Hay días

Capítulo 11- Volviendo a sí

Capítulo sin beteo así que, de antemano, disculpen cualquier error que se me haya escapado.

Disclaimer: La saga Crepúsculo pertenece a Stephenie Meyer, yo solamente me divierto con sus personajes, ya que me enamoré de ellos. Esta historia es una idea mía y ahora la comparto con ustedes.

Capítulo 11 — Volviendo a sí

POV Bella

Sentía mi cuerpo entorpecido y adolorido, mis ojos estaban pesados, logré abrirlos tras algunos intentos, la primera cosa que vi fue a Edward sentado al lado de mi cama, me contemplaba con atención, una de sus manos sostenía mi mano izquierda.

— Hola, princesa — susurró —, es bueno verte despierta nuevamente.

— Hola... ¿Por qué estoy aquí?

— Te desmayarte, después de...

— Del ataque de James — dije sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo.

— Sí.

— Me dolía el vientre — me acordé.

— Lo sé... por eso estamos aquí.

Edward parecía indeciso como si quisiera contarme algo y no encontrara las palabras para hacerlo.

— ¿Pasa algo? ¿Estoy enferma? — Pregunté.

— No, pero tienes que descansar y hacer reposo.

— ¿Por qué?

— Porque... — él inclinó su rostro cerca del mío, sosteniendo todavía mi mano y con la otra tocando mi rostro, me miró a los ojos, parecía algo cauteloso, no obstante, veía algo de felicidad en su mirada — porque Dios nos regaló un pequeño milagro — dijo y yo contuve mi respiración, Edward retiró su mano de entre la mía y la pausó sobre mi vientre. — Estás embarazada, Bella, vamos a tener un hijo nuestro, mi amor.

Creo que debo de haberme quedado en choque, tal fue la impresión de la noticia, pero en mis adentros me sentía llena de dicha, un hijo mío y de Edward, lo que siempre soñé se hacía realidad.

— ¿Estás seguro, mi periodo ha venido este mes? — Cuestioné.

— Sí, estoy seguro, el periodo puede bajar en el inicio del embarazo, pero no es igual que tu sangrado normal, lo sabes — dijo Edward a lo que asentí, acordándome de los pocos días que sangré este mes, pero como mi menstruación nunca fue regular no di importancia al hecho. — Kate te hizo un ultrasonido, aquí hay un pequeño o pequeña — dijo acariciando mi barriga por sobre la sábana que me cubría.

Y ya no pude más, rompí a llorar.

— Bella... amor, por favor, estoy contigo, estamos juntos en eso, estoy feliz — intentaba calmarme él.

— Yo también — logré decir entre hipidos.

— ¿Entonces por qué lloras? — Quiso saber, confundido.

— Porque estoy demasiado feliz — dije controlando el llanto —, hasta algún tiempo atrás estar embarazada era solamente un sueño, ahora es real.

— Muy real, amor — afirmó él contra mis labios, besándome con devoción.

Y de pronto la realidad se me vino encima.

— ¿Por qué tengo estar en reposo? ¿El bebé está bien? — Oh, Dios, mi bebé, por favor que esté bien y que siga bien — Rogué internamente, conteniendo el llanto que volvía a subir por mi garganta.

— Shhh... Bella, no debes alterarte — dijo Edward acariciándome el rostro. — El bebé está bien, pero tuviste algunas contracciones por el estrés que sufriste hoy, así que tendrás que descansar mucho y hacer reposo por lo menos durante 15 días, hasta que las contracciones se normalicen — explicó.