Al llegar al hospital, las cosas sucedieron demasiado rápido. Lo único que pude notar fue que mi papá no se alejó de mi lado en ningún momento. Fue horrible el momento en que no le permitieron pasar conmigo, pues me iban a realizar unos estudios para saber cómo estaba mi bebé.
Al escuchar a los doctores comentar que mi hijo, sí, me enteré de esta manera especial que tendría un varón, corría peligro, me alteré y tuvieron que ponerme algo para relajarme. Intenté batallar con el deseo enorme de cerrar los ojos, pero perdí la batalla, con el miedo de que al despertar, me dijesen que mi bebé ya no estaba.
Desperté en una habitación rodeada por mis padres y hermanos. Todos con sus rostros llenos de preocupación.
“Mi bebé, cómo está mi bebé?” pregunté seguido por llanto.
“Isabella, tranquilízate por favor, mi amor. Estás un poco delicada. Tienes que estar bien para que tu bebé lo esté” dijo mi mamá pasando su mano por mi cabeza e intentando calmarme.
“Me juras que está bien” le dije un poco más calmada, pero aun con mis ojos llenos de lágrimas.
“Chiquita, las palabras de tu madre son ciertas. Necesitamos que te cuides, por tu bien y el de mi nieto” dijo mi papá acercándose a mí y dándome un beso en la frente, “perdóname mi chiquita” me dijo al oído.
“Por qué no salimos del cuarto?” dijo mi mamá tomando a Adrián y Adrianna del brazo y sacándolos de allí.
Una vez solos, tomé la mano de mi papá entre las mías.
“Tú no tienes porque pedir perdón. Yo soy la que te falló. Perdóname.”
El haló una silla y la acomodó al lado de mi cama, colocando su mano sobre mi vientre y tomando mi mano con la otra.
“Mi amor, te perdono. Jamás pensé que sucedería algo así, pero todos cometemos errores. Me sorprendió tanto enterarme de esa manera, y más saber que este pequeñito ya estaba creciendo dentro de ti. Un padre jamás pensaría que eso puede suceder.”
“Papá, yo…”
“Isabella, tal vez el orgullo, el coraje de todo eso y el pensar que ibas a unir tu vida a alguien que en realidad no amabas, fue lo que me llevó a actuar como lo he hecho desde el día de la boda. Eres mi niña, y aun no puedo aceptar que creciste. Con Adrianna fue difícil, pero guardé la esperanza de que te pudiera conservar un poco más. Creciste más rápido que ella, y luego de ti, la casa se quedó sola.”
“Pero la casa nunca está vacía. Además, Fabián, Julissa y Kendra llenan ese vacío.”
“Jamás es lo mismo mi chiquita. No sabes la falta que nos has hecho. Tú con tus ocurrencias, con tu alegría.”
“Te perdono papá; entiendo tus razones y en realidad lo merezco. No tomé las mejores decisiones y olvidé todos los valores que me han enseñado.”
“A veces, como padres, se nos olvida que ustedes crecen y deciden sobre sus vidas. Es difícil verlos crecer.”
“Qué hago ahora con mi vida?”
“Es tu decisión mi vida, aunque sea difícil para nosotros.”
De repente, sentí algo moverse dentro de mí y ambos nos quedamos sorprendidos. Mi bebé se había movido por primera vez, y mi papá era testigo de esto.
“Creo que eres su favorito. Es la primera vez que lo siento moverse.”
“Me alegra mucho que haya sido yo. Ahora, descansa mi chiquita.”
ESTÁS LEYENDO
Amor Clandestino
Romance(Libro 2 de la trilogía) "Pero me duele no gritar tu nombre en toda libertad; ante sospecha hay que callar..." Qué hacer cuando el amor de tu vida es uno prohibido; cuando descubres que la persona con quien estás solamente es atracción, deseo; que e...