One Shot's: Bill Skarsgård.

17: 3:00 a.m.

Me inspire en algo que vi en Tumblr.

Lamento la demora.

Estaba de visita en casa de mi hermano luego de haberle avisado de sorpresa mi estadía en la ciudad en los próximos días por cuestiones de trabajo.

Ambos estábamos sentados en el sofá charlando sobre viejos tiempos y nuestras constantes peleas en la niñez. Era gratificante verlo después de tantos años luego de solo hablar por redes sociales. Cada uno tenía su vida hecha.

—¿Entonces tienes donde quedarte? —Pregunta cruzando sus brazos mientras me mira con una ceja enarcada. Ruedo los ojos.

—Te lo he confirmado varias veces desde que llegué. —Gruño levantándome del sofá para llevar dos vasos de la mesa de café al lavaplatos. Luego camino hacia la encimera tomando mi mochila.

Mi hermano se apoya sin descaro en la puerta de salida cruzando nuevamente sus brazos, pero ahora su mirada es más seria. —Tengo en cuenta que me lo has dicho muchas veces...—Frunce el ceño inclinándose hacia mí— Pero, ese tipo con el que sales no me agrada y menos ahora si tienen que compartir habitación.

Doy un respiro exasperada frunciendo las cejas hacia él. —En primera, no somos nada, y en segunda, él sabe respetar mi espacio y privacidad. No como un molesto hermano mayor que tengo frente a mí.

Él, abre la boca indignado para responderme algo, pero su teléfono comienza a sonar dejándolo sin palabras. —Te salvó la campana, pequeña mocosa.

Se aleja de la puerta dando pasos pesados hasta donde está el aparato. —Diga...—Contesta dándome una mirada indignada. Le saco la lengua en forma de burla para luego tomar el pomo de la puerta y abrirla, pero una gran carcajada de parte suya provoca un sobresalto que me obliga a mirarle. — ¿En serio justo ahora? Bueno, de todos modos, mi hermana va de salida...—Una pequeña sonrisa maliciosa se dibuja en su rostro, para luego darme la espalda sentándose en el sofá de antes— ¿Cómo que cual hermana? Esta tarde te avise de su llegada, obviamente la conoces, bastardo —Contesta girando su cabeza hacia mí para luego asentir. Claramente me está respondiendo a una pregunta que no me he hecho. Aun así, algo se ilumina en mi mente: ¿Acaso es quien creo que es? —. Bien, de todos modos, ella te abre la puerta, no te preocupes.

Mi mirada está puesta en su desordenado cabello para cuando cuelga. Él se levanta con rapidez señalando la salida del apartamento con una sonrisa.

—¿A quién tengo que abrirle la puerta? —Pregunto cruzándome de brazos esperando a que no confirme aquella respuesta.

—A Bill...—Responde con una sonrisa cínica. Mis ojos se posan directamente en los suyos con las cejas fruncidas, rememorando todos aquellos viejos tiempos de los que hablamos hace algunos minutos, donde claramente estaba la participación de su mejor amigo: Bill (Engendro del Diablo) Skarsgård. Quien me hizo las peores bromas, los peores comentarios y los peores tratos durante nuestro tiempo siendo vecinos. Por desgracia fui su único objetivo femenino todo ese tiempo, ya que, él se portaba como todo un ligón y niño bueno con el resto de chicas.

Pero, no todo fue odio, en un principio cuando llego al vecindario con su familia me pareció el niño más lindo que haya visto. A veces me escondía en la casa del árbol para espiarlo cuando jugaba con mi hermano al inicio de su amistad, le escribía pequeñas notas adhesivas anónimas que escondía en sus cuadernos cuando venía directamente a casa para hacer tareas, y le regalaba dulces una que otra vez, pero, todo se vino abajo cuando mi hermano le convenció de hacerme una broma. A partir de ese punto comenzó todo.

El tiempo fue pasando hasta ser adolescentes, en ese tiempo era algo común encontrar algunas revistas para adultos entre las cosas de mi hermano, también era bastante normal escucharlos hablar sobre mujeres desnudas y un montón de charlas sobre el sexo, pero para mí, un día mientras mi hermano preparaba palomitas para su noche de videojuegos fue bastante extraño no encontrar a Bill molestándome o cerca de la cocina.