Capítulo 18

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Jassid

¿Porque me alejo de las personas? ¿Porque soy como soy? ¿Porque parece que nada ni nadie me importa?
Son preguntas que incluso yo mismo me he hecho desde hace muchos años. Y siempre llego a la misma respuesta.
Miedo. Tengo miedo de lastimar a las personas, tengo miedo de hacerles daño sin siquiera darme cuenta, tengo miedo de convertirme en mi padre y destruir la vida de alguien a quien quiero.
Toda mi infancia viví con temor de hacer algo que a mí padre le molestará ya que eso acabaría en golpes y no solo hacia mí. Mi madre al defenderme terminaba mucho peor que yo, un par de veces llegó al hospital con fracturas en su cuerpo y así perdió la vida, gracias a los golpes de mi padre. Desde entonces tuve que crecer más rápido y hacerme cargo de mi mismo, si tenía comida en la mesa era porque yo salía todas las mañanas  a hacer cualquier cosa que me hiciera ganar dinero, obviamente hacia eso antes de la escuela. Conforme fuí creciendo, me hice de amistades que me mostraron una forma más fácil de ganar dinero. A los 12 años, me dedicaba a robar y vender cosas, eso me hacía ganar más dinero en menos tiempo requerido.
Si bien, mi padre tuvo algo que ver en mi forma de ser y en mi odio por todo, hubo una ocasión en la que creí que todo tenía sentido. Por fin, alguien me hacía ver el mundo de una forma distinta.

Su nombre era Sophia, ella era hermosa, llena de bondad,su sonrisa era encantadora y el tono de su voz era muy dulce. ¿Quien se imaginaría que alguien como ella se fijaría en una bestia como yo?
Ambos teníamos 16 años y nos conocimos, apenas entrábamos a la preparatoria y ella ya se había vuelto la principal motivación por la cual yo asistía a clases.
Me tomó un año acercarme a ella y hablarle, tome cualquier excusa tonta para hacerlo. Tenerla tan cerca me hizo notar sus hermosos ojos color miel, sus delicados labios rosados y su cabello castaño. Ahí fue la primera vez que me sonrió, ese fue el momento justo en el cual me robo el corazón.
Con el tiempo, ella y yo nos volvimos inseparables, éramos los mejores amigos y conforme pasaron los meses ella también se enamoró de mí. Aún cuando sus padres se oponían a lo nuestro, le pedí ser mi novia y ella aceptó.

Dos años después, nuestra relación era más sólida y formal. Ya habiamos viajado juntos, mi primera vez había sido con  ella y hacíamos todo juntos. Para mí, no había chica más perfecta que ella, me tenía rendido a sus pies y estaba dispuesto a dar mi vida por ella.
Se acercaba su cumpleaños número 18, ella estaba emocionada porque sus padres le harían una fiesta increíble. Ya estaba casi todo listo y hasta a mí me emocionaba verla tan feliz y ser parte de su vida.
Una semana antes de aquella sabrosa fiesta había decido invitarla a cenar a su restaurante favorito, era caro pero afortunadamente seguía con mis negocios para poder costear ese tipo de cosas. Sophia no tenía ni idea de dónde trabajaba o que era lo que hacía, jamás se lo dije para mantenerla a salvo. Grave error de mi parte.

-Amor, ¿A dónde me llevas? -pregunto Sophia con su tenue voz-

-Ya lo verás nena -sonreí mientras seguía conduciendo, me detuve en un alto y voltee para asegurarme de que la venda que tenía en los ojos le impedía ver- Es una sorpresa, si te digo dejara de serlo.

-Jassid, sabes que soy demaciado curiosa -rio mientras que con su mano buscaba la mía-

-Lo se, y amo tu curiosidad -entrelace nuestras manos y acerque la de ella a mis labios dejando un pequeño beso- Te amo.

-Yo también te amo, bebé -sonrio mostrando sus dientes. El semáforo cambio y arranque de nuevo hasta llegar a nuestro destino. Aparque el auto, bajé para rodearlo y abrirle la puerta a ella. La ayude a bajar y una vez dentro quite la venda de sus ojos-

-¿Pero que...? -estaba impactada, volteo a verme como si no pudiera creerlo- ¡Mi amor! No tenías que traerme aquí.

-Dijiste que tenías meses sin venir a este lugar y es tu favorito -ella se abalanzó sobre mi abrazándome, rodee su cintura con mis brazos y la alcé un poco- Es el mejor lugar para festejar tu y yo completamente solos.

Me enamoré de un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora