La semana pasó rápido; el funeral de Luisa sería viernes, por lo que desde el jueves estaba excusada de mis clases y mi trabajo. Ricardo, por su parte, optó por quedarse el fin de semana en el apartamento ya que, según él, nuestros planes estaban cancelados.
Llegué a mi casa para ser recibida por los brazos amorosos de Fabián. Detrás de él, venían dos hermosas princesas; una me mataba con sus ojos azules, mientras la otra me derretía con sus ojos verdes. No hice nada más, me senté en el suelo de la sala y me olvidé de los demás.
Unos minutos luego, mi papá se detuvo a mi lado y me miró.
"A caso ya te olvidaste de mi?" me preguntó.
"Cómo me voy a olvidar de uno de los hombres más importantes de mi vida? Pero dime, quien se resiste a estos tres?"
"Corección, soy el hombre mas importante de tu vida, y tienes razón, esos tres me traen comiendo de su mano."
Me levanté para abrazarlo. A pesar de que no perdía la oportunidad para reclamarme cada vez que podía, el hecho de estar viviendo con Ricardo, lo extrañaba demasiado. Después del abrazo, saludé a los demás.
Jonathan y Ezequiel llegaron un poco después de mi. Luego todos pasamos al comedor para almorzar. Angélica se sentó a mi lado, mientras Ezequiel quedaba frente a nosotras.
"Y Viviana?" preguntó sutilmente Angélica.
"Tiene un proyecto a cargo, el cual no puede delegar en nadie. Cree que ni siquiera podrá estar mañana para el servicio."
"Y Ricardo?" preguntó esta vez dirigiéndose a mi; provocando que me ahogara con el agua que estaba tomando.
Amo a esta mujer, con todo mi corazón, pero juro que no ha crecido mucho.
"La escuela y la universidad." simplemente respondí.
"Pero viene el fin de semana, verdad?"
"No lo creo."
"Porqué?"
"Angélica, deja que Isabella coma tranquila. Luego la hostigas con tus preguntas." le dijo Ezequiel mientras me miraba y me guiñaba el ojo.
"Gracias." le respondí y continuamos con la comida.
Una vez todos terminamos, salí al patio a jugar con los niños que más amaba en el mundo. A fin de cuentas, yo era una más.
Mientras me mecía en el columpio, observaba a Fabián jugar en la casita del árbol y a las niñas sentadas en la grama, jugando con sus muñecas. Qué habría sucedido si hubiese tenido un hijo de Ezequiel? Probablemente, estaría igual de grande que Kendra. Pero eso hubiese cambiado mi vida por completo.
"Mi mamá partió y se quedó con la esperanza de ver por lo menos un nieto." decía Ezequiel sentándose en el columpio a mi lado. Fue como si hubiese estado leyendo mis pensamientos.
Sus palabras terminaron de destruir mi corazón. Luisa pudo haber visto uno, pero por mi ignorancia, no sucedió. Culpabilidad invadió mi mente y comencé a llorar.
"Qué sucede?" me preguntó Ezequiel.
"Pensando en Luisa." le respondí sin poder mirarlo a la cara.
"Por lo menos los tengo a todos ustedes a mi lado. Gracias nuevamente por llegar hasta donde mí aquel día."
"No tienes porqué en realidad. Era lo menos que podía hacer."
"Pero te causé problemas con Ricardo."
"Simplemente, eres una etapa en mi vida que él aún no ha superado."
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Amor Clandestino
Romance(Libro 2 de la trilogía) "Pero me duele no gritar tu nombre en toda libertad; ante sospecha hay que callar..." Qué hacer cuando el amor de tu vida es uno prohibido; cuando descubres que la persona con quien estás solamente es atracción, deseo; que e...