Caí en la tentación de Good Omens y Lucifer.
Al caer la noche me había dejado convencer de Emma el venir a esta discoteca, donde se desenvolvía entre los cuerpos sudorosos del resto de las personas que se movían a el ritmo de la música. Yo le observaba de lejos, sentada en la barra con una botella de agua para vigilarla todo el tiempo que estuviéramos aquí.
A veces ella me daba miradas suplicantes para acompañarla en la pista, pero ese no era realmente mi estilo, incluyendo este tipo de salidas. Aun así, aquí me tenía, velando por su seguridad como lo dicta mi destino.
—Vaya sorpresa, nunca imagine verte por aquí...—Comenta aquella voz más que familiar durante toda mi existencia. No podía creer que los hilos divinos se hubieran movido nuevamente para otro encuentro, y más con el menos favorito de mi lista.
—De todos los demonios en la tierra, ¿tenías que aparecer tú? —Respondí girando mi cuerpo en la silla para observarlo por completo.
Esta como lo recuerdo, solo que con el cabello rubio oscuro peinado acorde a la época y usando un estilo de hombre juvenil que varían entre los 80's y los 90's, algo que se ha revivido esta última década.
Me sonríe con aquel carisma demoniaco que conozco.
—Hola, Ángel. —Agrega llevándose a los labios un cigarrillo encendido, dándole varias caladas antes de sacar el humo que golpea mi cara. A continuación, su mirada filosa de color esmeralda me analiza con una lujuria latente, que solo provoca que ruede los ojos y fije nuevamente mi atención a Emma.
Ella me saluda con la mano para luego señalar a un chico a su lado, se encuentran charlando en una de las mesas cerca de la pista y con solo darle un vistazo al chico sé que no tiene intenciones macabras, es un pecador simple.
—Así que, nuevo empleo por lo que miro...—Su voz vuelve a resonar, esta vez unos centímetros más cerca —Pensé que te habían ascendido la última vez que nos vimos. —Presiona descaradamente un beso en mi hombro descubierto, algo que me lleva a golpear con bastante eficacia un punto bajo sus costillas que lo dejan sin aire.
Empieza a toser intentando recuperarse, mientras el verde de sus ojos cambia a un amarillo fuego que me acribillan con rabia. —Maldita emplumada. —Gruñe, y yo le regalo una sutil sonrisa.
—No es tu asunto, querido Bill. No te debo explicaciones. —Me levanto con un suspiro, organizando con facilidad el suave vestido de satín blanco que se envuelve en mi cuerpo, antes de partir en dirección a la mesa donde mi amiga me espera con una sonrisa.
—Escuche un rumor sobre ti. —Dice cuando he dado dos pasos lejos de él.
Me giro con las cejas fruncidas.
—Pensé que estaban bromeando conmigo, pero al parecer, es cierto...—Continúa, levantándose en toda su altura completamente recuperado. Me observa con intensidad, analizando mi reacción a sus palabras con una sonrisa arrogante bailando en sus labios.
No le quito los ojos de encima totalmente serena.
—Te expulsaron del cielo, mi querida Ángel. Y ahora debes cumplir con las tareas de un Ángel Guardián para ser perdonada... —Su tono es ácido, disfrutando por completo aquel hecho. Sonríe finalmente, porque no he dado replicas, tampoco he intentado negarlo; simplemente lo miro una última vez para continuar con mi camino.
Es un maldito entrometido.
Al llegar finalmente a la mesa tomo asiento, y soy recibida con la presentación del chico que después llama a uno de sus amigos de la otra mesa. Todos comienzan a charlar, incluyéndome en medio de las risas y anécdotas que me relajan de todas mis tensiones constantes.
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One Shot's: Bill Skarsgård.
FanfictionRelatos improbables donde eres protagonista. 》La mayoría de los escritos contienen material solo para mayores de edad🔞 [Puedes leerlo bajo tu responsabilidad] ▪T O D O S▪L O S▪D E R E C H O S▪R E S E R V A D O S▪ ▪》Obra completamente de mi autoría...