Cuando ambos hermanos llegaron, sus padres estaban en el corral molestos, pero más su madre, y su padre fingía para que su esposa no se diera cuenta de que él había dejado que su hija se fuera. Recibieron un regaño como si fueran pequeños y entre risas subieron las escaleras para bañarse y bajar. Omar le sonrió entrando a su habitación y ella se quedó de pie observando las fotos que estaban en la pared. En una de ellas yacía ella en los brazos de su padre tirando del bigote que tenía, su madre con el ceño fruncido y un Omar durmiendo a pierna suelta. En la otra salían los dos montados en un caballo riendo y su padre a su lado sosteniendo las cuerdas del caballo.
―Extrañaba ver esa sonrisa coqueta ―susurró el hombre atrás de ella, Maggy asintió pasando sus dedos por el retrato donde ella estaba en el río, a su lado Omar haciendo muecas mientras Yurian lloraba molesta y Micaela sacaba la lengua. Ella sonrió viendo a su padre―, cuando te fuiste creí que la alegría de Yurian y de Micaela ahuyentaría la tristeza, creí entonces que Omar tendría la misma relación con ellas como la que tuvo contigo.
―¿Y no fue así?
―No ―dudó su padre, sosteniendo entre sus manos un cuadro donde yacía él con Maggy en brazos, apenas y tenía meses de nacida. Su padre se veía feliz, guapo y lleno de vida―, él las cuidaba, pero no permitía que fueran con él a los lugares que iba contigo, y ahí me di cuenta de algo.
―¿De qué?
―Ustedes se unieron de una manera que los mismos gemelos envidiarían. Omar te vio cómo su compañera de travesuras y aunque muchas veces decía tener miedo para que tú tomaras tu rol de hermana mayor; era él quien te protegía cuando las pesadillas llegaban.
―Omar era Robín y yo Batman.
―Que no te escuche brujita ―bromeó su padre, inclinándose para besar su frente con suavidad. Ella asintió risueña alejándose para entrar a su habitación y poder darse un baño de agua helada.
Puso algo de música y encendió las velas aromáticas, cuando estuvo con su pijama puesta se sentó en su cama y recostó los brazos en la ventana, ella de niña había amado estar por horas ahí. Su casa quedaba un poco retirada de las demás, estaba envuelta en árboles y por ahí siempre pasaban los ancianos con sus carretas y los jóvenes con sus caballos. Disfrutaba ver el atardecer en aquel lugar e inhalar la aroma a paz.
―Estás ahí de nuevo, ¿qué miras ahora? dudo que tengas un novio que te esté haciendo guardia para poder escaparte ―bromeó Micaela desde la puerta, Maggy le hizo señas y ella se acercó sentándose a su lado.
―Tú estabas muy enana para recordar eso.
―Omar nos contó ―dijo risueña Yurian, entrando envuelta en los brazos de un divertido Omar. Ellos se sentaron a su lado observando el paraíso que era ese campo―, él era algo celoso, ¿verdad?
―Acá solo tuve un novio, los demás eran del colegio.
― ¡No le creo, Omar! ¿Eras tan celoso?
―Era un tipo horrible, ella merecía estar con otro chico, no él. ―Se defendió inflando sus mejillas, Maggy rió tirando de él para besar su mejilla.
―Yo no sabía que ese tipo horrible era quien enfrentaba a mi hermanito, yo no sabía nada, debo aclarar, pero cuando me enteré lo terminé por meterse con un Fabri.
―Ah, lo que el tipo quería era meterse en tus calzones. ―Micaela movió las cejas de arriba abajo y su hermana se echó a reír mientras que Maggy y Omar hicieron una mueca―, ¿qué?
―En mis tiempos era manitos sudadas, Micaela. ¿Pero qué hacías con tus novios? ―Cuando Micaela iba a contestar, Omar levantó la mano frunciendo el ceño.
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UN DESEO POR NAVIDAD (TERMINADA)
RomanceCuando naces en un pueblo y vives ahí es muy difícil salir adelante, estudiar una carrera o en todo caso ser independiente es complicado, el éxito es casarse y atender bien a tu marido, quien se casa es una mujer con mucha suerte, quien se casa es t...
