20.

138 44 10
                                    

El cielo se estaba oscureciendo sin piedad, pero la lentitud estaba de por medio, dejándose ver el proceso de las luz degradando hasta llegar a la oscuridad con toques azules.

Adornadas con bellos puntos brillantes que titilaban independiente de la otra, un espectáculo insólito, apacible, así era para Stave, observando algo que pertenecía al pasado, millones de años luz los cuales apenas llegaban a él.

Estaba tranquilo, tras secarse y cambiarse se había alejado de la fogata para caminar por el bosque, no le temía a las criaturas, o a los insectos que acechaban, él sólo estaba interesado en despejar su mente.

Y lo estaba logrando, hace tiempo que no se sentía más centrado en lo sucedido, una caminata en el bosque había sido lo necesario.

Cerró sus ojos al detenerse a la orilla del lago, vio a lo lejos la luz de la fogata de sus compañeros, llevaba más de una hora caminando.

En su ropa había encontrado otro papel, su corazón latía feroz, como si el peligro estuviera cerca, y sus nervios se notaban, estaba jugando con sus dedos sin dejar de mirar la luna.

— Creía que no aceptarías venir.

— No puedo escapar todo el día.  —Dijo en voz baja al reconocer al instante la voz del mayor— ¿Sabes que esto parece una escena de una película de terror? Solo hace falta que me mates o algo.

— No sería capaz de eso. —Rió— Aunque depende a qué tipo de matar te refieres.

— ¿Qué tipos hay? ¿Te refieres a qué tipo de arma? 

—  ¿Cuentan mis brazos?   

— Si me estrangulas, quizás lo logres, aunque esas serían las manos.

Outer negó con la cabeza divertido, y abrazó al contrario cuando estuvo lo suficientemente cerca del menor, Stave se lo esperaba, pero no lograba acostumbrarse, su corazón seguía latiendo con fuerza cuando estaba junto a él. 

Más corrientes le golpearon con fuerza al sentir las caricias en su espalda, suaves, delicados, solo pudo esconderse entre la ropa ajena, sus piernas flaqueaban, y estaba apenado que un simple abrazo podía provocarle tales sensaciones.

— Ahora que es de noche... ¿Cómo luce el lago y el lugar?

— No puedo mentirte, es hermoso. —Respondió el de pecas por lo bajo— Nunca imaginé que existían estos tipos de lugares... gracias por esto.

— De donde vengo estos panoramas son más comunes, y las estrellas se ven más, hasta el brazo de la Vía Láctea. 

— ¿De verdad? —Preguntó emocionado, separándose un poco, al hacer ello, sus orbes brillantes por tales revelaciones se cruzaron con los del mayor, nunca había estado tan cerca de él, en pocas palabras, rozaron sus narices, se alejó como si su rostro fuera un tomate, se sobó los brazos — P-Perdona.     

El mayor ladeó su sonrisa, una suave.

— Sí, de verdad, cuando termine las clases iré a trabajar allá. Y sería agradable que la estrella que sigo en esta ciudad esté allí también.

Outer pasó su mano por la mejilla hirviendo del menor, Stave estaba impresionado de la propuesta indirecta, y tragó saliva, buscando recuperar la compostura.

— Pff... Tonto... —Susurró— A donde vayas... las estrellas te seguirán.

Por esa vez el rubor del mayor se hizo presente después de una risa contagiosa, se volvieron a unir en un pequeño abrazo más tranquilos mirando el precioso paisaje.

Stave sentía que estaba aclarando varias cosas... Solo estar así de juntos, la sensación que nadie más le ha dado... Ha de ser por algo. 

Me gustas. | OuterStaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora