Capítulo 6: ¿Ser o no ser, cuál es la cuestión?

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Todos quedaron para comer en el restaurante que había sido regentado por la ya jubilada Debbie. Parecía que sus cuerpos pese al pasar de los años querían continuar la juerga de la boda haciendo una comida entre amigos. Aunque los padres del novio se incorporarían a la tarde.

―¿Y Blake? ―Preguntó Brian mirando a Ted mientras les servían la comida. Rápidamente recibió una patada de Mel que le hizo poner una extraña mueca, más que por el dolor fue por la confusión de la actitud de su amiga.

Ted simplemente se encogió de hombros como respuesta y empezaba a cortar la carne que había en su plato con la mente perdida en otro lugar.

―Me parece que todos estamos agotados aún ―suspiró Mel.

―Y menos mal que dijimos que vendríamos sobre esta hora―dijo Debbie―. Yo ya no estoy para estos trotes ―dijo medio en broma medio en verdad.

―¡Que va abuela, aún estás muy joven! ―Exclamó Jenny llenando su vaso de coca-cola.

―Que aduladora eres ―sonrió Debbie.

El camino hacia el aeropuerto había tenido distante a Mike mientras conducía. Ben no sabía si achacarlo al cansancio de lo poco que habían dormido o al hecho de sentir que Hunter empezaba una nueva vida, sin embargo al comprobar que en el camino de regreso mantenía la misma actitud decidió preguntarle.

―¿Qué ocurre Mike? Hunter se hace mayor, es lo normal... ―dijo sonriéndole.

―Sí, supongo ―se encogió de hombros mientras seguía conduciendo sin estar dispuesto a continuar con el tema haciendo a Ben resignarse y dejar la conversación para la noche en casa.

Cuando llegaron al restaurante todos se encontraban aún allí así que se unieron a la celebración cuando el resto de sus amigos se encontraban tomando cafés y otras bebidas para acompañar la tarde.

La frialdad con la que actuaban Brian y Justin no dejaron indiferentes a nadie, aunque algunos sentían que tarde o temprano pasaría algo así cuando no se habían visto en persona desde hacía once años. A pesar de que la mayoría echaba de menos al antiguo Brian en aquellos once años, nadie se alegraba de que hubiese escogido aquel momento para volver a ser el Brian de siempre.

Brian sentía la incomodidad de sus amigos así que decidió romper un poco el hielo sacando algún tipo de conversación para que no sintieran que se sentía ausente estando allí.

―Bueno Gass, ¿cuándo te vas a echar un novio? ―Preguntó a su hijo que se encontraba ya en la adolescencia.

Mel le miró con mala cara fulminándole con la mirada, y Brian imagino que la reacción de Lindsay era parecida aunque mostró su semblante más neutro.

―¿Y si le gustan las chicas como a sus madres? ―Replicó Mel con su mirada desafiante.

Antes de que sus progenitores comenzasen un duelo en forma de debate, Gass intervino carraspeando.

―¿Queréis dejar de pensar en mi vida amorosa? ―Se quejó cruzándose de brazos frente al batido de chocolate con nata que tenía frente a él.

―Eso mismo digo yo ―dijo Brian―. Mel se mete donde no le llaman ―resopló antes de dar un sorbo a su bebida que se trataba de ron con coca-cola.

―¡Brian! ―Le regaño esta vez Lindsay―. Él es mayorcito para elegir lo que quiera, ¿no creéis? SI le gustan las mujeres, pues bien y si lo que le gustan son los hombres pues también me parece bien. Cualquiera de las opciones que quiera estará bien.

Gass resopló fuertemente con intención de que se notase su presencia y su incomodidad.

―¿Queréis parad ya? ¿Por qué tengo que ser una cosa u otra? ¿Por qué no pueden ser ambas opciones?

Mel, Lindsay y Brian se miraron los tres fijamente mientras Justin mostraba una sonrisa de satisfacción.

―No les hagas caso, Gass. A veces sus mentes no les dan para pensar más allá a estos mendrugos ―le sonrió Justin haciéndole ver que entendía lo que el joven Gass había querido decir desde el principio.

―Gracias ―le devolvió la sonrisa―. ¿Tenéis algún problema con tener un hijo bisexual? ―Dijo sonriente ante Mel, Lindsay y Brian.

―No, solo que no lo esperábamos ―dijo Mel devolviéndole la sonrisa.

―Vosotros siempre estáis con lo mismo ¾resopló Debbie―. Pues estaremos encantados de que salgas con la persona que quieras salir, pero cuando aparezca nos la presentarás, ¿eh?

―Tú también estás siempre igual ―rió Lindsay.

Todos continuaron la tarde en el restaurante, ajenos a que en realidad Gass ya tenía a alguien en su vida, pero que había decidido callar por el momento.

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