Sábado por la mañana

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Un rayo de sol entró por la ventana entreabierta de mi habitación, yme obligó a abrir mis ojos cansados.

Me senté y lentamente empecé a tomar conciencia del mundo exterior, al cabo de unos minutos me dirigí lentamente hasta la ventana y la abrí, dejando que la luz y el aire penetraran en mi piel.

Sin duda era un espectacular Sábado por la mañana, el sol brillaba alto en el cielo, y las nubes se podían contar con los dedos de una mano.


"10:28" leí rápidamente en la pantalla de mi móvil, mi madre seguía dormida en su habitación, así que me arrastré resignado hasta elbaño.

Me observé atentamente en el espejo, menudas ojeras...

se puede saber que hice ayer para volver tan tarde?

Unos segundos después bajé la mirada y ojeé lo que llevaba puesto, derepente la mirada se clavó en mi sudadera, la analicé unos instantes perplejo, esta sudadera...

-No puede ser! Es la misma que llevé ayer!- grité alterado,

-Mateo cielo no grites...- oí la voz de mi madre desde el pasillo,


-vale,perdona mamá- me disculpé avergonzado.


No tardé en vestirme a toda prisa, ni siquiera quise desayunar por mucho que me insistiera mamá, estaba flipando y no tenía tiempo enabsoluto.


Bajé velozmente las escaleras de piedra y al salir a la calle no pude evitar sobrecogerme viendo mi preciosa bici roja atada justo en frente de la entrada.

-esto que hace aquí?? debería estar en el garaje!-

-no me digas que...no.-


metí la llave en la cerradura del candado y me monté hábilmente.

Era realmente un día maravilloso, podía sentir el viento en la cara y el calor del sol impregnar mi alma contenta.

Esto me trae demasiados recuerdos... tan solo era un niñito mimado que pidió una bici por su cumpleaños.

Cuando por fin obtuve lo que quería, la bici era enorme para mí, recuerdo llorar tanto por aquella estupidez,que papá acabó montándose conmigo.

Fue él quien me enseñó, a pesar de que mis pies ni siquiera llegaran a los pedales todavía.

Cuantas cosas han cambiado... papá ya no está para enseñarme nada, y ahora puedo montar solo. Recuerdo nuestro camino escondido entre los árboles, y aquella vez que nos caímos en el barro juntos, y no papá, no te enfadaste en absoluto, hiciste que nuestras risas sonaran en la mañana de aquel domingo.

Hace un sol flipante, no puedo evitar observar el cielo limpio de nubes,limpio de impurezas, de pensamientos negativos...inocente, cómo un niño pequeño.

Aunque sigo pensando en lo de ayer, todo eso pasó? Quiero decir, de verdad estoy metido en esta absurda historia de ciencia-ficción? No me lo merezco... no puede ser, de echo es imposible. No puede haber pasado. Es una locura.

Sin darme cuenta ya estaba rodeado de los árboles del parque, y observaba distraídamente la gente que paseaba.

De repente oí mi nombre,

-Mateo!-una,

-Matt!-y otra vez,

quien gritaba mi nombre?

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