Capitulo veinticinco

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Narra Yanire
Había venido Eva a recogerme junto a Jesús para ir al médico. Estaba bastante cagada por lo que podría llegar a decirme el médico.

–Chicos bajaros , voy mientras a aparcar.

Jesús y yo asentimos y nos bajamos del coche de Eva. Entramos a la consulta y nos sentamos en la silla que había afuera del despacho del médico.

–Estoy nervioso.

–Hoy no nos dirá nada , Jesús. Apenas llevo una semana embarazada.

–¿no se sabe si es niño o niña? –Preguntó infundado.

–¡no! Eso hasta los tres meses nada.–Reí.

Eva apareció minutos después, y se sentó junto a Jesús, en una silla que había libre.
Salió el doctor pronunciando mi nombre, haciendo que me levantara casi saltando y mirara a Jesús con cierto miedo.
Eva nos acompañó hasta la consulta, solo que ella quedó en tercer plano. El médico nos estuvo haciendo bastantes preguntas sobre cómo me encontraba, cuando lo habíamos hecho, etc.

–Bien, vamos a ver qué tal va ese pequeñín.

Se levantó y rodeó la mesa hasta llegar a mi, me dio una bata para que me la supiera cuando me haya quitado toda la ropa, y me acompaño hasta una salita, donde había una silla, con un aparato al lado. Bien, llegó el momento.
Me senté en aquella silla, con las piernas abiertas, y el médico puso aquel aparato en mi tripa después de haberme echado gel.

–Pero...¿estás segura que dio positivo en el test? Yo aquí no veo nada.

–Si, estoy segura.

–Pues, falló. No estás embaraza, querida.

–¿no...? Pfffff ¿y por que no me baja la regla?

–Alégrate, un niño a esta edad te hubiera fastidiado la vida. La regla no siempre es regulada, a veces ni os viene un mes. –Río.

–¿le puede dar la noticia a mi novio? No se cual va a ser su reacción... –dije tristemente.

No sabía si estar bien, o mal. Por una parte, me alegra , no estaría preparada para tener un hijo a esta edad, yo quiero sacarme mis estudios, y formarme para un futuro. Pero, por otra, me había hecho a la idea ya de todo, y no es me desagrade tener un hijo con Jesús.

–Yo se lo diré, ves a cambiarte anda. –Sonrió el doctor levantándose de nuevo.

Una vez que ya estaba cambiada, salí de nuevo con Jesús y Eva. Al ver sus caras, supe que ya le había comentado la noticia. No quería ni saber lo que le pasaba por la cabeza ahora mismo a Jesús, no sabía si le gustaba o no la noticia.

–Ya podéis iros.

–Gracias doctor. –Sonreí por última vez y salí de ahí.

–Entonces... –Susurro Jesús.–¿no estas embarazada? –Preguntó cogiéndome la mano.

–No. el test debió fallar.

–y...¿como estas? Digo...¿te parece bien?

–La verdad... no se como me siento.

Jesús asintió dándome la razón y caminamos hasta el coche sin decir nada más. Eva nos había dejado nuestro espacio para hablarlo, ya más tarde hablaríamos con ella.
Cuando llegamos a casa, Jesús y yo nos dirigimos a la habitación de Dani, el cual se encontraba dormido en su cama boca arriba, y con la boca abierta.

–Voy a mi cuarto a cambiarme, despiértale tu cariño. –Sonrió Jesús dándome un beso.

Le devolví el beso, y me tiré encima de Dani. Entre quejidos se despertó, a la vez que me mato con la mirada, por haberle despertado de su siesta mañanera. Le estuve contando todo lo que nos había dicho el médico, pareció alegrarse bastante por nosotros. Según él , no quería ser tío a tan temprana edad.

–¿te ape un bañito? La piscina nos está esperando...–Sonrió Dani pícaramente.

–¿Si? Pues veámonos, que no espere más.

Soltó una carcajada y asintió abrazándome por la espalda.
Jesús entró ya cambiado, parecía que nos leía la mente porque aprecio con el bañador puesto, el único problema que había ahora mismo, era que yo no tenía nada de bañador ni nada, me tocaba bañarme en ropa interior.

–Esperarme abajo, voy a ponerme el bañador.

Jesús y yo asentimos y bajamos a la piscina. Él estaba demasiado raro conmigo, pero, que yo sepa no había hecho nada malo, seguramente fuera por lo del embarazo... o al menos eso quiero pensar.

–Buah, está buenísima el agua. –Río Dani mojándome. –Va, métete ya.

Asentí dándole la razón, y salté al agua sin pensarlo dos veces. En realidad, estaba esperando a Jesús, pero tardo tanto como para seguir sin meterme.

–¡Tío venga! –Grito Dani cuando vio aparecer  a Jesús por la puerta del jardín.

–Ya voy, déjame. –Se quejó.

–Mira, últimamente estás de un borde... Que Yanire se merece el cielo por aguantarte.

–Nadie la obliga a aguantarme.

Cuando Jesús dijo me dolió.
¿Era justo esa frase? No. Yo lo aguantaba porque lo quería, obviamente nadie me obligaba a hacerlo.

Narra Jesús
Os voy a decir la verdad, no había superado a Maria. Pensaba que si, porque cuando conocí a Yanire mi vida cambió por completo, me daba la alegría que necesitaba, pero realmente , Maria seguía en mi corazón, y me sentía mal porque era como si la estuviera poniendo los cuernos, ella no se merecía eso.
Soy un gran capullo.

–Jesús, ¿que te pasa? –Preguntó sentándose junto a mí en el césped.

–A ver como te lo explico.

Continuará ...
Feliz navidad!!!!! Pasarlo súper bien , y siento subir cap tan tarde💚un besito.
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