Capitulo 13

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LAUREN POV

Entonces, ¿de dónde viene la electricidad? 

—¿A quién le importa? Yo la uso y y a. 

Pero qué sorpresa, pensé. Nunca una respuesta como esa.Trajo a la mesa dos platos con sandwiches y zanahorias. El pan era grueso y blanco, las zanahorias de un anaranjado brillante. Mi estómago rugió de desesperación: me abalance sobre los sandwiches y comencé a devorarlos. 

—Mucho mejor que el desayuno—masculle con la boca llena—, al menos la comida es buena.Pude terminar de comer sin que mi amiga dijera una sola palabra. Y tuve suerte de que Dinah no tuviera ganas de hablar porque, a pesar de lo raro que había sido todo lo ocurrido dentro del alcance de mi memoria, Me se sentía tranquila nuevamente. Con el estómago lleno, la energía recobrada y la mente agradecida por esos breves momentos de paz, decidí que de ahí en adelante dejaría de quejarse y enfrentaría los hechos.Después del último bocado, me recostó en la silla. 

—Bueno —dije, limpiándome la boca con una servilleta—. ¿Qué tengo que hacer para convertirme en Corredora? 

—Otra vez con eso... — Dinah dejó de jugar con las migas del plato mientrassoltaba un suspiro largo y sonoro. 

—Normani dijo que empezaría pronto mis pruebas con las diferentes Encargadas. Entonces, ¿cuándo me toca con las Corredoras? —insistí, esperando pacientemente recibir algún tipo de información real. Pero Dinah puso los ojos en blanco con un gesto exagerado, para dejar bien claro lo estúpida que le parecía la idea. 

—Deberían estar de vuelta en unas pocas horas. ¿Por qué no les preguntas aellas?Ignore el sarcasmo y proseguí. 

—¿Qué hacen todas las noches cuando regresan? ¿Qué pasa en ese edificio deconcreto? 

—Mapas. Se reúnen en cuanto vuelven, antes de olvidarse de algo. ¿Mapas?,pensé, confundida. 

—Pero si tratan de hacer un mapa, ¿por qué no llevan papel para escribir mientras están allí afuera?Mapas. Hacía tiempo que no me sentía tan intrigada. Eso podía implicar una solución potencial para la situación en que se hallaban. 

—Por supuesto que lo hacen, pero siempre quedan cosas que tienen que discutir y analizar y toda esa garlopa. Además —la chica volvió a hacer ese gesto de suficiencia con los ojos— ellas se pasan la mayor parte del tiempo corriendo y no escribiendo. Por eso se llaman Corredoras. 

Pensé en las Corredoras y en los Mapas. ¿Acaso el Laberinto podía ser realmente tan inmenso como para que aun después de dos años no hubiera encontrado una salida? Parecía imposible. Pero luego recordé lo que Normani había dicho acerca de las paredes que se movían. ¿Y si estuvieran condenadas a vivir allí hasta la muerte?Condenadas. La palabra me provocó una corriente de pánico y la chispa de esperanza que había traído en la comida se apagó con un prolongado silbido. 

—Dinah, ¿y si todas somos criminales? Quiero decir, ¿y si somos asesinas o algo así? 

—¿Qué? —exclamó, mirándome como si fuera una demente—. ¿Y de dónde vino ese pensamiento tan alegre? 

—Reflexiona por un momento. Nuestras memorias fueron borradas. Vivimos en un lugar que parece no tener salida, rodeadas por guardias-monstruos sedientos de sangre. ¿No te suena a una prisión? —mientras lo decía en voz alta, me parecía cada vez más posible. Se me revolvieron las tripas. 

—Debo tener Diecisiete años —dijo Dinah—. Dieciséis como mucho. ¿Realmente crees que pude haber hecho algo que me mande a la cárcel de por vida? 

—No me importa lo que hiciste o dejaste de hacer. De cualquier modo, has sido enviada a prisión, ¿o acaso esto te parecen vacaciones?Diablos, pensé. Ojalá esté equivocada. 

—No sé. Es mejor que... —comenzó a decir Dinah. 

—Sí, ya sé, que vivir en una pila de Excremento —agregue, mientras me levantaba y empujaba la silla debajo de la mesa. Dinah me caía bien, pero tratar de mantener una conversación inteligente con ella era imposible. Por no mencionar también, frustrante y molesta.

—Ve a hacerte otro sandwich. Yo voy a explorar.Nos vemos a la noche.Salí al patio sin darle tiempo a que se ofreciera a acompañarme. El Área había vuelto a su rutina usual: cada una en su trabajo, las puertas de la Caja estaban cerradas y el sol brillaba. Cualquier señal de una chica loca trayendo avisos sobre el fin del mundo había desaparecido.Como la Visita Guiada había sido interrumpida, decidí ir a dar un paseo por el Área, y así poder conocer mejor el lugar y acostumbrarme a él. Me dirigí a la esquina noreste, hacia las hileras altas de maíz, que parecían listas para ser cosechadas. También había jitomates, lechugas, chícharos y mucho más que no alcance a reconocer.Respire profundamente, disfrutando del olor fresco de la tierra y de las plantas. Estaba segura de que el aire me traería algún tipo de recuerdo placentero,pero no fue así. Al acercarme, vio que varias chicas estaban desmalezando y trabajando la tierra de los campos. Una de ellas agitó la mano y me sonrió. Era una sonrisa de verdad.Quizás este lugar no sea tan malo después de todo, pensé. No todos deben ser unas idiotas. Tome otra bocanada de ese aire agradable y dejé de lado los pensamientos sombríos. Había mucho para ver. 

Continué por el sector sureste, donde habían construido cercos rústicos de madera para contener a los animales: vacas, cabras, ovejas y cerdos. Sin embargo, no había caballos. Eso es una maldición, me dije. Los jinetes serian muchísimo más rápidos que las Corredoras. Mientras pasaba por los corrales, se me ocurrió que debía haber estado en contacto con animales en mi vida anterior al Área. Los olores, los sonidos, todo me resultaba muy familiar.Esa parte no olía tan bien como la de los cultivos, pero aun así, creí que podría haber sido mucho peor. Explorando la zona, comprobé una vez más lo bien que loas Habitantes del Área mantenían el lugar y la limpieza que imperaba en todos lados. Estaba impresionada por lo organizadas que tenían que ser y lo duro que debían de trabajar. Me imagine que el lugar sería horrible si todas fueran vagas y estúpidas.Finalmente, me encamine hacia el rincón del suroeste, próximo al bosque. Al acercarme a los árboles escasos y esqueléticos que se erguían delante de mi,  me sorprendió un extraño movimiento a sus pies, seguido de una serie de repiqueteos rápidos y constantes. Mire hacia abajo y alcancé a ver el reflejo del sol sobre algo metálico 

—una rata de juguete—pensé, que pasaba junto a mi correteando a toda prisa hacia el bosquecito. Ya estaba a tres metros de distancia cuando me di cuenta de que no se trataba de una rata, parecía más bien una lagartija, con unas seis patas saliendo del tronco largo y plateado.Un escarabajo. Es la forma en que nos vigilan, había dicho Normani. Pude ver un destello de luz rojiza que barría el suelo delante de la criatura,como si viniera de mis ojos. La lógica me dijo que la mente debía estar engañándome, pero  hubiera jurado que vi la palabra "CRUEL" escrita engrandes letras verdes sobre la espalda redondeada del animal. Algo tan extraño merecía una investigación.Corrí detrás del escurridizo espía y, en cuestión de segundos, penetré en la espesura y el mundo se oscureció.          

The Maze Runner: Correr o Morir [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora