a la Encargada. Lauren se puso de pie y comenzó a doblar su equipo de dormir. 

—Ally, hablo en serio. No puedo pasarme el día plantando jitomates, mevolvería loca. No sé qué hacía antes de que me despacharan aquí, pero el instintome dice que tengo que ser Corredora. Sé que puedo serlo. La muchacha continuaba sentada allí, mirándola, sin ofrecerle ayuda. 

 —Nadie dijo que no pudieras. Pero trata de olvidarte del tema por un tiempo.Sintió que le invadía la impaciencia. 

—Pero... 

—Escucha, Lern , sé lo que digo. Si comienzas a atropellar por ahí,comentando a todas que eres demasiado buena como para trabajar decampesina y que ya estás listo para ser una Corredora, ganarás muchas enemigas.Olvídalo por ahora.Lo último que quería en ese momento era tener enemigas, pero aun así,decidió atacar por otro lado. 

—Está bien. Hablaré con Lucy sobre esto. 

—Buena idea, Lern. La Asamblea es la que elige a las Corredoras, de modoque si consideras que yo soy dura, ellas se reirán en tu propia cara. 

—¿Qué saben ustedes? Yo podría ser realmente buena. Creo que es unapérdida de tiempo hacerme esperar. Ally se levantó. 

—Préstame atención, Novata. Escucha bien lo que te voy a decir —leadvirtió, mientras la señalaba con el dedo. En ese momento Lauren descubrióque no se sentía demasiada intimidada. Puso los ojos en blanco, pero luego asintió—. Mejor déjate de tonterías, antes de que las otras te escuchen. Aquí, las cosasfuncionan de otra manera, y toda nuestra existencia entera se basa en que todofuncione.Hizo una pausa, pero Lauren no dijo nada, temiendo el sermón que seavecinaba. —Orden —agregó—. Tienes que grabarte esa palabra en tu cabeza a lobestia. El motivo por el cual todas estamos cuerdas aquí adentro es porquetrabajamos duro para mantener el orden. Por esa razón echamos a Selena. ¿Acasocrees que podemos permitir que haya chifladas dando vueltas, intentando matargente? Orden. Si hay algo que no necesitamos en este momento es alguien quevenga a enturbiar las cosas. Lauren dejó su terquedad de lado, pues se dio cuenta de que era hora decerrar la boca. 

—Claro —fue todo lo que añadió. 

Ally la palmeó en la espalda. —Hagamos un trato. 

—¿Qué? —preguntó, sintiendo renacer sus esperanzas. 

—Tú no hablas más del tema y yo te pongo en la lista de posibles candidatasapenas demuestres que tienes algo de poder. Abres la boca y me voy a ocupar deque nunca tengas una maldita oportunidad, ¿de acuerdo?Detestaba la idea de tener que esperar, sin saber por cuánto tiempo. 

—Ese trato es una mierda. Ally levantó las cejasLuego de unos segundos, Lauren hizo una señal afirmativa. —Trato hecho. 

—Vamos pues, vayamos a buscar algo para picar de lo que prepara Ariana. Yespero que no nos agarre una intoxicación brutal.Esa mañana, por fin conoció al tristemente célebre Ariana, pero sólo de lejos. La tipa estaba muy ocupada preparando el desayuno para un ejército dehambrientas Habitantes. No podía tener más de dieciséis años, comotratando de escapar de los confines de su ropa manchada de comida. No parece La tipa más limpia del mundo como para supervisar la cocina, pensó. Lauren y Ally acababan de sentarse con Dinah en una mesa alejada de laCocina, cuando un numeroso grupo de Habitantes se levantó y corrió hacia laPuerta del Oeste, hablando animadamente entre ellos. 

—¿Qué pasa? —inquirió, sorprendida ante la naturalidad de su pregunta. Los nuevos acontecimientos del Área ya formaban parte de su vida. Ally hizo un gesto de indiferencia y se abalanzó sobre su desayuno. 

—Están despidiendo a Lucy y a Normani, que van a ver al condenado Penitentemuerto. 

—Hey —dijo Dinah, mientras un trozo de tocino salía volando de su boca—.Tengo una pregunta sobre eso. }

—No me digas, Dinah—repuso Ally con un dejo de sarcasmo—. ¿Y cuálsería tu maldita pregunta? La chica parecía muy concentrada en sus pensamientos. 

—Bueno, es que ellas encontraron a un Penitente muerto, ¿no es cierto? 

—Ah, ¿sí? —contestó—. Gracias por la noticia. Dinah golpeó el tenedor distraídamente contra la mesa. 

—Bueno, y entonces ¿quién mató a esa estúpida criatura?Excelente pregunta, Dinah, pensó Lauren. Esperó que Ally respondiera,pero no se escuchó nada. Era obvio que no tenía la más remota idea

        

The Maze Runner: Correr o Morir [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora