- ¿Estás bien? - me preguntó Pedro al despertarse.
- Sí, solo... Esto es muy incómodo. - me levanté, intentando ponerme sentada.
- No te... - dijo con la esperanza de poder detenerme.
Solté un agudo grito de dolor.
- Muevas...
Miré mi hombro, dónde me mordió esa cosa.
- Se te infectó gravemente la herida, por eso los mareos. Los zombis, o lo que sea eso, no transmiten la enfermedad mordiendo, aún desconocemos la forma, pero mordiendo no.
- ¿Entonces porqué me mordió?
- Porque la sangre humana no infectada, elimina la enfermedad.
- Así que... ¿Tenemos la cura?
- No. En lo que estabas inconsciente, he podido apreciar a lo lejos como zombis se transforman en una especie de cadáveres. He estado investigando y he descubierto que hay una fase más después de la primera. Y no hay cura para eso.
- ¿Qué hacen esos cadáveres?
- Matan y se alimentan. Cuanta más comida, más sed de hambre tienen. Tenemos que tener precaución.
- ¿Y dónde estamos? - miré a mi alrededor.
- En una casa. Hemos tenido suerte, es de una persona militar y está intacta.
- ¿Militar?
Automaticamente pensé en mis padres, ¿cómo estarán?
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El desierto de los zombis.
AvventuraUn fallo en un experimento científico desata el miedo en la ciudad. Una gran horda de zombis campea por la ciudad matando sin piedad a los habitantes con el propósito de expandirse a más ciudades. Laura y sus amigos tendrán que buscar una manera de...