Justin.
El día del tan esperado desfile había llegado, y eso tenia a mi chica, a todas sus compañeras, y mi madre, con los nervios de punta esperando que todo salga bien esta noche. Mientras que yo estoy completamente tranquilo porque se que las chicas lo harán increíble esta noche y también se que mañana el nombre de mi madre será nombrado en todas las revistas de moda y programas de chismes, de manera positiva claramente.
Esta mañana mi casa fue un caos, mamá corría para todos lados y llamaba por celular a todo el mundo, a eso le sumo con que vino mucha gente que trabaja con ella a mi casa y era bastante incomodo tener a gente que no conoces en tu casa.
Al medio día las cosas comenzaron a calmarse, pero solo un poco, porque mi madre continuaba con los nervios de punta y las palabras de mi padre y mías no funcionaban para que se calmara. Ya no recordaba lo estresada que se sentía cada vez que organizaba un desfile con su línea de ropa nueva.
También me encuentro emocionado por este desfile, no solo por ver a mi madre feliz con su nuevo proyecto, sino que también voy a ver a mi chica con todo lo que se ha esforzado para ser una de las modelos mas destacadas de esta noche. Aunque no me cabe duda que todo le saldrá perfecto y que se robara las miradas del público presente.
-¿Justin?-pregunto mi padre tras la puerta de mi habitación-¿estas ocupado?
-No, pasa-conteste mirando embobado la pantalla de mi celular, estoy testeándome por mensajes con _________.
La puerta se abrió, levanté mi mirada y vi a mi padre entrar con su ropa casi lista.
-¿Aun no estás listo?-pregunto sorprendido.
-No-susurre-estaba un poco ocupado con el celular, pero ya me vestiré y no tardare nada.
-Recuerda que el desfile empieza dentro de dos horas y tu madre nos necesita.
-Si, me acelerare lo que mas pueda-me levante del borde de mi cama sosteniendo la toalla que llevo enrollada en mi cintura.
-Te doy diez minutos, y con reloj-señalo su muñeca donde posee su gran reloj.
-Diez minutos me bastan y me sobran-sonreí.
-El tiempo corre hijo-se dio media vuelta y salió de mi habitación.
Primero me vestí con un bóxer negro, luego con la camisa blanca la cual dejé con los primeros botones de mi camisa abiertos, mis vaqueros rojos ajustados y un par de zapatos negros especiales para esta ocasión. Coloque perfume en varias partes de mi cuerpo, lave mis dientes y me peine como siempre. Todo me tardo los diez minutos con exactitud.
Antes de salir de mi habitación cogí mi celular, billetera y blazer, finalmente bajé las escaleras con rapidez hacia la puerta principal donde mi padre esta esperándome vestido de manera formal y mirando su celular.
-Vamos papá-le dije.
El levanto su mirada inspeccionándome de pies a cabeza, sonrió y dijo:
-Vamos hijo.
Salimos de la casa y nos acercamos hasta el auto de mi padre, un Mercedes Benz E-Class, subí al lado del copiloto y el tras el volante. A los pocos segundos ya estábamos de camino al lugar donde se llevaría a cabo el desfile.
-Papá, ¿puedo pedirte un favor?-pregunte.
-Si, ¿qué ocurre?-contesto doblando en la esquina de la calle.
-¿Podemos aparcar en una florería que esta a una calle de la sala de eventos?, necesito recoger un pedido que hice.
-¿Son las flores de tu madre?-pregunto-porque ese pedido lo recogí esta mañana y va atrás.