a escondidas

Capitulo treinta

Narra Jesús.
–Pues vamonos. –Sonreí mirando a Aitana.

Ella entendió mi mirada y se acercó a mí para cogerme la mano. Yanire quería guerra, la iba a tener.
Fuimos todo el camino de la mano, mientras que Yanire nos preguntaba cosas , nosotros solo sonreíamos sin contestarla. Se estaba cabreando pero bien.

–Espera Aitana. –Sonreí antes de que entrara a su casa.

–Dime. –Dijo girándose.

–Venga que tengo frío. –se quejó Yanire.

–No me has dado tu número.–Ignore completamente a Yanire.

Aitana soltó una carcajada, y se acercó de nuevo a mi para que pudiera apunta su número. Una vez que ya estaba apuntado, la dejé ir, y nosotros también nos fuimos.

–Yo me voy ya a mi casa. –Soltó Yanire desviándose.

–No, te vienes a la mía. Ahí hemos quedado con todos. –Agarre su brazo.

–Jesús, debo irme a la mía. Ya sabrás por que.

Sin decir nada más, se soltó de mi agarre y se fue a su casa por otro camino.
Llegue a casa, y fui a cambiarme, no aguantaba más con esos vaqueros, eran incomodisimos.

–¿noche de play? –Preguntó Calum alzando las cejas repetidas veces.

Dani y yo asentimos sin pensarlo y nos tiramos los tres al sofá.
Aún seguía un poco rayado por lo que me había dicho Yanire. Pero no se, mañana La preguntaría.

Narra Yanire.

–¿Estas ya? –Preguntó Santi entrando a mi cuarto.

–Sí, ¿puedes bajarme la maleta? Me estoy haciendo pis. –Reí.

Santi asintió cogiendo mi maleta y yéndose. Fui corriendo al baño, realmente no me estaba haciendo pis. Quería llamar a Dani, para avisarle que me voy, al menos despedirme de alguien.

–¿si? –Preguntó Dani con voz de dormido.

–Dani... quiero a sepas que te quiero muchísimo, ¿vale? No lo olvides nunca.

Dicho esto, colgué. No era partidaria de las despedidas, y aunque no fuera para siempre, me daba tristeza no verlos durante un tiempo, pero me iba a venir bien ese tiempo.
Salí del baño, y baje corriendo las escaleras, seguramente ya estarían todos en el coche esperándome.
Salí de casa, y me subí. Todos esperamos a mi padre, el cual estaba cerrando la casa y asegurándose que todo estuviera en orden.

–Te está llamando Dani. –Anunció Santi señalando mi móvil.

Mire el móvil, y efectivamente me estaba llamando. Decidí no cogerlo. Cuando llegas a madrid lo llamaría, y le diría que me quedaba ahí durante un tiempo.
Aún nos quedaba un largo viaje,así que decidí dormirme un rato, para que así se me hiciera más ameno. Aunque , me costo bastante dormir con los ruidosos de Martin.

–Nena, despierta.–Dijo Santi moviéndome el brazo.

–¿Ya hemos llegado? –Pregunte bostezando.