géneros cruzados

6 la bruja murakami"

Géneros cruzados 6

"la bruja murakami"

Según la lista que le habían dictado a kagome, la primera persona que quizá podría revertir su situación se trataba de una bruja ya muy anciana, ella en su tiempo había sido una sacerdotisa quien para su desgracia, se enamoró de una mujer amiga suya y negándose a dejar de amarla comenzó a indagar en las oscuras artes de la magia negra con el propósito de hallar un modo de estar juntas.

La sacerdotisa experimentó en muchas personas y seres antes de finalmente obtener lo que quería, una poción que cambiará el género de su amada de femenino a masculino para así poder estar juntos sin temor al rechazo de los demás.
Por medio de engaños la había hecho beber de la pócima y mientras la chica sufría en el suelo debido al cambio en su cuerpo, la bruja confesó su amor por ella diciéndole que ya podían estar juntos por fin, la otra mujer  finalizó el cambio con éxito habiéndose transformado en un hombre más sin embargo, aterrada y asqueada por lo que le había dicho y hecho se negó a permanecer en aquella forma impura y se quitó la vida enterrando un cuchillo en su pecho abandonando el mundo antes de que alguien más viera la abominación en la que se había convertido desafiando a la naturaleza.

La bruja había llorado amargamente y había enloquecido exiliandose a sí misma en una cueva de difícil acceso dedicándose a seguir experimentando, a menudo se decía que si alguna persona padecía un problema similar al suyo y acudía a ella, ésta le daba una poción para cambiar de género y así obtener lo que ella no pudo.

-es allí - señaló kagome sujeto al cuello de sesshomaru, la albina bajó su mirada, era claro que los sentidos de "la miko" eran agudos pues él no había podido percibir la presencia de la bruja.

Ambos bajaron suavemente frente a la entrada, era un alivio que sesshomaru pudiese volar, de lo contrario llegar hasta allí les hubiese llevado horas debido a lo difícil de la zona.

Ambos se adentraron en la cueva la cual parecía muy profunda y oscura, kagome se cubrió la nariz con un palo perfumado y le tendió otro a sesshomaru ya que  si ella sufría por el horrible edor del lugar, entonces la dayoukai debería de estar pasándolo pero debido a su agudo olfato.

Por un momento pareció considerar eso una ofensa hacia su resistencia pero, al ver que tenía buenas intenciones aceptó el paño, olía a flores muy sutiles y a un toque de cítricos los cuales se había percatado de que le gustaban mucho debido a sus perfumes celosamente guardados.

Ambos siguieron caminado sin alejarse el uno del otro por seguridad hasta que kagome se detuvo de repente y le señaló a sesshomaru que también se detuviera.
-¿que es lo que los trae aquí? - dijo una anciana mujer sentada sobre un tapete rodeada de estantes rudimentarios repletos de pócimas oscuras que emitían un horrible olor, sesshomaru pudo detectar de inmediato el aroma a putrefacción de cuerpos humanos, kagome miró la energía oscura desprendida por todo el lugar y la mujer.
Repugnante.
-mi... Ejem.... Amigo.. - dijo kagome tratando de no molestar a sesshomaru con ese término. - y yo fuimos hechizados por un espíritu maligno el cual nos cambió de género y venimos a preguntarle si usted puede revertir el hechizo con algunas de sus... Pociones.

"por no decir aberraciones" pensó kagome.

-por qué tendría que ayudarlos? - dijo la bruja.
-porque te mataré si no lo haces. - respondió sesshomaru moviendo sus garras en señal de amenaza.
-no me importa morir, ya no tengo nada que perder.
-entonces... Que querrías a cambio de ayudarnos? - trató de negociar el humano.
-quiero un poco de la sangre de ambos, estoy segura de que me será muy útil.

Ambos se miraron y luego de mantener una corta charla mental asintieron al mismo tiempo.
-está bien, pero primero desharás el hechizo que nos atormenta.

La mujer revolvió entre sus cosas y sacó un pequeño recipiente de barro con una oscura y viscosa receta dentro, el líquido burbujaba soltando un edor putrefacto y un aura oscura.
-tomen un poco cada uno y revertirán su género.

Kagome miró con franca repugnancia el viscoso líquido, no pensaba ingerir esa porquería por nada, si lo hacía vómitar a seguramente, en cambio sesshomaru tomó el recipiente y lo acercó a su boca sin miedo alguno decidido a volver a su verdadera forma.

Apenas acercó al borde de sus labios aquel recipiente kagome gritó "No!" y de un manotazo arrojó el recipiente haciendo que cayera al suelo rompiéndose en mil pedazos.

La dayoukai estaba enfadada, ¿que trataba de hacer esa mujer? ¿ Acaso quería verlo en esa forma por siempre? Si se atrevía a burlarse de él lo pagaría caro.
-que tratabas de hacer?! - le gritó a la bruja sorprendiendo a ambos, la mujer soltó un insulto por lo cerca que había estado lograr su cometido, - responde! Si no quieres ser purificada en este instante!!
El aura de kagome se desplegó haciendo erizar el cuerpo de la albina a su lado por no decir el de la bruja quien a pesar de su declaración anterior, no quería morir aún.
-te subestimé, no pensé que alguno se diera cuenta de que la poción era de control mental, pero claramente te he subestimado a ti.
-nos engañaste?
Gruñó sesshomaru listo para ejecutarla.
-si no nos das el verdadero remedio dejaré que te elimine sin piedad alguna y créeme, él es muy bueno en lo que hace, no por nada su nombre significa asesino prefecto.
-lamento decirles esto pero, yo no puedo ayudarles, mis pócimas trabajan individuales en cada persona y el hechizo que los atormenta es un vínculo entre ambos de modo que mis poderes no funcionarán en ninguno de ustedes.
.......

-vaya pérdida de tiempo. - masculló sesshomaru irritado, ambos salieron de la cueva algo enfadados y se alejaron se allí dejando tras de sí un lugar completamente purificado de cualquier rastro de magia negra.

En la cabeza del dayoukai rondaba lo que había dicho la miko, ella había alagado su trabajo y había hecho uso de su nombre con orgullo y no con miedo.
Cosa que le intrigaba.

De entre todos los que lo rodeaban, nunca esperó oír un halago de una miko y menos de ella a quien casi había matado más de una vez en el pasado y a quien probablemente intentaría matar en un futuro.
"eres un enigma" se dijo para si mismo mientras la llevaba en brazos hasta el siguiente objetivo.