capítulo 32

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Su cuerpo permanecía ahí, sin embargo su mente pensaba en los momentos que está viviendo junto a Nick. Desde hace dos días que se marchó de gira y Lorena piensa en él como si Nick se hubiera llevado hasta su alma. De alguna manera se siente atada a ese amor que está comenzando a descubrir. Nick puede ser un hombre alocado, algo imprudente, pero cada una de sus locuras le entretiene consiguiendo que caiga presa de sus besos, cada caricia recorriendo su figura donde sus ojos se encuentran despertando cada uno de sus sentidos.

Aquella mañana se encontraba almorzando con Mariola.

—Lorena hija, estás aquí o en el limbo.

—Mariola, ¿en verdad se puede amar a una persona en tan poco tiempo llegando a tenerlo presente aunque él permanezca lejos?

—Bienvenida al mundo del amor querida Lorena. Claro que te puedes enamorar tan rápido de una persona. De ese hombre que te hace vibrar y que todo lo malo se vuelva como por arte de magia en bueno.

—Mariola, estoy enamorada de Nick, y lo hecho tanto de menos.

—Lorena no estés triste. Verás como los días pasan rápido y pronto lo tendrás a tú lado.

—Pero no estoy en paz. Y si conociera a otra mujer, y...

—Si en verdad te ama, te respetará y no pondrá sus ojos en otra mujer. Así pensaba yo de Emilio cuando me tenía que separar de él, pero con el paso del tiempo aprendí que me ama tanto como yo lo quiero a él. Aunque me muero de ganas que me pida en matrimonio. Al parecer él no quiere casarse.

—Venga ya Mariola, te estará tomando el pelo.

—No, él mismo me lo dijo. Y yo si quiero vestirme de blanco y celebrar mi felicidad con mi familia. Pero ese deseo pienso que no se me va conceder.

A pesar de intentar quitarle importancia a su conversación, dentro de lo más profundo de su corazón, Lorena sentía lo mismo que su hermana. Desde niña había soñado  casarse con un gran vestido blanco y ser por un día la protagonista de su cuento de hadas. En esos momentos veía muy lejana la ilusión de verse casada, al igual que Emilio, Nick prefería vivir juntos para él, el matrimonio solo era un papel firmado. Para ellas era algo más que un papel firmado.

Al terminar de desayunar Mariola y Lorena se fueron hacia el aeropuerto para despedirse de Eloísa.

Durante el trayecto Mariola empezó a sentir como si tuviera acidez en el estómago, de hecho tuvo que parar varias veces Lorena para que vomitase.

Al llegar al aeropuerto, Lorena acompañó a su hermana hasta un baño ayudándola a refrescarse un poco.

—Mariola me preocupas. ¿Estás segura que estás bien?

—Sí Lorena, ya estoy mejor, será la comida que me haya caído mal. Bueno vayamos a despedirnos de Eloísa que va perder su vuelo por nuestra culpa.

Al llegar al punto de encuentro, Marcos observó a Mariola lo pálida que se encontraba.

—Mariola, ¿estás un poco pálida ha ocurrido algo?

—No Marcos, estoy bien, solo que habré comido algo raro y me ha sentado mal, o algún virus de esos raros.

Eloísa miraba con detenimiento a su hermana, seguido le hizo un gesto a Lorena para que se fueran a sentarse.

—Marcos cariño, creo que no podré acompañarte, Mariola me preocupa.

—Tranquila mi amor, volaré yo solo, ahora quédate con tu hermana. Yo cuando termine el proyecto volveré aunque te extrañe demasiado.

CONCÉDEME EL DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora