Profecía

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Hola, gente. Una vez más vuelvo a tardar más de un años en actualizar. Solo puedo decir lo siento y que espero que me perdonéis. Gracias a los que siguen fieles a la historia desde el principio, vuestros comentarios (tanto buenos como malos) me ayudan a seguir trabajando en esta increíble aventura.

Para los que empezasteis la historia hace mucho y no recordáis muy bien la trama o los personajes, os dejo una lista sobre los personajes de mi invención (no creados por Laura Gallego). Posiblemente me deje alguno, pero os pongo los importantes:

-Luk-Ian: hijo de Shail y Zaisei.

-Elei: hija de Shail y Zaisei, hermana pequeña de Luk-Ian

-Aurion: jinete de los Nuevos Sheks.

-Ayshel: hechicera humana-hada.

-Kiara: hija de Rando y Kimara.

-Minash: general celeste-gigante de los Nuevos Sheks.

BERDI2810

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Nurgon era una de la pequeñas ciudades que comprendían la región de Nandelt, o los Reinos de los Humanos, conocidos así por el resto de criaturas de Idhún. La ciudad estaba protegida por una muralla de poca altura pero considerable grosor, con cinco torres vigía que siempre mantenían una llama encendida, en señal de que siempre estarían custodiadas. El único punto débil de toda la estructura era la entrada y salida del río Iverón, que atravesaba la ciudad de parte a parte, y las murallas eran sustituidas por una rejas de metal para que cruzara el agua. Era ese punto débil lo que los ojos de Kirtash buscaban.

Aurion, Eva y el híbrido se encontraban en la colina que separaba la ciudad del Bosque de Awa, esperando a que el primero de los soles empezara a ponerse. Habían estado discutiendo durante una hora la mejor forma de introducirse en la ciudad sin ser vistos y en el menor tiempo posible, pero los resultados no eran favorables. Aurion había vivido toda su vida bajo la dictadura de Tanawe, por lo que conocía sus costumbres, estrategias y a sus soldados, pero era joven e impulsivo; Kirtash era el mayor de todos ellos, el más experimentado y uno de los mejores guerreros de Idhún, pero su larga ausencia de este mundo presentaba una desventaja; y Eva poseía los poderes sheks de su padre, así como su astucia e ingenio, pero para ella toda esta magia y esta tierra eran nuevas, desconocidas y poco fiables. Así que, después de debatir, Kirtash asumió el mando completo y obligó a Aurion a obedecerle, algo que molestó bastante el chico, pero hizo caso sin rechistar. Habían acordado que, a la caída del primer sol, se introducirían en la fortaleza.

La cosa era cómo.

—Esto es una tontería— Aurion llevaba gran parte del viaje repitiendo la misma cosa, y cada vez enfurecía más a Eva.

—Solo lo es para los tontos— comentó Kirtash, escrutando el horizonte.

Aurion murmuró algo por lo bajo que ninguno llegó a escuchar, y luego se calló, esperando a que empezara la acción.

A Eva le había parecido buena idea acompañar a su padre en esta misión tan arriesgada, creía que la ayudaría a adaptarse más a este mundo y a aprender de él. Ahora creía que el plan de su padre era una locura.

—No lo conseguiré, no estoy preparada— dijo al viento, esperando que su padre contestara.

Kirtash miró a su hija. La última vez que la vio fue cuando aún tenía unos trece o catorce años, su pelo llegaba por los hombros y aún necesitaba que la acompañaran a clase de baile. Ahora tenía casi diecisiete años, se había transformado y estaba en Idhún, con él. Nunca pensó mucho en el futuro de su hija, siempre pensó que llevaría una vida tranquila en la Tierra, que posiblemente se casaría con algún humano y que tendría hijos propios, y pasado el tiempo se olvidaría de él. Era lo que esperaba de ella, lo mejor. Pero todo eso fue antes de que se diera cuenta de que Eva era como él, una serpiente que sería perseguida el resto de su vida por la historia de sus antepasados. No, desde luego que no estaba preparada, pero él tampoco lo estuvo.

Memorias de Idhún IV: De luz, hielo y fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora