Justin.
Aprieto el acelerador con mi pie para aumentar la velocidad de mi auto, algunas personas tocan su bocina debido a que comienzo a sobrepasarlos a todos, e incluso he pasado un semáforo estando en rojo. Cualquier policía que me hubiera visto, coloca una infracción sin dudarlo.
Pero toda rabia que está en mi cuerpo es generada nada menos por lo que ocurrió con ________ hace un rato. Puedo aun sentir la cachetada que me dio, que fue fuerte y me dolió, pero en ese momento no asimile lo que ocurría porque jamás creí que ella me golpearía.
Sus palabras me dolieron, porque, aunque no sea creíble, si me dolió el hecho de terminar con ella. ¿Pero que iba hacer?, no podía soportar ver a mi chica con ese imbécil conversando y riendo como si fueran amigos de toda la amiga.
Definitivamente ella está equivocada y deberá entender que tiene disculparse por lo que hizo, porque se perfectamente que yo fui el mas afectado en esto. Prometí una vez que no volvería a llorar por alguna mujer, pero con ella es distinto, porque apenas salí de ese restaurante llore como un niño pequeño al saber que la había dejado ir por un error que cometió.
Por el momento quiero alejar ese problema de mi mente, aunque sea por unas horas, me afecta mucho y no se pensar bien estando enojado. Prefiero trabajar con mis mejores amigos y ver si cabe la posibilidad de que me aconsejen y me ayuden a superar esta situación difícil.
Conduje diez minutos mas para llegar a la tienda de dulces, aparque en el estacionamiento que le pertenece a la tienda y baje con mi celular en mano. Entre por la parte trasera de la tienda que da también a la bodega, los chicos están sentados conversando muy animados porque la tienda esta sin clientes para atender.
-Hola queridos amigos-salude a ambos.
Dirigieron su mirada a mi y sonrieron al verme, se levantaron y se acercaron a saludarme. Con cada uno me di un apretón de manos y un corto abrazo.
-Creí que ya no vendrías-dijo Chaz.
-¿Cómo no iba a venir?, por mi horario me corresponde y porque tampoco quería quedarme en casa aburriéndome.
-Yo imagine que estarías con _________-hablo Ryan.
La sonrisa que tenía en mi rostro desapareció al instante al oír su nombre, carraspee mi garganta y me acerque al perchero para colocar mi delantal y comenzar a trabajar.
-¿Dije algo malo?-pregunto mi rubio amigo al darse cuenta de que no le he contestado.
Negue con mi cabeza, no me siento bien para contestar, es mas, siento que las lágrimas se aproximan a mis ojos, y lo que menos quiero es llorar.
-¿Qué paso hermano?, ¿________ y tu discutieron o algo por el estilo?-Chaz me miro con preocupación.
-Peor que eso-susurre mirándolos a ambos, ellos esperan atentos mi respuesta-hemos terminado.
-¡¿Qué?!-gritaron al unísono.
-Lo que oyeron.
-Pero... ¿cómo que terminaron?, esto debe tener una razón.
-Si, si la hay-dije-me gustaría contarles y espero que me aconsejen porque ustedes son mis mejores amigos. Y como hombres que son, me gustaría saber que harían estando en mi posición.
-Para eso estamos amigo-Ryan coloco una de sus manos en mi hombro y me miro con una sonrisa.
-Voy a cerrar la tienda para que no molesten los clientes-Chaz camino a la entrada de la tienda, giro el letrero y dejo la palabra "Cerrado" por fuera. También cerró la puerta con la llave-vamos a la bodega porque a través del vidrio pueden vernos.