Capítulo 19- Caminando juntos

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Capítulo sin beteo así que, de antemano, disculpen cualquier error que se me haya escapado.

Disclaimer: La saga Crepúsculo pertenece a Stephenie Meyer, yo solamente me divierto con sus personajes, ya que me enamoré de ellos. Esta historia es una idea mía y ahora la comparto con ustedes.

Capítulo 19 — Caminando juntos

POV Bella

Desde casi seis meses era un hombre casado, casado y muy feliz, la felicidad estaba siempre presente en nuestros días desde entonces, con una excepción, tres meses atrás habíamos viajado a Forks para visitar a mis padres y resolver todo con relación a la casa de los padres de Bella, allí mi esposa encontró una carta de su madre, que aunque ella intentó disfrazar, la dejó muy dolida, ni siquiera yo era capaz de comprender la actitud de Renée que terminó por contaminar a Charlie. ¿Cómo un amor no vivido podría ejercer tamaña influencia en la vida de una persona, a tal punto de sacrificar la felicidad de su única hija para evitar el propio sufrimiento? Lo que ella nos hizo a mí y a Bella fue algo demasiado egoísta; ciertos tipos de personas no debían tener el derecho divino de concebir una vida, Renée era una de estas personas, cada vez que me acordaba de lo que Alice me había revelado sobre la niñez de Bella, una niña que tuvo que volverse pronto una adulta para sobrevivir a una madre sin una pizca de instinto materno. Además de una niñez para nada normal, Renée, tampoco Charlie, supieron dar a Bella lo que cualquier madre o padre daría por su hijo, el sacrificio de la propia felicidad, de la propia vida si necesario; mi Amanda ni siquiera nacía y yo sabía que tanto mi esposa cuanto yo seriamos capaz de cualquier sacrificio por nuestra pequeña.

Bella después que volvemos de Forks tuvo algunos días muy malos, me parecía que ella estaba viviendo un segundo luto tras la muerte de sus padres, debía de ser horrible saber que las personas que por encima de todo deberían desear su felicidad hicieron de todo para que no la alcanzara y todo por motivos egoístas. Tras 15 días de nuestro viaje la vi empezar a volver a ser la misma Bella de siempre, y un día ella me sorprendió con una pregunta.

— Edward, ¿todavía tienes mi primer anillo de compromiso?

— Sí, está guardado en una caja dentro de un cajón de mi escritorio, ¿por qué lo preguntas?

— Quiero hacer algo concreto para dejar el pasado atrás, creo que este anillo representa todo lo que vivimos, lo bueno y lo malo de aquella época, así que me gustaría quitarlo de nuestra vida, sería una forma simbólica de dejar el pasado atrás — explicó ella.

— ¿Qué quieres hacer?

— Podríamos vender el anillo y donar el dinero a una institución para niños huérfanos, o algo por el estilo.

— Me parece perfecto, lo haremos en nuestro próximo día libre — le prometí.

En nuestro siguiente día libre dejamos el anillo como donación a una subasta que iba a ser hecha para recaudar fondos para un hogar de niños de acogida.

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El tiempo siguió su curso y cuando Bella llegó a sus siete meses y medio de gestación decidió que debía pedir su baja maternidad, estaba quedándose demasiado cansada para suportar el ritmo de una guardia, y yo percibí que le afectaba más que antes ver el sufrimiento de los niños. Así que estuvo a tiempo completo en casa, mi esposa empezó a dedicarse a la decoración del cuarto de nuestra hija, a planearla, por lo menos, porque yo le había prohibido de hacer cosas que le exigiera utilizar fuerza física, así que ella planeaba y yo ejecutaba en mis días libres; ni Bella ni yo queríamos a gente extraña trabajando para la preparación del recibimiento de nuestra hija, mi esposa planeaba y yo hacía todo con mucho gusto, nadie además de Bella y yo dedicaría tanto amor y cuidado a la habitación de nuestra princesita.

Hay díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora