Capitulo 9

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LAUREN POV

  —Voy a decirte lo que yo quiera, Novata. Vamos. 

—¿Puedo ir? —preguntó Dinah desde la mesa. Normani estiró la mano y le pellizcó la oreja. 

—¡Aay ! —chilló. 

—¿Acaso no tienes trabajo, DJ? —le preguntó—. Hay mucha limpiezapor hacer. 

Dinah levantó los ojos en señal de irritación y luego me miró 

—Que te diviertas. 

—Haré lo posible —le conteste.

De pronto, sentí pena por Dinah. Deseó que las demás la trataran mejor. Pero yo no podía hacer nada al respecto, ya era horade irme. Me aleje con Normani, esperando que ésa fuera la inauguración oficial de la Visita Guiada. 

Comenzamos por la Caja, que en ese momento permanecía cerrada. Era una puerta doble de metal apoyada contra el suelo, cubierta con una pintura blanca agrietada y oxidada. Había mucha más luz y las sombras se movían en la dirección opuesta a la que yo había visto el día anterior. Todavía no había divisado el sol, pero daba la impresión de que iba a aparecer sobre la pared oriental en cualquier momento. Normani apuntó hacia abajo señalando las puertas. 

—Esto es la Caja. Una vez por mes, recibimos Novatas como tú, nunca falla.Una vez por semana, nos llegan suministros, ropa, algo de comida. No necesitamos mucho, prácticamente nos abastecemos nosotras mismas. Hice una señal afirmativa. Sentía que el cuerpo me ardía de ganas de hacer preguntas. Necesito cinta adhesiva para pegarme la boca, pensó. 

—Esa Caja es una sorpresa constante para nosotras, ¿me captas la idea? —continuó—. No sabemos de dónde viene, cómo llegó hasta aquí, ni quién está a cargo. Las personas que nos mandaron aquí no nos dijeron nada. Tenemos toda la electricidad que necesitamos, cultivamos y criamos casi todo lo que comemos,nos hacemos la ropa y todo lo demás. Una vez tratamos de enviar a una Novata devuelta en la Caja. No se movió hasta que la sacamos de ahí. Me preguntó qué habría debajo de las puertas cuando la Caja no estaba allí, pero contuve la lengua. Sentía una mezcla de curiosidad, frustración y asombro, todo matizado con el recuerdo constante del horroroso Penitente de esa madrugada. Normani continuaba hablando sin molestarse en mirarme a los ojos. 

—El Área está dividida en cuatro sectores —levantó los dedos mientras lose numeraba—: Jardines, Matadero, Finca, Lápidas. ¿Lo captaste?, asentí  pero después con cara de confusión.Los párpados de Normani se sacudieron breve mente y siguió hablando. Parecía que pensaba en todas las cosas que podría estar haciendo en ese momento.Señaló hacia la esquina del noreste, donde se encontraban los campos y los árboles frutales. 

—Los Jardines. Allí tenemos los cultivos. El agua viene por cañerías que se encuentran en el suelo: siempre han estado, de lo contrario habríamos muerto de hambre hace mucho tiempo. Nunca llueve aquí. Jamás —y apuntó al rincón del sureste, la sección de los corrales y el granero—. El Matadero, donde criamos y matamos animales —luego señaló hacia el sector de las viviendas lastimosas—.La Finca. Ese estúpido lugar es dos veces más grande de lo que era cuando llegó la primera de nosotras, porque seguimos haciendo agregados cada vez que nos mandan madera y excremento. No será bonito, pero funciona. De todos modos, la mayoría duerme afuera.

Me sentía mareada ante las innumerables preguntas que daban vuelta sen mi mente.Por último, me tocó el turno a la esquina del suroeste, la zona del bosque. Tenía adelante varios árboles raquíticos y bancas. 

—La llamamos las Lápidas. El cementerio está atrás, en ese rincón, donde el bosque es más denso. No hay mucho más. Puedes ir ahí a sentarte, descansar, lo que quieras —aclaró su garganta, como queriendo cambiar de tema—. Pasarás las próximas dos semanas trabajando un día con cada uno de los Encargados delos diferentes trabajos, hasta que sepamos para qué eres bueno. Puedes ser Albañil,Embolsadora. Siempre surge algo. Vamos.Caminamos hacia la Puerta del Sur, ubicada entre lo que ella había llamado las  Lápidas y el Matadero. La seguí, arrugando mi nariz ante el súbito olor a suciedad y abono que venía de los corrales. ¿Un cementerio?, pensé. ¿Para qué necesitarán un cementerio en un lugar lleno de chicas? Eso me inquietó aún más que algunas de las palabras que Normani repetía, como Embolsadora,que tampoco me resultaban muy agradables. Una vez más estuve a punto de interrumpirla, pero mantuve la boca cerrada.Frustrada, desvié su atención hacia los corrales del sector del Matadero.Varias vacas masticaban y rumiaban de un comedero lleno de heno verdoso. Los cerdos retozaban en medio del lodo, y sólo el movimiento ocasional de alguna cola era la señal de que aún estaban vivos. Había un corral de ovejas, un gallinero y jaulas con pavos. Las trabajadoras andaban muy atareadas por la zona; daba la impresión de que se habían pasado toda la vida en una granja.¿Por qué será que recuerdo a estos animales?, me pregunte. Nada me parecía nuevo ni interesante: sabía cómo se llamaban, lo que comían normalmente, cuál era su aspecto. ¿Por qué me acordaba de esos detalles y no de dónde había visto antes a esos animales o con quién? Mi pérdida de la memoria era desconcertante por lo compleja. Normani señaló hacia el amplio establo situado en el rincón trasero, cuya pintura roja ya se había decolorado adquiriendo un tono cobrizo pálido. 

 —Allí atrás trabajan las Carniceras. Una tarea desagradable y asquerosa. Si te gusta la sangre, ése es tu lugar. Sacudí la cabeza. Esa ocupación no me sonaba nada bien. Mientras continuábamos la caminata, dirigí mi atención hacia el otro lado del Área, donde estaban las Lápidas. A medida que se internaban en ese rincón, la arboleda se volvía más densa y espesa, más viva y con más follaje. A pesar de la hora del día, unas sombras oscuras cubrían la zona más profunda del bosque. Mire hacia arriba entrecerrando los ojos, y pensé que finalmente el sol debería haber parecido, pero todo estaba raro, más anaranjado que de costumbre. Consideré que ése era, seguramente, otro ejemplo de mi extraña memoria selectiva. 

Llevé otra vez la mirada hacia las Lápidas, pero un disco incandescente seguía flotando delante de mi vista. Al parpadear para quitarme la imagen, vi las luces rojas otra vez, deslizándose y destellando en la oscuridad del bosque. ¿Qué son esas cosas?, pensé, disgustado porque la líder se negaba a contestar mis preguntas. El secreto me resultaba irritante. Normani se detuvo y pude descubrir con sorpresa que habíamos llegado a la Puerta del Sur: los dos muros y la salida se elevaban sobre nosotras.Los gruesos bloques de piedra gris estaban agrietados y cubiertos de una añosa enredadera. Estiré el cuello para divisar la parte superior de las paredes. Mi cabeza parecía girar, provocan dome la extraña sensación de que estaba mirando hacia abajo y no hacia arriba. Retrocedí un paso tambaleándome, nuevamente impresionada por la estructura de mi nueva casa. Luego volví mi atención a Normani, que estaba de espaldas a la salida. 

—Allá afuera está el Laberinto —dijo Normani, pasando el pulgar sobre mi hombro. Luego hizo una pausa. Mire atentamente en esa dirección, atravéz del hueco entre las paredes, que servía de salida del Área. 

Los pasillos de afuera eran muy parecidos a los que había visto desde la ventana junto a la Puerta del Este, temprano en la mañana. Sentí un escalofrío al imaginar que un Penitente podía aparecer y atacarnos en cualquier momento. Me fui hacia atrás antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo. Tranquila, me dijo a sí misma,avergonzada.      

The Maze Runner: Correr o Morir [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora