Estuve varios días sin ver a Kendall, me dediqué a recorrer el pueblo con mis padres, pues hacía bastante que no pasaba tiempo con ellos. Luego de varias visitas al centro, llegué a la conclusión de que definitivamente Kendall y yo éramos los únicos adolescentes vivos en el pueblo, cosa que me provocaba cierta clase de furia, pues debía recurrir a él cuando me canse de mis padres.
Un viernes por la noche, decidí ir al cine para ver una comedia romántica que se estrenaba esa noche, ya la había visto en Los Ángeles, pero era mi favorita. Mis padres ya tenían planes, y como no quería recurrir a mi vecino, fui caminando sola hacia el cine, saqué el boleto, y me ubiqué en el mejor lugar de la sala, la cual se encontraba totalmente vacía.
Luego de unas dos horas de llanto y risas, salí del establecimiento y partí rumbo a mi casa, pero la perturbante sensación de que alguién me seguía se hizo presente. Oía pasos, veía sombras, mas al darme vuelta nadie se encontraba allí. No sé si fue el terror el que hizo que mis ideas se revuelvan, o si aquella presencia fue la culpable de que tomara otra ruta, pues en lugar de llegar a mi casa, terminé en un terreno baldío, el cual estaba estaba bordeado por unas enormes rejas grises. Mi idea era volver al cine y tomar el camino correcto a casa, pero los pasos parecían seguir acercándose, y decidí esconderme en aquel terreno con la esperanza de que aquella persona que me seguía me pierda de vista y deje de molestarme.
Encontré, casi en el fondo del baldío, partes de una construcción incompleta que sirvieron de escondite, pues parecían una pequeña cueva. Entre todo el silencio podía oír mi corazón que se aceleraba cada vez más, sentía que se saldría de mi pecho, y todo mi cuerpo comenzó a temblar y a transpirar cada vez más. De pronto, vi que tres pares de pies se acercaban, cosa que me sorprendió, pues creí que sólo me perseguía una persona, mi respiración comenzó a entrecortarse, el miedo me mantenía inmóvil, y ninguna idea se cruzaba por mi cabeza.
Tres cuerpos masculinos me habían descubierto, no pude ver sus rostros, pues estaban cubiertos por pasamontañas, pero sus enormes y fuertes brazos me generaron un miedo terrible, entre los tres me acorralaron, y uno me atrapó, cargandome sobre sus hombros. Sentí que todo mi cuerpo se aflojaba, los nervios me estaban nublando la vista, y las lágrimas ya comenzaban a agruparse en mis ojos, todo estaba perdido, sólo podría salvarme algún milagro. En un abrir y cerrar de ojos, dos de los tres hombres habían caído, sólo quedaba en pie el que estaba sosteniendome. Ni él ni yo comprendíamos qué había pasado, hasta que una voz familiar sonó cerca de mis oídos.-Arnold... Qué gusto verte de nuevo.
- Jake, no interrumpas- dijo el hombre muy serio.
Al girar, vi que Jake estaba parado detrás de mí, con cara de pocos amigos y mirando fijamente a este tal Arnold.
-Deja a la chica, no tiene nada que ver- dijo Jake fríamente.
-Ella pidió que la capturemos, no quiero desobedecer a la jefa, ya sabes cómo se pone- le contestó Arnold.
-¿Por qué la necesita?
-Porque él la ama Jake- dijo el hombre riendo.
-Llevenlo a él entonces, ella no tiene la culpa, dejenla- le suplicó Jake.
-Sabes que así no se hacen las cosas- contestó Arnold mientras que, conmigo sobre sus hombros, daba media vuelta para irse. De pronto, un fuerte golpe hace que el hombre caiga, Jake logró sujetarme antes de que yo terminara en el suelo al igual que él.
-Maddison, ¿estás bien?- me preguntó Kendall dejando caer el fierro que tenía en sus manos y corriendo hacia donde yo estaba. Asentí aliviada, pero las cosas no me terminaban de cuadrar.
-Vamonos antes de que despierten- ordenó Kendall firmemente, y Jake y yo lo seguimos a lo largo del baldío, buscando algún sitio donde estemos a salvo.
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Darkness.
Novela JuvenilUna pareja y su hija adolescente se mudan a un pueblo fantasma en busca de una mejor situación económica, pero la gente y los misterios que allí habitan cambiaran la vida de la joven Madison. Un amor prohibido y una historia siniestra te atraparan c...