/22:56/ /Casa de María y Lucas/
- Perfecto. ¿Ahora que hacemos?
- Principalmente necesito calma. - dije
- ¿Calma? ¡Hay un apocalipsis zombi y quieres calma! - grita Carol.
Miré a mi alrededor.
- Tenemos que tapar todas las ventanas y puertas excepto una. Esa ventana que no quede cerrada será la única que nos dará luz. - aporté.
- Buena idea. Estaremos todos juntos en esa parte de la casa. Ahí, si algún zombi entra, balazo. - dijo Marc.
- No tenemos pistolas. - recriminó Bryan.
Miré a Lucas y a María. Ellos son los dueños, sabrán lo que tienen.
- Mi padre nos dejó a ambos una pistola por si las moscas. - dijo Lucas - Voy a buscarlas.
- Te acompaño. - le respondí.
- Mientras tanto, cerremos las posibles entradas. - dice María.
Acompañé a Lucas hasta su dormitorio.
- No sabemos si son zombies como en las películas. Tal vez no mueren con pistolazos, tal vez es con otra cosa. O tal vez no mueran con nada. - aporté.
- Eso es verdad, pero hasta entonces solo podemos probar con esto.
- Sí. - dije sosteniendo el arma.
- ¿Quieres que te enseñe a usarla?
- Padre militar. - dije introduciendo la munición.
- Así que no eres tan inocente como pensaba.
- No. - dije colocandome la pistola en la parte posterior de mi pantalón. (en el culo, básicamente) - Ahora, ayúdame con esta ventana. - digo mientras intento mover uno de los muebles.
Inmediatamente, reacciona y me ayuda. Miro como ha quedado. Abro el armario, mostrando ropa de Lucas.
- Ey, esa es mi ropa.
- No te la voy a robar, tranquilo. - dije mientras me acercaba al final del mueble.
Toqué la madera del fondo, imitando la llamada de una puerta. Un sonido hueco sonó. Revisé la puerta y vi que tenía cerrojo.
- ¿Tienes la llave de este armario? - digo.
- Si, creo que lo tengo aquí. - dijo antes de que me mostrara una llave.
- Perfecto, digo insertando la llave en la cerradura.
- ¡Espera! - me para.
Coje unas cuantas prendas de ropa.
- Nos serán útiles.
- Perfecto. - cierro la puerta del armario con la llave.
·
- Toma. - me da una chaqueta.
- ¿Uhm?
- Tienes la chaqueta empapada.
Contemplo mi chaqueta. Efectivamente, estaba empapada. Me quito mi chaqueta y la miro por unos segundos. Tiro de ella, rasgando un trozo.
- ¿Qué haces loca? - me dice Carol. - Esa chaqueta es de marca.
- No creo que a los zombis le importe mucho, la verdad.
Me coloco ese trozo cerrando la herida de mi brazo.
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El desierto de los zombis.
مغامرةUn fallo en un experimento científico desata el miedo en la ciudad. Una gran horda de zombis campea por la ciudad matando sin piedad a los habitantes con el propósito de expandirse a más ciudades. Laura y sus amigos tendrán que buscar una manera de...