capítulo diecinueve.

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Narra Yanire.
–¿Por qué me miras así? –Pregunto sentándose esta vez.

–Pues que quizás si...

Note como mis ojos se cristalizaban de nuevo, dirigí mi mirada al suelo, pero el me cogió la cara, y me hizo mirarle a él.

–¿Cuando lo habéis hecho? Joder, Yanire, haber usado un puto condón.

–Lo usamos, de verdad que lo usamos.

–Te van a matar,joder.

Comencé a llorar con mucha intensidad, y el me abrazo, pasando su brazo por mis hombros acercándome a su pecho.
Mi móvil comenzó a sonar y me levanté corriendo a cogerlo, era Jesús.

–Ya estoy en Madrid.

–¿Qué hacemos ahora? Si vienes aquí, mis padres te ven.

–Voy a un hotel, pero necesito verte.

–Dime a qué hotel vas, y voy.

Se puso Santi, ya que el me iba a acompañar al hotel a verlo, y seguramente, intentaría convencer a mis padres para que me dejaran quedarme a dormir con él, obviamente, no iba a decirle que es con Jesús.
Me di una ducha rápida, me vestí y fui a ver a mi hermano. Mi familia estaba en el salón, desayunando todos juntos.
Mi primo, Lucas, tenía la misma edad de mi hermano, y era con el que mejor nos llevábamos. Cuando bajamos se levantó rápidamente,y vino hacia nosotros. Estaba deseando que lo sacáramos de ahí.

–Decirme que puedo ir con vosotros.

Santi y yo nos miramos, está vez, tenía que decidir yo si quería que él viniese. Asentí con la cabeza, y fue a cambiarse de ropa. Le acabábamos de salvar la vida.

–¿A dónde vamos? –Pregunto cerrando la puerta. –Joder, que calor.

–A un hotel. –Dije sin levantar la vista del suelo.

–¿A un hotel? ¿Para que?

–Ya te lo explicaremos. –Intervino esta vez Santi.

Narra Jesús.
Fui al hotel que más cerca estaba de aquí, no es que tuviera mucho dinero, pero si cogí el suficiente como para pagarme una habitación dos días.
Cuando ya estaba en mi habitación, me cambié de ropa de nuevo, ya que había sudado muchísimo en el tren.
Yanire estaría al llegar, según me aga acababa de decir.
Me mando un mensaje diciéndome que bajara a por ellos. Me suponía que Santi la acompañaría, y que ya sabria todo.
Le acerque a mí, haciendo que su cabeza quedará justo en mi pecho, mientras le daba besos en la cabeza. Sus brazos rodearon mi cintura.

–¿Cómo estas? –Pregunte. –te quiero.

–Mal. –Suspiro.

Mire a santi, y a otro chico, el cual, no había visto en mi vida. Sería amigo de Santi, o algo así.
Subimos los cuatro a mi cuarto, y Yanire y yo, nos metimos en el baño para poder hablar tranquilamente.

–Bajo a por el test, y te lo haces, ¿Vale?

–Jesús, eso se hace por la mañana, bajamos a por el, y mañana me lo hago.

–Ah. –Sonreí. –Pues vámonos.

Ella sonrió, por fin, llevaba sin ver su bonita sonrisa desde hace días. Salimos del baño, y fuimos los cuatro a una farmacia. Nos dijeron que no era 100% eficaz, que podía fallar, pero era poco probable que lo hiciera. Una vez comprado, decidimos dar una vuelta por el centro de Madrid, y olvidarnos un poco del todo.

–Jesus ¿puedo quedarme contigo hoy?

–Pues claro boba. –La bese.

–Nosotros nos encargamos de lo demás. –Sonrió Lucas, que al final, resultó ser su primo.

Íbamos a cenar a un restaurante, no estaba muy lejos del hotel, a diez minutos más o menos. Yo estaba deseando que llegase mañana ya, y sacarme de las dudas que llevan comiéndome la cabeza todo el dia. Aunque, claro está, que Yanire estaba peor que yo, pobrecita mía.

Narra Yanire
Mientras estábamos cenando, deje de pensar en eso por un momento, algo que agradecí bastante , antes habia estado hablando un buen rato con dani, mi otro mayor apoyo.

–¿Podemos ir ya al hotel? Tengo mucho sueño. –Sugerí.

–Vámonos. –Sonrió comprensivamente Jesús. –Chicos, mañana id cuando queráis.

–Bueno...tampoco me hagáis mucho madrugar. Que ya bastante tengo. –Me queje.

Santi me abrazo haciendo que me callara, y me beso la frente. A veces no se qué haría sin el. Lucas hizo lo mismo que mi querido hermano mayor, y se fueron camino a casa, que iban a tardar un poquillo.

–¿Te encuentras bien? Digo... Qué si estás mareada y eso.

Solté una pequeña carcajada y le cogí la mano. A veces es mejor reír un rato, que lo malo venga después.

–Estoy bien. De momento.

–Eso es buena señal... ¿No?

–Jesús, no nos hagamos ilusiones. Es muy raro que no me baje, siempre me viene regulada.

–Siempre hay una primera vez para todo.

–Lo se.

Al llegar al hotel me quedé en ropa interior, si, delante de él, era mi novio, ya me había visto así. Me dejó una camiseta suya que era bastante largita, y me la puse.

–¿Dormimos ya? La verdad que no tengo nada de sueño... Estoy nervioso.

–¿Llamamos a Dani? Me apetece hablar con el.

Jesús asintió. Aunque solo fueran horas lo que llevaba sin verlo, sabía perfectamente que lo extrañaba un montón, y más en estos momentos. Tener un hermano es tener un regalo, y siempre están en lo bueno y malo.
Cogió su móvil, y le dio a una videollamada. Espero que no le pillaramos haciéndose una... Ya sabéis. ¿Desde cuándo me he vuelto tan malpensada? Joder, Jesús, como me has cambiado, querido amigo.
Nos quedamos hablando con Dani hasta las dos de la mañana ,o cosa así,porque me quedé dormida, y decidieron colgar.
Mañana sería el día que cambiará nuestras vidas... O no.

Continuará...
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