C12: Agustín

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Agustín

— ¿Michael ya volvió? — habló Karol y fue ahí que sentí que el mundo se paró en un instante.

¡Maldición! ¡Ha vuelto!
¿¡No dijo que vendría en dos días!?
¡Mierda!

Mi corazón comenzó a arder del dolor y de la tristeza. La perdí y para siempre. ¡Pero no quiero! ¡No quiero que se aleje de mí! No soportaría estar lejos de ella ni un segundo. La amo demasiado que no podré vivir sin ella. Valentina es la mujer de mi vida.
¿¡Por qué no puede sentir lo mismo que yo siento por ella!? ¿¡Por qué no me da la oportunidad de estar a su lado!?

Veo a Valentina salir corriendo de la habitación y mi hermana la sigue.

Lágrimas no dejaban de caer, de mis ojos. Quería romper en llanto. Me sentía quebrarme por dentro...ya no la veré más. ¡Odio que se vaya con él! ¡Odio que me la quite!

Unos gritos me sacan de mi trance. Decido salir de la habitación para así salir de la casa, ya que de ahí provenían los gritos. Corro muy rápido y saco a mi hermana que se encontraba encima de ella, mientras le jalaba los cabellos rubios.

— ¡Suéltame! — se mueve con todas sus fuerzas en mis brazos para así safarse pero no puede, ya que yo tengo más fuerza — ¡Te digo que me sueltes idiota!

— ¿¡Qué te pasa estúpida!? — reprocho molesto por haber peleado con mi rubia.

— ¡Maldición suéltame! — se volvió a quejar.

Decido soltarla, ya que Valentina había salido corriendo de la casa.

¡Joder!

Corro detrás de ella.

— ¡¡Valentina!! — grito con todas mis fuerzas pero ella no me hizo caso — ¡¡Valu!! — vuelvo a insistir.

Corría con fuerzas y no me dí cuenta que en mi camino se atraviesa un señor con su carretilla de frutas. Choqué y tumbé todas las frutas, yo solo me levanté para seguir a mi rubia.

— ¡¡Valentina!! — grito al ver como subía a un taxi.

¡Maldición no traía dinero!

¡Que estúpido que soy!
No tuve otra opción que correr con todas mis fuerzas hacia el aeropuerto central. No permitiré que se vea con él. ¡No lo permitiré!!

Luego de unos minutos, llego al aeropuerto. Una tremenda preocupación me invadió en cuerpo y alma, al ver dos carros que habían chocado. Pedazos de vidrios se encontraban esparcidos en la pista y mi corazón se detuvo cuando vi sangre. ¡Mierda! Giro a mi alrededor tratando de buscar a mi Valentina.

Porfavor que no le haya pasado nada.

Derrepente mis ojos se quedan fijos en un auto negro que me es muy conocido, así que no dudé más y corrí detrás de el. Corrí con todas mis fuerzas que no me dí cuenta que un chavo estaba ahí parado, lo rocé pero no me importó.
Solo espero que no sea lo que estoy pensando y si es así, juro que no tendré piedad.

🖤

- ESCALERA AL CIELO -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora