Justin.
Termine de leer su mensaje con una enorme sonrisa en mi rostro, bloquee la pantalla y deje mi celular sobre la mesa ante la atenta mirada de mis padres sobre mi. Los tres estamos en el comedor de nuestra casa desayunando, pero para mi parecer, este ha sido uno de los peores desayunos que he tenido.
Y claramente el motivo es porque en unos pocos minutos ________ montara ese avión hacia New York para no verla en seis meses mas. Para algunos es completamente absurdo porque es solo un tiempo. Pero para mi parece que va a ser una eternidad sin sus caricias, sin sus besos, sus abrazos, sus palabras lindas y admirar los hermosa que ella es.
Y ya que sufro tanto con imaginarla en ese avión alejándose de Canadá, hemos decidido en que no asistiría al aeropuerto para despedirnos porque los dos sabemos que ese momento va a ser muy doloroso y triste para ambos. Se que no aguantaría verla irse de mi lado.
-Hijo, ¿estas bien?-pregunto mi madre sacándome de mis pensamientos.
Levante mi mirada del plato donde se posan mis tostadas con huevo que no he probado ni siquiera un bocado.
-Si-murmure-¿por qué?
-Te veo muy sumergido en tus pensamientos, además, no has probado tus tostadas con huevo que tanto te gustan-volvió a hablar, esta vez sonriéndome levemente.
-No tengo apetito mamá. ¿Creen que sea mal educado de mi parte que quiera ir a mi habitación?, la verdad es que no tengo ánimos de estar aquí en la mesa y mucho menos quiero arruinar su desayuno con mi tristeza-dije refiriéndome a mi chica.
-Ve tranquilo hijo-contesto papá-si crees que es lo mejor, hazlo.
-Bien, gracias y permiso.
Me levante de mi silla con mi celular en mano y luego abandone el comedor hacia las escaleras de la casa. Las subí en unos pocos segundos y me dirigí a mi habitación para tener mi momento de desahogo y tranquilidad. Tal y como lo necesito.
Recosté mi cabeza en la almohada mirando el techo blanco de mi cuarto, no evite que mis ojos se llenaran de lágrimas con pensar en todo lo que extrañare a ________. Van a ser una total mierda estos meses sin ella.
-Eres una de las mejores cosas que ha pasado en mi vida, mi amor-murmure a unos pocos centímetros de sus labios-y te prometo que la distancia no será un obstáculo entre nosotros.
-Yo también te lo prometo. Y también prometo que no voy a olvidarte ni cambiarte por ningún chico de New York porque tu eres totalmente único y el que solo quiero en mi vida-acorto la poca distancia que había entre nosotros y unió nuestros labios en un hermoso beso que no repetiremos en un largo tiempo mas.
Ese hermoso momento pertenece a anoche cuando estábamos fuera de la casa de su padre, siendo observados por la hermosa noche que había y dando curso a la despedida que nos correspondía.
La puerta de mi habitación sonó, al instante seque las lágrimas de mis ojos y susurre un adelante para que entrara quien sabe quién. Mis padres cerraron la puerta a sus espaldas y me miraron con unas sonrisas pequeñas mientras se acercan a mi cama.
-¿Qué ocurre?-pregunte confundido sentándome con ayuda de mis manos.
-Tu mamá y yo hemos decidido no asistir a nuestros trabajos para hacerte compañía. Sabemos muy bien que en este momento nos necesitas y no queremos abandonarte por nada del mundo hijo.
No pude evitar que una sonrisa se formara en mi rostro.
Cada uno se sentó a cada extremo de mi cama sin quitarme la mirada de encima, mi madre comenzó a acariciar mi cabello con sus suaves manos y mi papá esta mirándonos con ternura.