5.2: Reencuentro.

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Segunda parte de Pelea.

(Tal vez, no era permanente...)

Habían pasado alrededor de 4 años después de haber dejado todo con Bill atrás. Me he dado de cuenta que intenta recuperarme o contactarme como puede, también escucho como me menciona en entrevistas como: "Alguien que marco mi vida" y muchas veces le preguntan que ocurrió y él simplemente dice que fue una gran estupidez que hizo. En eso le doy su razón.

—¡Mami, tengo hambre! —Habla enfurruñado mi pequeño diablillo.

—Lo sé, amor. Espera un poco, aun no encuentro la caja de los Waffles...—Comienzo a sacar con cuidado las cosas de nevera siendo esta mi última opción para localizar esa bendita caja. He revisado todos los cajones de la encimera. Al final lo encuentro escondido tras el cereal. Enarco las cejas pensando como carajos llego el cereal aquí. —Paul, ¿Acaso metiste el cereal a la nevera? —Le pregunto al astuto niño de cuatro años que me ve da una mirada de cachorro tras el mesón de la cocina.

—Creo...—Murmura escondiéndose aún más.

—Cariño, el cereal va en la encimera, y como sé que no alcanzas lo dejas en la mesa que yo lo puedo poner en su lugar. —Digo acercándome a él.

—Pero es que ese día estabas llorando frente a la televisión viendo a ese hombre de ojos torcidos, y no quise molestarte, así que yo lo guardé en la nevera...—Toma un trozo de tela entre sus manos arrugándolo. No me mira a los ojos cuando estoy arrodillada frente a él.

Tomo su mejilla acariciándola con cariño mientras una sonrisa brota por su ternura.

—Es un gesto muy lindo de tu parte, cariño— Paul me mira con esos hermosos ojos verdes de su padre, trayéndome un montón de hermosos recuerdos del pasado que simplemente hace que mi corazón duele cada vez más. Aun no lo he podido superar y con qué razón, soy madre de un fruto de él. —. Pero, la próxima vez me avisas. ¿Está bien?

Mi pequeño asiente sacudiendo su hermoso cabello de mí mismo color. Sonrió besando su frente.

—¡¿Listo para comer Waffles?! —Anuncio levantándolo en mis brazos para sentarlo en la isla de la cocina.

—¡Estoy listo! ¡Comeré muchos como Eleven! —Dice lleno de emoción. Como pueden ver este pequeño es adicto a las series, le ha tomado mucha manía desde que le enseñe a usar Netflix, pero claro, me tiene que pedir permiso para usar mi cuenta y poder ver Stranger Things.

Comienzo a reírme mientras pongo a funcionar la Waflera.

**

(Bill)

Hoy es el gran día, por fin he logrado localizar a la mujer que me abandono llevándose mi corazón junto con sus maletas. Luego de arduamente insistirle a mi Manager que me ayudara para encontrarla, por fin acepto en hacerlo, pero solo dentro de lo legal. No me importaba como la buscaran, solo quería volver a verla después de todo este tiempo, aunque sé que no está sola ahora.

—¿Estas listo? —Pregunta el asistente de mi Manager ingresando a mi habitación. Me miro de nuevo en el espejo arreglándome un poco, todo se ve impecable, pero aun así no puedo evitar volver a inspeccionarme. Es por los nervios.

—Sí, lo estoy.

Ambos salimos de la habitación.

Estando fuera del edificio nos montamos en el auto que me llevará hacia ella. A decir verdad, fue muy complicado lograr localizarla, no tenía direcciones concretas o fuentes de confianza. Le pregunte varias veces a su familia, pero se niegan rotundamente a decirme algo. Al final, tuvimos que contratar a un investigador privado para que rastreara su número de teléfono actual, su trabajo y su residencia. Si, puede sonar muy extremista, pero aun la amo con locura y me siento totalmente vacío sin la presencia de ella. Por culpa de eso frecuento los bares, pero solamente a despejarme un rato de todo esto, aun así, no me he atrevido a tocar a otra mujer que no sea ella.

One Shot's: Bill Skarsgård.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora