Capítulo XI

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El grupo se reunió en la habitación de Kagome. La joven y el niño ya estaban mejor, quedarse implicaba perder el tiempo.

-El problema...- menciona Magatsuhi cruzado de brazos bostezando por tercera vez -Es que no sabemos donde rayos esta la dichosa llave que nos llevará al universo correcto...
(Había pasado casi toda la noche montando guardia por si Karl aparecía)

-No creo haya alguna sacerdotisa que nos pueda ayudar- murmura Sango.

-Éste lugar parece poco espiritual- recalca Miroku rehuyendo la mirada de la castaña.

-Habrá que buscar otro método...- menciona Higurashi -Sesshomaru, ¿Cómo fue que encontraron las llaves en su dimensión?

-Jaken podía percibirlas, él era un médium...- aún sus ojos se entristecian al mencionar al anciano.

-Tampoco creo hayan de esos aquí...

-No los necesitamos- lanza Hakudoshi de pronto -Puedo sentir la energía de la llave muy cerca de aquí...

Todos le miran impactados.

-¿Lo dices en serio niño?- pregunta Naraku.

-Sí, recuerden que un fragmento de llave está en mí, ahora siento a cada una de ellas, es algo abrumador pero tolerable...

-Entonces no se hable más...- Taisho se acerca a Kagome y le ayuda a ponerse de pie -Salgamos de aquí para terminar con ésto.

Todos asienten.

Mientras caminan a la salida la joven no puede evitar sentirse mal, no le ha dicho siquiera un adiós al pequeño Sesshomaru, piensa en su carita de tristeza ante la noticia de su partida... escucha una risa.

-¡Eres muy bueno en ésto Sesshomaru!- exclaman.

Higurashi va hasta donde sospecha vienen las voces, la pista de patinaje. Sus ojos se maravillaron y su corazón sintió infinita ternura. El pequeño peliplata le mostraba algo molesto a una torpe niña de cabellos negros y ojos azules como patinar.

-Soy yo...- sonríe al ver a su yo de ése universo con el chico.

La niña cae por segunda vez, su acompañante roda los ojos y le ayuda a ponerse de pie.

-Eres una torpe- regaña tratando de ignorar la dulce sonrisa de la niña. Ella afianza el agarre en sus manos -Kagome

-Trataré de ser tan buena como tú- cierra sus lindos ojos sonriendo más -Así podremos patinar cada navidad...

Él se sonroja, aparta sus manos y desvía la mirada, se encuentra con la silueta de la Higurashi mayor. Ella le saluda, para ése instante Sesshomaru adulto ya está al lado de ella. Es entonces y sólo entonces que aquel niño comprendió algo, él, aquel hombre mal hunorado era demasiado parecido a él mismo y la señorita Kagome tenia el mismo nombre y los rasgos de aquella pequeña atolondrada que trataba de aprender a patinar. Como un niño muy inteligente pero niño al fin pudo creer realmente en la posibilidad.

La joven deja de saludarle y se va con el hombre.

El golpe de la niña contra el hielo de nuevo lo saca de su ensimismamiento, voltea a verla.

-Lo siento... volví a caer- se avergüenza.

-Deja te ayudo- la toma por los brazos -Kagome...- llama.

-¿Sí?- están de pie tomados de las manos.

-¿Crees en el viaje en el tiempo?- se fija en los zafiros brillantes que le ven con confusión.

-No lo sé- contesta alegre -Yo creo que todo es posible... ¿Por qué?

-Porque creo que sí me casaré con ella...- 《Si no eran novios entonces eran esposos, estoy seguro》no aparta la mirada de la niña -Y serás tú...

Llave dimensional (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora