cuatro

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{Virginia}

Me removí, incómoda en la cama. Me movía de lado a lado, suspiraba pero era imposible conciliar él sueño.
Unos ojos celestes y una sonrisa perversa aparecían por mi mente y no se iban. Me levante de golpe de la cama y bufé.

Nunca había sentido esto. Nunca había sentido la necesidad de algo.

Recordé las palabras de Ecko cuándo me acompañó hasta el patio luego de echar a Paulo. 'Capaz te pones así, porque te gusta'

¿Gustarme? 

¿Me gustaba alguien que apenas hoy había conocido? No, era completamente raro e ingenuo.

Un bostezo salió de mi boca junto con un gran suspiro de alivio. Dormir me hacia tan bien.

.

Caminaba por la cocina, note que papá me seguía con la mirada, mientras usaba su celular y me detuve a su lado.

–¿Que te pasa? –le pregunte y dejo él aparato sobre la mesa.

–Hoy encontré un abrigo deportivo en él patio, ¿vino alguien anoche?

Si supieras lo que paso anoche...

–Es de Nina, viste le gusta usar esos buzos grandes –pronuncié nerviosa.

–El olor de perfume de hombre se olía desde afuera hija, no me mientras.

–Pa, ya soy grande –resople –No necesito que me controles.

–Dieciséis años tenés, ¿sos grande?

–Bueno, no importa –añadí para terminar de hablar e irme.

–Presentalo –esas palabras me helaron.

–Ay pa, no es nadie –reí fingidamente –¿Donde decís que esta él buzo?

–En él sillón.

Voy hasta allá y lo veo. La prenda es de color negra y de marca 'adidas', lo agarro y subo a mi dormitorio.

Es de Ignacio.

Al llegar a mi dormitorio, saco mi celular del bolsillo trasero de mi short de jeans y marcó a Nina.

Hola histérica

¿Histerica, yo?¿Whats?

–No, le decía a mi hermana –rode los ojos –que por cierto, no tengo.

–Voy al punto, donde puedo encontrar a Ecko.

¿Ecko?

–Si, tu amigo.

–Para, para, ¿que?

–Donde lo puedo encontrar –repito.

¿Para qué?

–¡Nina, decime donde vive y listo!

Segundos después de que Nina me tuviera preguntando para que quería la dirección de Ecko, me la dio. Así que me vestí, ya que tenía la remera del pijama y salí de casa.

Estaba haciendo esto, porque quizás no lo iba a volver a verlo y tener algo que no es de mi pertenecía ni de mi talle como para poder usarlo no me apetecía.

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chica rara → Paulo Londra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora