reencuentro

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Septiembre,Una mañana más, fría y común.
Seguía nevando desde lo de ayer, no ha parado en toda la noche. Lo que era una fina capa de hielo se ha convertido en unos abundantes centímetros de nieve helada bajo mis pies.

Estaba solo a unos pasos del instituto, perdido en mis pensamientos,como siempre.
Oía las risas de los niños de primero corriendo hacia la entrada, y el chirrio de la valla de la escuela que se abría lentamente.

Entré en clase,de repente me invadió una sensación extraña, como de que algo no cuadraba, de que algo no Hiba bien, me senté e intenté analizar la situación.
- a ver, Todo va bien, yo estoy aquí, en el instituto como siempre,es la primera hora de un martes y me toca historia en el aula del segundo piso. ahora, ¿¿que me pasa??-
Miré a mi alrededor, mis compañeros ni sé percataban de mi presencia, los chicos estaban ocupados hablando barbaridades de una chica de 4°B, la cual al parecer era un poco ligera de cascos.

Las chicas en cambio, se estaban contando unas a otras los escándalos más recientes de la vida de algún pobre cantante.
Si, Definitivamente está todo como siempre.

La clase de historia de la profesora Ferrán era lo más aburrido que ha existido nunca sobre la faz de la tierra, ella era una señora de mediana edad, bajita y sosa, su cara adormilada  ya era parte de su persona, y su pelo rojizo estaba atado en un moño desordenado.
Estoy seguro que no era su intención,pero sus clases producían un efecto soporifero en los alumnos, los cuales aprovecharon para recuperar el sueño perdido en alguna discoteca de mala muerte la noche anterior.

Pero yo no era capaz de dormir ni de relajar la mente ni por un segundo. Sentía en Mi interior  una extraña sensación de rabia, como si algo me hubiera irritado profundamente, pero no como cuando al freír un huevo la yema se rompe y se derrama por toda la sartén, ni como cuando te atiende un camarero antipático,
Era verdadera frustración, aunque no entendía en motivo.
Sonó el timbre que puso fin la primera hora de clase y mis dudas no hicieron más que ofuscarse.
La siguiente hora tuve que usar la estrategia de N.E.A.P.S.B.A ,que por cierto, usaba muy  a menudo.
Muchas veces me da pereza darles nombres a mis "estrategias" por así decirlo, y prefiero ponerles siglas que solo yo pueda descifrar, por ejemplo:
No Estoy Atendiendo Pero Soy Buen Actor.
Básicamente consistía en fingir estar concentrado en el tema del libro y mientras pensar en mis asuntos, astuto eh?
Pero mis asuntos en aquel momento eran encontrar la razón de aquel malestar que me atormentaba, así que por milésima vez volví a mirar a mi alrededor, y al fin conseguí captar lo que tanto me molestaba.

Ella no había vendido.
Su pupitre estaba vacío y su mochila no estaba.
Ya me acuerdo.
Ayer la estuve esperando media hora a la salida del instituto,pero al final no vino, recuerdo irme a casa furioso. ¿Tanto me molestó?

La clase se me hizo muy corta y de repente ya estaba en el patio.había dejado de nevar.
Pero no podía dejar de pensar en ella y lo que había pasado el día anterior.

Ayer cuando se puso a nevar volví a notar el aire denso y extraño,como en aquella clase de matemáticas tan caótica.
Nunca había sentido algo tan raro, no sé me va de la cabeza la imagen de su piel blanca y la sensación de la nieve suave cayendo sobre mi espalda.
Pero...se puede saber que me pasa?! Venga ya! Deja de pensar en tonterías, no ha venido y punto, a lo mejor está enferma. Intenté convencerme de aquello repitiendolemelo una y otra vez.

Estaba sumergido en estos pensamientos hasta que noté un brazo que se apoyaba bruscamente sobre mi hombro -hey chaval en que chorradas piensas?-  dijo una voz conocida a mi derecha, era Joan de 4°C y su amigo Bruno.  -Eso, venga quita esa cara de amargado- dijo Bruno, -chicos no tengo dinero- dije prudente, - vamos ven con nosotros- dijo Bruno tirando de mí, -eso,ven un momento- añadió Joan. Me llevaron casi a la fuerza hasta un rincón muy apartado del patio, donde no había nadie que pudiera vernos.

-Muy bien Mateo, ahora vas a pagar- dijo Bruno con pura rabia en su mirada, -que? Porque? Que he echo?- dije retrocediendo, - hace días que no nos traes dinero- dijo Joan, -pero si no tengo dinero quereís que haga?- dije intentando justificar esa acusación absurda.
Joan acercó la cara a la mía y murmuró en mi oído:-sabes lo que les pasa a los que no traen dinero verdad Mateo?-
Bruno me empujó y caí sobre el cemento helado golpeándome la cabeza contra el suelo,
se me nublaba la vista, pero a pesar de eso pude ver cómo una silueta se acercaba a mí hasta estar a mi lado.
Esta levantó un puño y yo cerré los ojos.
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Abrí los ojos aturdido.
-hey- dijo una voz dulce y familiar,
no acababa de recuperar la vista del todo pero ya no sentía la nieve bajo mi cuerpo. estaba tumbado y mi cabeza estaba apoyada sobre una superficie suave y negra, una sudadera.
Me senté de un brinco, puse mis manos sobre mi cara, - estoy bien??- dije incrédulo,
-eso mismo Hiba a preguntarte- dijo la voz.
Mi cara estaba intacta, pero me dolía mucho la cabeza por el golpe contra el suelo. Pasé una mano bajo mi pelo para masajearme suavemente la zona.
Me dí la vuelta para descubrir la dueña de aquella voz que tanto me sonaba.
Era ella, estaba sonriendo sentada al lado mío, tenía un corte en la mejilla derecha y un golpe en el cuello. Me percaté de la sangre sobre su sudadera y asustado saqué la mano de entre mi pelo, tenía algo de sangre en los dedos.
No tenía palabra alguna.
- decides meterte en líos justo cuando no estoy?- dijo ella con una sonrisa, - que...?- dije incrédulo,
- tranquilo ya se han ido- añadió.
-Pero tú...como...?- dije intentando formar una frase entera, -estás bien, solo es un corte,no te pongas nervioso- dijo ella sin dejar de sonreír, en efecto el dolor de cabeza se estaba aliviando lentamente.
Luego me fijé en sus heridas, - Que ha pasado?! Estás bien?!- dije corriendo hacia ella, - claro, nunca he estado mejor tonto- dijo entre risas,
- que dices?? Te has vuelto loca! Esto está...- mi voz se apagó en un murmullo cuando me di cuenta que en vez de sangre por sus heridas bajaba una sustancia azul. Ella bajó la mirada y se dió la vuelta nerviosa,
- oye esto es algo que me viene da familia, no te asustes por favor-
Dijo con tono ansioso. Yo ya no sabía que decir ni que pensar, -tienes una enfermedad en la sangre?!- le pregunté inquieto - no te preocupes, no es nada malo,he nacido así- dijo dándose la vuelta.
- Eso da igual! Mírate eso no para de sangrar!- grité histérico, - ya parará- dijo ella con una gran sonrisa en los labios.
Me senté en el suelo ligeramente mareado. Ella se levantó y me tendió la mano -vamos, ven conmigo, hoy nos saltamos mates!- dijo alegremente. Me levanté con su ayuda y mi ánimo también se levantó conmigo.
corrimos juntos hasta la salida. Su mano estaba helada, como la de un muerto, pero ella no paraba de sonreír, y al cabo de unos minutos observándola de repente me ví riendo y corriendo como un niño pequeño.

Salimos del instituto y nos soltamos las manos.
- tienes que explicarme muchas cosas- le dije serio
-el que?-
-todo- respondí.
Nos quedamos en silencio unos segundos interminables.
- ya sospechaba algo malo de ésos dos, no son buenas personas- dijo reprochandome lo ocurrido, - como has llegado a tiempo? - le pregunté,
- ya sabes que soy muy rápida- dijo alegremente, -y porque no has venido? Has aparecido de repente de la nada!- le dije irritado.
- perdóname he tenido cosas de las que ocuparme - dijo ella más seria.
-me has tenido preocupado,niñata- murmuré, ella se quedó un momento mirándome, luego una sonrisa iluminó su rostro,
- tu también me has preocupado tonto- dijo con voz dulce y jocosa, - te tengo dicho que no te metas en líos cuando yo no estoy, vamos ven- me dijo cogiéndome la mano. - conozco un sitio guay- me confió al oído.


















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