Me gustas. | OuterStave

8.

Los deberes habían sido mucho más sencillos de lo que creyó junto al mayor, sus datos curiosos y su forma de enseñar habían hecho ameno el proceso, olvidando por completo la incomodidad que le producía no tener en claro los sentimientos que sentía por Outer, pero estaba consciente que una vez terminado el trabajo podría aclarar o confundir más a su pobre corazón.

El silencio se hizo cuando terminaron todo, y tener al lado a quien se le había confesado no le hacía bien, estaba nervioso, tenso, y bastó con una mirada para levantarse y decir en un ataque de pánico que iba al baño.

Se encerró y con las manos temblorosas y sudadas colocó torpemente el pestillo, se miró en el espejo que estaba en la otra pared, y se mojó la cara, su cabello despeinado por las reiteradas veces que se pasaba los dedos encima, su cuerpo tembló, tenía miedo de lo que le ocurría.

Sabía que cuando estaba con gran cantidad de gente estaba de la misma forma, las únicas veces que había ido alguna fiesta se quedaba encerrado en el baño y hasta vomitaba, había dejado de asistir al haberse desmayado cuando todos se agolparon en la pista de baile cuando él estaba buscando algo que tomar.

Pero ahora estaba frente a una persona, solo una la cual conocía hace un año, nunca había considerado llamarlo un amigo, pero le tenía confianza, su relación siempre había sido amistosa y normal ante todos, pero después de su confesión todo cambió de golpe, como si hubiera apretado un peligroso gatillo, uno el que jamás había sido presionado.

Si amar era sentir ese pánico desenfrenado se hubiera ahorrado todos los deseos de querer a alguien.

Volvió a tomar aire, para salir y volver donde el otro, tenía dignidad que proteger.