Y así fue como empezó a tener una guerra mental, viendo el techo desde su cama con los pies levantados y apoyados en la pared, las pegatinas de estrellas que las tenía desde niño aún estaban ahí, sin brillar como solían hacerlo, pero seguían siendo una tranquila vista para él.
Era domingo, y no se había levantado de la cama en todo el día ni para ir a comer, su hermano trabajaba y seguro estaba tardando por estar en una cita con su pareja, al contrario de Stave, Blard tenía una larga cola de pretendientes no solo por su físico, si no por su actitud, pero siempre ha sido fiel con su pareja, llevando más de tres años juntos, se preguntaba siempre el por qué no se mudaban, o por qué no se casó o tienen hijos, de las visitas que tuvo de ese chico lo había visto muy amigable.
Era cuando se daba cuenta que ni siquiera a su hermano le prestaba atención, aunque fueran unidos y vivieran en la misma casa, regalo de sus padres, no conocía lo que pasaba por su mente, desde que dejó atrás la convivencia de los demás, se vio afectado también la relación con su hermano, no se había dado cuenta hasta ahora.
Suspiró rendido de sus fallos sociales, tapando su rostro con la almohada para evitar que algún espectro o cámara oculta mirase que estaba apunto de llorar, su habitación era su refugio, donde a nadie le debía a dar explicaciones de su llanto, detestaba sentir sus lágrimas bajar, pero su mente no podía más soportar.
— ¿Qué siento por ti?
Era la pregunta que le había hecho perder aún más la cabeza, ¿Qué sentía por Outer? ¿Qué sentía por los demás?
Todos los problemas que ocultaba, la inseguridad que se la guardaba en el fondo de su corazón, sus acciones sabía que no estaban justificadas, pero quería ahorrar problemas a su hermano, todo el estrés amontonado del ajeno ya era mucho como para darle otro conflicto que seguro era estúpido, quizás, solo era mejor dormir y dejar pasar el embrollo sentimental, el cual no entendía después de tanto tiempo creer que era alguien sin sentimientos.
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Me gustas. | OuterStave
FanfictionSolo dos palabras hicieron que los sentimientos colapsaran entre sí, buscando desesperado lo que sentía por él. Como dos palabras le hicieron sentir por primera vez.