Juntos.

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Desperté en la casa de Jake, él y Kendall estaban sentados en una mesa desayunando y hablando sobre algo que parecía ser un plan. Tras despabilarme, me levanté del sofá en donde estaba acostada y me serví un poco de café, sentándome junto a ellos, pero al acercarme, ambos se callaron.

-Perfecto- dije soltando una risa sarcástica -recuerden que es mi vida la que corre peligro, así que también quiero conocer su plan.

Ambos se miraron y asintieron, entonces fue Kendall quien tomó la palabra.

-Mira Maddie, de una forma u otra debes irte todo el mes de Marzo, no puedes estar en Balltown.

-Nosotros, los no vivos, te protegeremos para que ningún sirviente de Shanti pueda lastimarte o secuestrarte- continuó Jake -seré como tu ángel de la guarda Maddie, espero que no te moleste.

-Bien Jake, muy gracioso- interrumpió Kendall al ver las miradas acaloradas que estaba compartiendo con Jake -no te olvides que es mi chica.

Yo estaba verdaderamente sonrojada, comprendía que la discusión entre Jake y Kendall era en broma, pero el hecho de que ambos tuvieran que protegerme no me disgustaba.

-Maddie creo que debes volver a casa- dijo Kendall sacándome de mis pensamientos y llevándome de nuevo a la realidad- Jake ¿te molesta si tomo tu motocicleta?

-Claro que no, llegarás más rápido y no llamarás la atención- dijo Jake accediendo.

El camino de regreso a casa fue simplemente mágico, el viento cálido hacía que el cabello de Kendall se alborotara, y al estar abrazada a él, podía sentir su perfume, el cual era completamente exquisito. Claramente se notaba en mi cara lo feliz que me sentía, pues una torpe sonrisa se escapaba de mis labios, y a veces, Kendall lo notaba y sonreía también.

Al llegar a mi casa Kendall insistió en pasar, mis padres no estaban, así que accedí. Almorzamos sobras de la noche anterior, y nos recostamos frente al televisor a ver algunas películas. Mientras yo lloraba con las películas románticas, él se reía y se burlaba de mí. 

Alrededor de las siete de la tarde mis padres llegaron, ya estaba anocheciendo y se acercaba la hora de la cena, ellos insistieron en que Kendall se quedara, y él aceptó. Mi padre preparó su famosa carne asada, y nos sentamos alrededor de la mesa hablando de distintas cosas. Luego del postre que mi madre había preparado, Kendall se despidió y se marchó, pero tras un tierno beso, me guiñó un ojo. Luego comprendí el motivo...

Apenas terminé de lavar los platos, saludé a mis padres y me dirigí a mi alcoba, ya estaba preparándome para ir a dormir, solo faltaba ponerme la ropa de cama, pero cuando me saqué la blusa, noté que unas suaves manos rodeaban mi cintura, y un cálido susurro llegó a mi oído.

-¿Ahora entiendes el guiño?

Yo no pude evitar reír, y antes de que pudiera decir palabra, Kendall me volteó y comenzó a besarme suavemente. Sus manos dibujaban por mi espalda delicados garabatos, y las silenciosas sonrisas que salían de su boca provocaban que las mariposas de mi estómago comenzaran a revolotear. No tenía camiseta, estaba casi desnuda, pero a Kendall no le causó nada, era demasiado caballero, tomó mi ropa de cama y me dejó unos minutos para que me cambiara.

-¿Planeas quedarte?- le dije dulcemente.

-Solo si tú me lo pides- me contestó entre sonrisas.

Al decir esto lo besé y le dije al oído -quédate.

Kendall sonrió aún más, siguió besándome y con el calor de sus brazos me dormí, pues todo lo malo quedaba en segundo plano cuando yo estaba con él.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2018 ⏰

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